Las 10 cosas más sorprendentes de dormir en una casa de 23 metros cuadrados

En EEUU, las viviendas pequeñas han tenido mucho éxito en los últimos años, especialmente debido a sus bajos precios. Algunas personas las compran prefabricadas, mientras que otras más imaginativas optan por comprar una vieja furgoneta o incluso autobús y reformarlos para convertirlos en un pequeño espacio habitable.

Vivo en un apartamento de 46 metros cuadrados en la ciudad de Nueva York, por lo que nunca me ha atraído la idea de vivir en un espacio más pequeño hasta que he probado a dormir en esta pequeña vivienda.

Vivo de alquiler en Nueva York y pago poco menos de 1.500 euros al mes por un apartamento de 46 metros cuadrados. Siempre he pensado que en caso de comprar una casa, sería más espaciosa que mi piso actual. Pero con el alquiler tan alto y la dificultad para ahorrar, no me lo puedo permitir comprar una vivienda, y menos más grande que la de ahora. El precio medio de una casa en EEUU es de unos 358.000 euros, según Statista.

Sin embargo, después de dormir por primera vez en una vivienda pequeña, he empezado a preguntarme si podría ser más alcanzable comprar mi propia casa en caso de estar dispuesta a reducir el espacio. Las casas pequeñas en EEUU son generalmente más baratas de construir o comprar que las casas más grandes, con un coste medio de entre 26.000 y 52.000 euros, según Rocket Mortgage.

He decidido pasar la noche en una para ver si me gustaba, y aunque mi actitud al principio era algo escéptica, he acabado disfrutando de mi estancia y me he sentido tan cómoda que he llegado a la conclusión de que este estilo de vida más viable financieramente podría ser adecuado para mí después de todo.

Durante un viaje a Miami, reservé una pequeña casa sobre ruedas que encontré en Airbnb y que resultó estar llena de sorpresas.

Por alrededor de 90 euros la noche, me quedé en una pequeña casa en Miami que encontré en Airbnb para ver si el estilo de vida me parecía adecuado.

La vivienda contaba con 23 metros cuadrados, justo la mitad de mi apartamento.

Business Insider ha asumido los gastos de alojamiento para este artículo.

Al anunciarse como una casa sobre ruedas, me imaginé algo más parecido a una autocaravana, pero su aspecto era el de una vivienda fija.

El tipo de casa pequeña en la que me quedé tenía ruedas destinadas a arrastrarla como remolque en caso de ser necesario, pero esta en particular no parecía haberse movido recientemente.

Ubicada en el patio trasero de una casa más grande, la vivienda se colocó contra una pared con una base de cemento. Sus ruedas no se veían desde el lado accesible, por lo que deduje que sería difícil moverla.

Sin embargo, esto no me desalentó, ya que en caso de vivir en una de estas pequeñas casitas no me gustaría tener que moverla.

Por dentro, me sorprendió que la casa tuviera un aspecto mucho más espacioso de lo que parecía por fuera.

Desde el exterior, la vivienda parecía tener el tamaño de un dormitorio.

Pero dentro, había una cocina, un baño, decoración y espacio suficiente de almacenamiento, todo sin un aspecto apretado. Los techos altos hacían que el espacio pareciera aún más grande, y había suficiente sitio para hacer yoga en el suelo, lo cual no esperaba. La casita también tenía electricidad y sistema de tuberías.

La calidad del espacio se debía principalmente a las ventanas (8, de hecho), muchas para una construcción tan pequeña.

Llegué a mi Airbnb por la noche. Al ver la espaciosa habitación, me di cuenta de que las ventanas pueden hacer que un espacio pequeño parezca más abierto, especialmente cuando hay tanta vegetación fuera.

Me sorprendió encontrar tantos trucos para ahorrar espacio, incluidos algunos que nunca se me habían ocurrido.

Esperaba algunos trucos para ahorrar espacio en la pequeña vivienda, como una televisión anclada a la pared o una mesa plegable con espacio para guardar cosas.

Pero la puerta corredera del baño fue algo inesperado y me pareció inteligente. Nunca se me habría ocurrido. La función deslizante ahorraba el espacio que ocuparía una puerta batiente, y además le daba un aspecto decorativo mucho más bonito.

De manera similar, junto a la ducha, había un armario con una cortina en lugar de una puerta, lo que también me pareció más estético además de ahorrar espacio.

El baño era aproximadamente el doble del de mi apartamento, lo que me sorprendió, ya que la casa entera era la mitad.

Mi baño de Nueva York es lo suficientemente grande como para cepillarme los dientes, pero en el baño de esta pequeña casa cabían tranquilamente 4 personas.

Uno de los motivos de ser tan espacioso era que no había muebles, gracias al hueco en la pared que funcionaba como armario.

De vuelta a la habitación principal, debo decir que me sorprendió que la cama fuera grande.

Dado que los metros eran tan limitados, esperaba tener que dormir en una cama pequeña. Pero ver este colchón de matrimonio me hizo darme cuenta de que no me haría falta renunciar a una cama grande en caso de mudarme a una vivienda de estas características.

Una de las ventajas de estos diminutos espacios es que hay menos para limpiar, pero es cierto que no estaba preparada para lo rápido que se nota el desorden.

Cuando estás en un espacio pequeño, el desorden se nota mucho más. Algo tan típico como una cama sin hacer o algo de ropa en el suelo puede ser suficiente para hacerte sentir como si estuvieras viviendo en la inmundicia.

Debido a esto, acabé limpiando y ordenando más que en mi propia casa.

Solía pensar que este tipo de hogares tienen siempre una decoración minimalista, pero este no era el caso.

El uso del color, los espacios de almacenamiento únicos y la decoración de las paredes de esta casa eran elementos muy atractivos y me hicieron darme cuenta de que llenar un espacio pequeño con decoración no tiene por qué darle aspecto de más abarrotado.

Había pinturas, grabados y esculturas que llegaban hasta el techo y, en efecto, alargaban el espacio.

La casa tenía un jardín lleno de plantas y muebles, y resultó ser mucho más importante para mí de lo que pensaba que sería.

Aunque no tengo patio en mi apartamento de Nueva York, tener espacio al aire libre adicional para trabajar, relajarme y recibir a los invitados sería crucial para vivir felizmente en una casa pequeña.

Me imaginé trabajando en ese patio trasero  y pensé que este espacio al aire libre hacía que la casita pareciera más habitable.

En general, el pequeño espacio parecía lo suficientemente grande como para vivir en él, y esa fue la mayor sorpresa.

No pensé que saldría de esta pequeña vivienda considerando seriamente comprar una así en el fututo. Pero ver los elementos tanto interior como exteriores y cómo ayudaban a crear un espacio que parecía más grande me hizo pensar que podría vivir así sin sacrificar mi amor por la decoración.