21 cosas que hemos aprendido del coronavirus desde que se dieron los primeros casos en China hasta ahora

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Científicos en un laboratorio.
  • China identificó al nuevo coronavirus, conocido como SARS-CoV-2, en diciembre de 2019.
  • Desde entonces, varias investigaciones han señalado que este —que afecta a más de 41 millones de personas en el mundo— podría llevar propagándose desde octubre de 2019. 
  • Pero se sigue desconociendo su origen. Y cuestiones como la inmunidad, el tratamiento y hasta la propia evolución de la enfermedad se abordan desde diferentes teorías científicas.
  • Hasta ahora, la comunidad ha confirmado que la principal vía de propagación son las partículas exhaladas por un infectado. Así como que existen factores de riesgos de casos grave de COVID-19 —aunque la mayoría de los contagiados superen un SARS-CoV-2 leve—, y que tomará al menos un año, dar con el remedio a la pandemia.
  • Estas son 21 de las cosas más importantes que los médicos, científicos y expertos en salud pública han descubierto sobre el coronavirus.
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Desde que el nuevo coronavirus se identificó por primera vez en diciembre de 2019, el mundo ha recorrido un largo camino en la comprensión de cómo se propagaataca al organismo y puede, en la medida de lo posible, curarse. 

Más de 41 millones de personas en todo el mundo han contraído la enfermedad que provoca, COVID-19. Solo en España, este número asciende a más de 1 millón de casos, con récord en los reportes diarios durante la segunda ola de la pandemia.

Pero, como ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS) con anterioridad, esto está muy lejos de concluir. Así como hay expertos que consideran que es ya una enfermedad endémica de nuestra sociedad

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No obstante, a 10 meses desde su primer diagnóstico, la comunidad científica ha dado con algunas de las claves del nuevo coronavirus —confirmando que muchas de las primeras suposiciones sobre el virus no eran completamente precisas—.

Algunas investigaciones estiman que este pudo haber empezado en octubre de 2019, no en diciembre cuando se reportó en Wuhan, China.

Otras, se han centrado en la propagación y las medidas de seguridad propicias para evitar nuevos focos de contagios que, a día de hoy, siguen teniendo lugar.

Así como varios estudios han esclarecido cuáles son los factores de riesgo de un caso grave de COVID-19, los lugares en los que es más probable contagiarse del coronavirus y cuáles son los tratamientos más prometedores para combatir el virus mientras se aprueba una vacuna contra la pandemia

Estas son 21 cosas que se han aprendido sobre el virus en el transcurso de la pandemia.

El primer grupo de infecciones en Wuhan se informó a finales de diciembre. Sin embargo, una investigación de Infection, Genetics and Evolution remonta al primer contagiado a octubre de 2019

The first cluster of infections in Wuhan were reported in late December. However, the South China Morning Post reported that "patient zero" likely got sick in mid-November.
Ruobing Su/Business Insider

China informó del brote a la OMS el 31 de diciembre.

No obstante, según los datos del gobierno chino obtenidos por South China Morning Post en marzo, el primer caso surgió el 17 de noviembre.

La identidad de la persona no ha sido confirmada, pero podría haber sido un hombre de 55 años de la provincia de Hubei (donde se encuentra Wuhan), según SCMP.

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Unos meses más tarde, en mayo, una investigación de Infection, Genetics and Evolution (Infección, Genética y Evolución en su traducción) confirmaba que el primer paciente contagiado podría haber tenido lugar en octubre de 2019.

"Las estimaciones filogenéticas respaldan que la pandemia de COVID-19 comenzó entre el 6 de octubre de 2019 y el 11 de diciembre de 2019, que corresponde al momento del salto del huésped a los humanos", concluye el estudio que analiza a más de 7.000 secuencias del genoma.

Al principio, el origen del virus se vinculaba al Mercado de Mariscos al por mayor de Huanan en Wuhan, donde se creía que había saltado de un animal a una persona. Ese ya no parece ser el caso

Mercado húmero.

En algunos mercados húmedos, se venden carnes, aves y mariscos junto con animales vivos.

En estos suelen darse condiciones climatológicas propicias para que virus y bacterias sobrevivan, una de las razones por las que el estilo de vida actual atraerá más pandemias como la de COVID-19

Por ello, el mercado mayorista de mariscos de Huanan se cerró el 1 de enero, un día después de que China confirmara el primer caso del coronavirus.

