Siesta, persianas y tapas gratis: 11 cosas típicas de España que en el resto del mundo son extrañas

Aunque con la globalización se suelen difuminar las costumbres más tradicionales, en España, la cultura e historia han hecho de nuestro país un líder mundial en algunas cosas propias, que provocan algunas miradas de envidia en los vecinos europeos.

Por ello es normal que, desde fuera, se observe a España por sus tapas gratis, sus horarios tan dispares que provocan que el ocio nocturno sea muy peculiar, así como las famosas persianas, que no se encuentran en ningún otro país.

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Todas estas cuestiones han evidenciado que los españoles sean algo diferentes al resto de los países en cuanto a la cultura subyacente, más allá de los estereotipos que se han trasladado al mundo, como que los españoles solo quieren salir de fiesta.

Aquí puedes ver algunas cosas que en España son muy normales, pero que, si viajamos, encontrarás que no son tan comunes e, incluso, son extrañas para el resto del mundo.

Las persianas

Si has viajado a países del norte de Europa, te habrás fijado en la constante exposición de las casas a la luz solar. Más allá de las horas de luz que existen en España, entre 2.500 y 3.000, en comparación con las 1.600 de Reino Unido, existe una explicación cultural que se remonta al siglo VIII, como se detalla en este artículo de El País.

Las casas andalusíes de estas época se construían sobre la idea de vivir más cerrados en sus hogares, a diferencia de lo que puede pasar en países del norte, que centran sus construcciones en las ideas calvinistas de abrir los hogares, a modo de escaparate.

Aparte de esto, el catolicismo también tiene mucho que decir, por la tesis ética de preocuparse por lo que pensarán los demás si tenemos una conducta moralmente reprobable. "Con la iglesia hemos topado, amigo Sancho".

Dormir la siesta

Aunque no lo creas, echarse un rato a dormir la siesta no solo es propio de España: en Grecia, Brasil y México también se lleva a cabo esta buena tradición. Aun así, nuestro país es tradicionalmente conocido por las costumbres "siesteras".

Pero, lejos de las cuestiones culturales, existen estudios científicos que han demostrado que una siesta, junto a un café –calculando el tiempo de efecto de la cafeína–, pueden ayudarte a incrementar tu productividad en el trabajo. Además, esta magnífica cuestión cultural tiene bastante que ver con los horarios tan característicos que tenemos en España. 

Los horarios dispares españoles

Esto no es tan cultural, sino que hace referencia a una cuestión histórica relacionada con el alineamiento entre Franco y Hitler, el 17 de marzo 1940. El primero de estos adaptó nuestro horario al de Berlín, a pesar de que el huso debería coincidir con Reino Unido y Portugal.

Por ello, aunque la comida sería a las 13:00 horas, se retrasa una hora y, con este, el horario de la cena y del tiempo dedicado al ocio nocturno, algo extrañamente peculiar en España.

Aparte de este hecho, que ha intentado cambiarse por parte de numerosas formaciones políticas, existen otras costumbres, como la sobremesa, un momento del día que extraña a otros países, aunque no a todos.

Sobremesas eternas 

Curiosamente, en España el prime-time son las 15:00, coincidente con la famosa sobremesa o, dependiendo de tus elecciones, la siesta. Este hecho parte de la disparidad horaria española de comer tan tarde.

Además, la sobremesa y la siesta responden al horario de digestión, para poder ser más productivos tras la ingesta de alimentos. Así, en otros países, este momento tan solo dura 45 minutos, es decir, que no existe la famosa conversación después de comer.

A ello hay que sumar la cultura del café y del licor en nuestro país, una cuestión relacionada con la cultura del tapeo propia de España.

Las famosas tapas gratis

A pesar de que algunas tapas puedan dejar mucho que desean, en la mayor parte de bares de las ciudades españolas, se ofrece una tapa gratis junto a la cerveza o el refrigerio, algo que sorprende gratamente a los turistas que visitan nuestro país.

Así, España se ha convertido en el paradigma de las terrazas al sol con un aperitivo para llenar el estómago y un refresco para llenar el alma, todo ello, por supuesto, con la charla correspondiente.

