¿Sabes cómo funciona un airbag? ¿Y quién lo inventó?

Raul Salinas,
Airbag: cómo funciona

¿Cómo funciona un airbag? Seguro que tú, tu prima, tu suegra y hasta ese vecino al que odias se lo ha preguntado en alguna ocasión. Es una pregunta que más o menos todos se pueden imaginar, pero que hoy te voy a responder de una manera sencilla y amena, sin demasiados tecnicismos: al fin y al cabo, el funcionamiento de un airbag, teórico, no tiene mucho misterio, aunque el sistema es más complejo de lo que parece.

Pero antes que nada, voy a empezar por lo esencial: ¿quién inventó el airbag? Pues sí amigos, en este caso los bulos que corren por ahí son ciertos: fue Mercedes el que, en 1971, tuvo la maravillosa idea de crear un dispositivo de seguridad que formaría una especie de colchón impacto entre los elementos duros del coche, como el salpicadero, y el cuerpo de los ocupantes. Sobre el papel parecía algo fantástico pero de difícil ejecución. Los ingenieros se pusieron manos a la obra para descubrir cómo podían llevar a cabo esa idea que ya se inscribió en la oficina de patentes ese mismo año.

Vídeo: aquí puedes ver qué ocurre dentro de un airbag al estallar

Ahora bien, el camino a emprender era largo y complicado. ¿Cómo conseguir que una bolsa de aire se inflase suficientemente rápido para que el cuerpo de un humano no impactase contra un salpicadero en un accidente? Tenía que ser un sistema muy rápido y eficaz, había que encontrar sensores, procesadores y elementos que hiciesen que el airbag se hinchase en el momento preciso. Ni antes, ni después.

En 1981 se presentaba el Mercedes Clase S, el primer coche del mundo en incorporar, entonces de manera opcional, los airbag frontales. Hoy en día todos los coches lo montan, en tantos sitios que a veces puede parecer que no queda una superficie dura sin cubrir en caso de accidente. Sin duda es uno de los inventos más importantes de las últimas décadas, un invento al nivel de los turbo: ¿sabes cómo funciona un turbo? ¿Y sabes cuál fue el primer coche con motor turbo? Venga va, que hoy vas a aprender muchas cosas.

Ahora bien, ¿cómo funciona un airbag? Pues es tal como te imaginas: el coche monta una serie de sensores repartidos por diferentes partes del coche (especialmente en el frontal y en la parte lateral) y que determinan si el impacto se suficientemente fuerte o no para activar el dispositivo. Bueno, esto no es del todo cierto: estos sensores, acelerómetros, giroscopios o sensores de presión, se encargan de medir las fuerzas que están haciendo acto de presencia sobre el vehículo.

Estos datos se envían a la centralita del airbag, auténtico cerebro del sistema y que se encuentra muy bien protegido en algún lugar del vehículo. Esta centralita se encarga de recopilar los datos y de ejecutar las órdenes necesarias. De tomar las decisiones, vaya. Si el impacto es lateral, activará los airbag laterales y de cortina. Si es frontal, los frontales y de rodilla. Y así sucesivamente.

Ahora bien, te preguntarás: ¿y cómo puede ser que el airbag se hinche tan rápido? Estos datos circulan por una red a una velocidad altísima, en milisegundos la información se procesa y ya hay preparada una decisión. En caso de que haga falta recurrir a los airbag, se activa el procedimiento de explosión y de activación de estas bolsas salva vidas.

¿De qué están hechos los airbag?

Los airbag están compuestos de un tejido muy resistente y están estratégicamente situados en los lugares clave del coche: en el volante, en el interior del salpicadero o incluso en el interior de los asientos. Cuando el airbag recibe la orden de la centralita de entrar en acción, se produce una explosión gracias a un gas muy inflamable y a un sistema eléctrico capaz de inflar las bolsas en entre 15 y 30 milisegundos.

Visto y no visto. Esta detonación hace que las bolsas se inflen híper rápido, aunque el sistema tiene unos orificios cuyo diámetro está perfectamente definido para que se desinflen una vez se haya producido el impacto.

Resumiendo: los sensores detectan el impacto, la información se envía a una centralita que gestiona la información y decide si activar los airbag o no. Si se activan, una pequeña explosión es capaz de hinchar las bolsas en apenas 30 milisegundos y ellas mismas se desinflan cuando ya no son necesarias.

Un sistema brillante que necesitó diez años de desarrollo técnico para su implementación que desde entonces no ha hecho más que evolucionar y se ha convertido en uno de los inventos que más vidas salvan. ¡Un gran trabajo del hombre para la seguridad en los vehículos!

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