Las autoridades de Wuhan prohibieron el comercio de animales vivos en todos los mercados húmedos de la zona poco después. En febrero, China anunció una prohibición nacional de compra, venta y transporte de animales salvajes en mercados, restaurantes y mercados online en todo el país.

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Sin embargo, un grupo de científicos del país publicaron un informe a finales de enero que indicaba que de los primeros 41 casos del virus en Wuhan, solo 13 estaban relacionados con el mercado húmedo, lo que señala que no era el sitio de origen inicial del brote.

Asimismo, se han desmentido los rumores de que su origen, más tarde, se asociaba al laboratorio de la región, aludiendo a que estos no tenían base científica.

Mientras, gracias a otras indagaciones, se han descubierto muestras de virus muy parecidos al SARS-CoV-2 que fueron enviadas a Wuhan en 2013, según The Sunday Times.

Otras investigaciones han revelado que el virus probablemente pasó de un murciélago a los humanos a través de un animal intermedio

Un veterinario coge muestras de un murciélago para investigar

El virus que causó el brote del SARS, que mató a 774 personas a principios de la década del 2000, saltó de murciélagos a civetas y de estas, a personas.

Los investigadores han considerado a las serpientes opangolines, un mamífero parecido a un oso hormiguero en peligro de extinción, como posibles especies intermedias de este coronavirus, pero ahora no creen que sea ninguno de estos.

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No obstante, otras observaciones del genoma del virus han evidenciado que este podría ser un híbrido de 2 animales diferentes: murciélagos y pangolines

Aunque varios científicos han descubierto relaciones más estrechas entre el SARS-CoV-2 y un virus en murciélagos, lo que explicaría que este saltó a humanos de forma natural.

En enero, confirmaron que era posible la transmisión de persona a persona. Ahora, aseguran que la principal vía de propagación es a través de gotas respiratorias

Dos jóvenes tomando algo en una terraza en Madrid.

REUTERS/Javier Barbancho

La principal vía de propagación del nuevo coronavirus son las gotas respiratorias cargadas de virus exhaladas por un infectado.

Aunque la transmisión aérea vía aerosoles y el contagio por el contacto con superficies contaminadas también es viable —aunque varios expertos aseguran que no hay riesgo de contagio al tocar superficies—. 

Es por ello que, entre las medidas de seguridad más importantes para frenar la propagación de la pandemia, esté el distanciamiento social, que podría extenderse hasta 2022.

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La distancia recomendada son unos 2 metros entre individuos —que puede variar a 1,5 metros según el contexto, o las restricciones de un país en concreto—. Esto se debe a que toser, hablar, comer o incluso estornudar puede extender las gotas en el espacio.

Además, se pueden encontrar partículas del virus vivo en las heces y el semen de pacientes infectados

Scientists confirmed that live virus particles can be found in infected patients' poop. and semen.
Crystal Cox/Business Insider

Investigadores del Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) detectaron partículas virales viables en las heces de pacientes con coronavirus en marzo.

Los autores del estudio escribieron que "las muestras de heces pueden contaminar las manos, la comida, el agua, etc." y luego causar infección si las partículas entran en la boca, nariz u ojos de una persona.

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Para más, tirar de la cadena del váter podría crear un vórtice de 1 metro de partículas de heces con coronavirus en el aire, de acuerdo con los hallazgos del Instituto Estadounidense de Física.

Otro equipo de investigadores chinos también descubrió partículas de coronavirus en el semen del 16% de los pacientes varones estudiados, lo que plantea dudas sobre la transmisión sexual. El virus estaba presente en el semen tanto de pacientes que tenían infecciones activas como de aquellos que se habían recuperado.

Y, de acuerdo con expertos israelíes, la enfermedad COVID-19 podría causar infertilidad en los casos moderados y graves del SARS-CoV-2 en hombres.

Así como han determinado el tiempo que podría sobrevivir el virus en diferentes tipos de superficies comunes

Coronavirus diferentes superficies
Business Insider

La temperatura y la humedad también afectan la supervivencia de las partículas virales, alargando su capacidad de supervivencia.

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Por ejemplo, conforme a The Lancet, a 4 grados centígrados, el virus duró hasta 2 semanas en un tubo de ensayo. Cuando la temperatura se elevó a 37 grados, su vida útil se redujo a un día. Al contrario con la humedad....

Mientras, el SARS-CoV-2 puede aguantar en la piel humana hasta 9 horas y hasta 7 días en la capa externa de las mascarillas quirúrgicas.