12 uvas en fin de año

La historia más conocida es que la tradición proviene de un excedente de uvas en 1909, en Alicante y Murcia. Aunque esto es totalmente falso, ya que la historia se remonta a Madrid, el 5 de enero de 1882, día oficial de fiesta en la capital. 

El Ayuntamiento de aquel entonces se puso a recaudar y comenzó a cobrar 5 pesetas, una cantidad muy elevada para la fecha, para quien celebrara la Noche de Reyes. En una mezcla entre inteligencia y gamberrismo, muchos fiesteros decidieron adelantar la fiesta al día de fin de año, comiendo 12 uvas con cada campanazo del reloj instalado en 1866, en la Puerta del Sol.

Más tarde, el excedente anteriormente mencionado se convirtió en una maravillosa campaña de marketing para extenderse a toda España.

La leche a temperatura ambiente

La historia del consumo de leche se remonta al año 4.000 a.C., con los sumerios. Más tarde, los griegos y los romanos le añadirían un componente divino al líquido blanco. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué en España, en los estantes, se encuentra a temperatura ambiente?

Aquí cabe diferenciar la leche de tetrabrik y la fresca, que se encuentra en las neveras. Esto responde a la introducción de un proceso novedoso, gracias a una empresa lechera española, Pascual. El proceso se conocía como uperización, el cual, unido a la introducción del tetrabrik, garantizaba que la leche no se echara a perder a temperatura ambiente. Sin duda alguna, algo muy español. 

Los "chuscos", "pepitos" y "bocatas"

Es normal que, cuando vayas a un país de América Latina o a Estados Unidos, no sepan de qué hablas cuando pides un bocadillo. Es común que en dichos países no se diferencie entre sándwich y bocata. 

Para conocer la historia,hay que reomontarse al siglo XV, fecha en la cual los conquistadores españoles mezclaban un chusco de pan con algún fiambre o queso. Más adelante, los diputados de las Cortes de Cádiz, en 1812, provocaron el auge de los denominados "pepitos" –derivado de "la Pepa", la Constitución de ese año firmada el día de San José–.

Con la colonización del África magrebí, los soldados comenzaron a denominar a estos como "bocata" y el uso de chuscos cayó en desuso, aunque prácticamente seguía siendo lo mismo. Y, de ahí, hasta ahora.

Los 2 besos

Con la llegada del coronavirus a España, los famosos 2 besos casi han desaparecido, más allá de familiares o convivientes. En otros países, como Tailandia, India o Japón, las formas para saludarse responden a reverencias o gestos en los que tocarse no está permitido. Por eso, España es casi única.

Casi única ya que en América Latina también están instaurados los 2 besos, siempre diferenciando entre el saludo a ambos sexos. Aun así, en España depende de la gente con la que te juntes, pero siempre, el saludo español es de derecha a izquierda, lo cual nos diferencia de los italianos, que saludan al revés.

Por eso, ten cuidado si te juntas con alguien de otro país que no conoces, no sea que acabes dando un beso donde no hay que darlo.

La baraja española

Como muchas de las cosas ya mencionadas, España es única en este sentido, ya que la famosa baraja española se ha hecho conocida en el mundo entero, por sus curiosos palos: oros, copas, espadas y bastos. Algo que la diferencia de la conocida baraja de póquer, junto a la omisión de los números 8 y 9. 

Así, se cree que estos son los estamentos en los que se divide la sociedad. Lejos de esto, su diseño más famoso fue protagonizado por Augusto Ríus y comercializado por Fournier en 1889. Como las partidas de cartas provocaban numerosas reyertas en tabernas, las compañías que quisieran producirla tendrían que contar con un permiso expreso de la Corona española.

Los apellidos

En España, así como en América Latina, es común encontrar 2 apellidos, a diferencia de los países anglosajones. Además, en nuestro país, estos tienen procedencia del oficio familiar, del lugar geográfico o incluso de las características físicas.

Además, en España, las mujeres no pierden su apellido al casarse, algo propio de Estados Unidos, por ejemplo. Por eso, los apellidos aquí son tan peculiares.