13 hábitos que te hacen mejor persona, según expertos

Para poder disfrutar de una vida más plena, los expertos recomiendan ejercicio, salud y tener relaciones sociales. Pero lo que muchos no nombran es que sentirse mejor persona es una de las claves para lograrlo.

Siempre hemos de conseguir un punto medio entre ayudarnos a nosotros mismos y ayudar a los demás, ese es el punto clave para una sana autoestima y un buen equilibrio emocional y social, según apunta Jordi Isidro Molina, director de Cedipte-Psicología, experto en ansiedad y estado de ánimo.

"Hay que generar felicidad y saber dar felicidad, hay que encontrar la dosis adecuada para cada uno. Potencia el perdón, la compasión y la gratitud, y te harás fuerte ante los problemas de la vida y te sentirás bien contigo mismo", señala el experto a Business Insider España.

Cristina Ropero y Sonia Rodríguez, psicólogas de Heroicamente Psicología, explican a este medio que gran parte de la supervivencia del ser humano se debe a que somos una especie social. 

"Tiene mucho sentido por tanto que, cuando realizamos acciones dirigidas hacia los demás de tipo altruistas o genuinas, estas nos hagan sentir bien. Por lo que podríamos estar hablando de una cuestión evolutiva cuando adoptamos una actitud positiva hacia las personas que están a nuestro alrededor", explican.

Las expertas añaden que esto puede basarse en pequeñas acciones aparentemente sencillas que otorgan valor humano a nuestras relaciones interpersonales y muestran empatía hacia nuestro entorno cercano.

"Son esos pequeños detalles cotidianos los que, a fin de cuentas, muestran nuestra capacidad para ser generosos y empatizar con el otro, y los que nos sirven igualmente para sentirnos realizados y satisfechos con nosotros mismos", indican desde la plataforma Psonríe.

Estos son algunos de esos pequeños hábitos que puedes poner en práctica, según los expertos en la materia:

1. Saludar y despedirse con una sonrisa.
2. Ayudar a alguien a transportar algo.
3. Abrir una puerta y ceder el paso.
4. Apoyar y escuchar a alguien que lo necesita.
5. Elogiar y dar las gracias a alguien por su trabajo.
6. Pedir perdón si haces daño a alguien.
7. Aceptar la realidad de lo que te rodea.
8. Contagiar y dejarte contagiar por las personas positivas que te rodean –y alejarte de las personas que te aportan toxicidad–.
9. Transmitir alegría a los de tu alrededor.
10. Ser asertivo socialmente.
11. Hacer la compra pensando en aquellos productos que le gustan a tu pareja.
12. Dejar a la otra persona la silla o el asiento más cómodo al llegar a un restaurante.
13. Acordarse de algo que te han contado y preguntar sobre ese tema, además de ser respetuoso con sus opiniones.

Carmen Rodríguez, directora de área de intervención psicológica de Affor Health matiza que definir estos hábitos puede ser complicado porque entraña valoraciones subjetivas e intervienen, además, otros factores culturales. 

En general, si nos referimos a conductas prosociales, y en concreto a la conducta de ayuda, está modulada por nuestra motivación, los rasgos de nuestra personalidad y la percepción de los costes y beneficios de la ayudar frente a los de no actuar.

Según Rodríguez, las conductas de ayuda y de cooperación en el ámbito laboral fomentan el bienestar emocional y mejoran la productividad de los equipos en su conjunto. 

Hay 3 tipos de empleados y este es el más buscado por las empresas, según un experto en psicología social

Pero, lo más importante, es no esperar nada a cambio. Como explican desde Psonríe, al realizar una buena acción no debemos esperar nada a cambio. 

Si creemos que por ayudar a otra persona esta nos va a deber algo, nos tendrá que devolver el favor o hacer algo que nos beneficie, podemos acabar cayendo en la frustración si esto finalmente no ocurre. 

La frustración y ese sentimiento de que no obtenemos lo que merecemos anulará todos los beneficios que la buena conducta inicial nos podría haber otorgado.

Pese a eso, añaden, lo cierto es que hacer cosas por los demás a quien más beneficios trae es a nosotros mismos. 

Por ejemplo, cuando agradecemos algo a alguien sentimos orgullo por ser capaces de reconocer lo bueno en los demás y esto refuerza nuestro autoconcepto, haciendo que nos valoremos a nosotros mismos de una forma más positiva, señalan desde Psonríe.

De la misma manera, cuando llevamos a cabo un gesto solidario, nuestra confianza y autoestima se ven potenciadas. Esta conducta libera endorfinas, unas hormonas que disminuyen los niveles de cortisol y, por tanto, el estrés.