Al principio, sólo las personas con síntomas eran evaluadas. Pero, tras confirmarse que había casos asintomáticos que podían contagiar, se generalizaron en muchos países

Prueba nasal para el coronavirus.

Según Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, entre el 25% y el 50% de las personas que se infectan con el coronavirus pueden no mostrar síntomas

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Estos pueden contagiar —con menor incidencia, de acuerdo con los datos recogidos— y llegar a tener secuelas de la enfermedad por las que ser hospitalizados en el futuro.

Todavía muchos de los síntomas del coronavirus se confunden con los de la gripe, el resfriado o la alergia. Pero otros son un contagio evidente con COVID-19

Unos sanitarios se ponen una mascarilla para atender a una persona con coronavirus.
Unos sanitarios se ponen una mascarilla para atender a una persona con coronavirus.

Los casos de COVID-19 se clasifican habitualmente como "asintomáticos", "leves", "graves" o "críticos".

Los casos leves son aquellos que no requieren hospitalización, pero pueden desarrollar síntomas graves y dolorosos.

En su mayoría, estos son los contagios de SARS-CoV-2 más comunes y la OMS recomienda tratarlos en casa. Presentan, de acuerdo con la organización, fiebre, tos seca y cansancio

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Por otra parte, los pacientes con episodios graves tienen más probabilidades de experimentar dificultad para respirar y tener líquido en los pulmones. Y, por lo general, requieren atención de un profesional médico.

Los casos críticos requieren atención médica en un hospital, a menudo en la unidad de cuidados intensivos. Estos pacientes pueden enfrentarse a insuficiencia respiratoria, shock séptico e insuficiencia orgánica.

El síntoma más común en todos los casos es la fiebre: un informe de febrero de la OMS descubrió que de casi 56.000 pacientes con coronavirus estudiados en China alrededor del 88% desarrollaron fiebre. Asimismo, concluía que el 68% de los pacientes tenían tos seca.

Algunos pacientes informan de síntomas gastrointestinales y neurológicos, que están cada vez mejor documentados

Sanitarios poniéndose equipos de protección antes de examinar a pacientes posibles casos de coronavirus en el Hospital Newton-Wellesley de Newton, Massachusetts, EEUU.
Sanitarios poniéndose equipos de protección antes de examinar a pacientes posibles casos de coronavirus en el Hospital Newton-Wellesley de Newton, Massachusetts, EEUU.Joseph Prezioso/Getty Images

Casi la mitad de los pacientes con COVID-19 en un estudio experimentaron náuseas, vómitos o diarrea.

Ahora mismo, algunos expertos consideran que estos síntomas son mejores predictores en niños que la tos o la falta de olfato y / o gusto. 

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Otros síntomas que ocurren en incidencias más bajas incluyen fatiga, dolor corporal y dolores de cabeza. 

Estos podrían ser fruto de la capacidad neuroinvasiva del SARS-CoV-2. Como el siguiente de los descubrimientos: 

Una creciente evidencia sugiere que los pacientes con coronavirus, incluidos los jóvenes, podrían sufrir accidentes cerebrovasculares como resultado de coágulos sanguíneos

El nuevo coronavirus puede causar daños a la salud a largo plazo.
El nuevo coronavirus puede causar daños a la salud a largo plazo.create jobs 51/Shutterstock

"La cantidad de problemas de coagulación que estoy viendo en la UCI, todos relacionados con COVID-19, no tiene precedentes", afirmó a CNN en abril el Dr. Jeffrey Laurence, hematólogo de Weill Cornell Medicine de la ciudad de Nueva York.

"Los problemas de coagulación parecen estar muy extendidos en los casos graves de COVID", sostuvo.

Los médicos piensan que los trazos probablemente estén relacionados con estos coágulos.

Leer más: Muchos pacientes con coronavirus sufren mareos, delirios y dificultad para concentrarse porque el COVID-19 afecta a todo el sistema nervioso

Aún están descubriendo cómo afecta el coronavirus al sistema nervioso de una persona de manera más amplia. Pero, de momento, un estudio de 214 pacientes en Wuhan descubrió que más de un tercio tenía síntomas neurológicos: el 25% experimentó mareos, dolor de cabeza, confusión, delirio, convulsiones o problemas de equilibrio o coordinación.

Esto fue más común entre las personas con infecciones graves. Y menos del 6% de los pacientes experimentaron un derrame cerebral.

También se ha relacionado con el virus una reacción inflamatoria grave y poco frecuente en niños: los médicos lo llaman "síndrome inflamatorio multisistémico en niños" (MIS-C)

La primera semana de clases en Larramendi Ikastola en Mungia, España, el 8 de septiembre de 2020.
La primera semana de clases en Larramendi Ikastola en Mungia, España, el 8 de septiembre de 2020.

Los médicos en Europa, Reino Unido y Estados Unidos indicaron haber visto niños con fiebre alta e inflamación.

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La enfermedad, que puede ser mortal, parece ser similar a la enfermedad de Kawasaki, que inflama las paredes de las arterias y generalmente afecta a uno de cada 10.000 niños.

Dados estos casos, los médicos han concluido que no afecta de la misma manera a niños y adultos

Niña en clase.

Por una parte, como se ha mencionado con anterioridad, estos suelen presentar entre sus primeros síntomas problemas gastrointestinales

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En su mayoría, los más pequeños sufren infecciones leves de SARS-CoV-2, pero pueden resultar graves e incluso mortales.

Y, en el caso de los asintomáticos, una investigación detectó que pueden tener el virus activo en el cuerpo durante un tiempo inesperadamente largo

Los expertos también comprenden ahora la progresión típica de los síntomas: la infección dura normalmente unos 17 días

Sanitario y paciente de COVID-19.

De media, los síntomas de un paciente comienzan aproximadamente 5 días después de la exposición al virus. Casi el 98% de los pacientes desarrollan síntomas en 11,5 días, aunque aproximadamente el 1% comienza a mostrarlos después de 14 días.

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Los síntomas como la fiebre y la tos generalmente se dan al comienzo de la infección. En casos severos, alrededor del día 5, comienzan a empeorar y los pacientes tienen dificultad para respirar.

Para el día 8, los casos graves probablemente hayan desarrollado dificultad respiratoria, neumonía o síndrome de dificultad respiratoria aguda.

Pero puede ser contagioso hasta 90 días después del contagio

Paciente de COVID-19.

"Hay observaciones en el extranjero de que la persona que tiene la enfermedad continúa propagando el virus hasta por 90 días. Nuestras observaciones en Rusia son que el virus puede extenderse hasta por 48 días", sostuvo, a mediados de septiembre, Anna Popova, al frente del Servicio Federal de Supervisión para la Protección de los Derechos del Consumidor y el Bienestar Humano (Rospotrebnadzor).

En algunos casos, los síntomas pueden persistir más de un mes

In some cases, symptoms can persist for over a month.
Halfpoint/Shutterstock

Para algunos pacientes, en su mayoría aquellos con casos graves o críticos, la recuperación puede durar hasta 6 semanas, según la OMS.

Pero también para los casos leves —que sufren, sobre todo, falta de gusto y olfato—, podrían sufrirlo hasta 6 meses después del contagio. 

Mientras, otros afectados desarrollan un conjunto de secuelas conocidas como: síndrome poscoronavirus

paciente de coronavirus

La fatiga crónica, la falta de respiración, los problemas pulmonares, cardiovasculares y nuerológicos son algunas de las consecuencias de una infección aguda de COVID-19.

"Al igual que sucedió después del brote de SARS [de 2002], una parte de los pacientes afectados por COVID-19 desarrolla síndrome post-viral", afirman investigadores de la Universidad de Manchester, Reino Unido.

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Según Fauci, hasta dentro de 1 año no se podrá concluir qué cuadro de síntomas conforman las consecuencias del paso de la enfermedad del nuevo coronavirus. Pero muchos de los supervivientes acuden a grupos, vía online, y recopilan detalles relacionados. 

A medida que la pandemia ha ido avanzando, se ha evolucionado en la detección de factores de riesgo

Una trabajadora sanitaria realiza un test del coronavirus en un hospital de Copenhague

Los mayores de 50 años enfrentan el mayor riesgo de mortalidad.

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Los datos de todo el mundo también han revelado qué afecciones preexistentes hacen que los pacientes sean más vulnerables a la enfermedad: presión arterial alta, obesidad, diabetes y enfermedades del corazón.

Los médicos han comenzado a deducir algunos de estos, que podrían explicar por qué hay casos que se vuelven más graves que otros

Un miembro del personal médico junto a un paciente de coronavirus en la UCI del hospital Circolo en Varese, Italia, el 9 de abril de 2020.
Un miembro del personal médico junto a un paciente de coronavirus en la UCI del hospital Circolo en Varese, Italia, el 9 de abril de 2020.Flavio Lo Scalzo/Reuters

Nuevos estudios sugieren que los genes podrían determinar cierto nivel de gravedad del coronavirus. E incluso el sexo de los individuos dada la localización de los genes afectados

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Las células de diferentes personas tienen diferentes cantidades de un tipo de receptor llamado ACE2, que es a lo que se une al virus para invadir las células. Se puede encontrar en la superficie de las células en todo el cuerpo, incluso en nuestros intestinos, pulmones, corazones y narices.

La investigación sugiere que tener más de estos receptores se correlaciona con un mayor riesgo de infección grave por coronavirus.

Otro factor que los investigadores se están dando cuenta que juega un papel en los casos severos es una respuesta inmune agresiva conocida como "tormenta de citoquinas"

El equipo de rescate francés de SMUR con trajes protectores lleva a un paciente al hospital de la Universidad de Estrasburgo mientras Francia enfrenta una progresión agresiva de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), 16 de marzo de 2020.
El equipo de rescate francés de SMUR con trajes protectores lleva a un paciente al hospital de la Universidad de Estrasburgo mientras Francia enfrenta una progresión agresiva de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), 16 de marzo de 2020.Christian Hartmann/Reuters

Algunas investigaciones nuevas muestran que esta reacción inmune agresiva hace que los glóbulos blancosataquen el tejido pulmonar sano, lo que puede hacer que los casos pasen de leves a graves.

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Esta respuesta, conocida como tormenta de citoquinas puede conducir a SDRA, una lesión pulmonar potencialmente mortal, en pacientes con coronavirus. Para los médicos que traten a estas personas, saber cuándo bloquear una tormenta de citoquinas podría ser fundamental para prevenir la muerte.

En esta misma línea, una teoría sobre la bradicinina podría cambiar el concepto del COVID-19: de enfermedad respiratoria a vascular

Sanitaria saca sangre a un paciente.

Siendo sus principales manifestaciones a través del tracto respiratorio —y su afección a los pulmones—, COVID-19 siempre ha sido considerada una enfermedad respiratoria. 

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Sin embargo, de un equipo de superordenadores que cuenta con el segundo más rápido del mundo, ha dado con una teoría que podría cambiar el sentido de cómo se concibe la enfermedad

Según estos, una tormenta de bradicinina —una sustancia química que regula la presión arterial— podría ser la desencadenante de los síntomas del nuevo coronavirus. 

En un principio, se supuso que los cuerpos de las personas que fallecían por COVID-19 podrían propagar la enfermedad. Este efecto se documentó en abril

Un trabajador funerario con traje protector saca un ataúd de la morgue del Hospital Severo Ochoa.

Los directores de funerarias y otros trabajadores del sector asumieron desde los inicios de la pandemia que los cuerpos de los que se encargan podrían propagar el coronavirus, por lo que luchaban por obtener equipo de protección personal.

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En abril, una carta escrita por 2 científicos en Tailandia ponía de manifiesto las evidencias de ese riesgo: describía el primer caso sospechoso de propagación del cuerpo de una persona fallecida por COVID-19 a un forense.

A pesar de la falta de consenso, las medidas de seguridad ayudan a frenar los brotes y varios tratamientos prometedores reducen los efectos de la enfermedad. Todo mientras las vacunas candidatas siguen en desarrollo

Varios ositos de peluche situados en las mesas de una terraza de Ciudad de México para mantener las medidas de distanciamiento social por la pandemia de coronavirus.
Varios ositos de peluche situados en las mesas de una terraza de Ciudad de México para mantener las medidas de distanciamiento social por la pandemia de coronavirus.

Con más de 41 millones de personas afectadas en todo el globo —y siendo España el primer país europeo en superar el millón de contagiados—, los científicos advierten de nuevas olas de COVID-19

Las medidas de seguridad están ayudando a paliar nuevos focos de infección, de acuerdo a las evidencias de las investigaciones sobre los centros educativos.

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Pero la OMS cree que un refuerzo de las cuarentenas será necesariopara frenar la curva que aumenta a medida que disminuye la temperatura —sobre todo, en Estados Unidos y Europa, donde considera que no se están cumpliendo—.

Por otra parte, mientras se sigue la carrera por obtener una vacuna contra el COVID-19, numerosos prometedores tratamientos podrían ser definitivamente aprobados para paliar los síntomas de la enfermedad

Aria Bendix, Bill Bostock, Dave Mosher y Aylin Woodward han contribuido a este artículo.

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