Estos gráficos muestran por qué el 2019 fue el mejor año para la energía solar en España pese al frenazo de los contratos de compra de energía a largo plazo

2 trabajadores instalan paneles solares en una vivienda en Colmenar Viejo (Madrid)
  • El pasado ejercicio fue, sin duda, el mejor año para la energía solar en España con hasta 4.201MW de nueva capacidad instalada en plantas en suelo y otros 459 MW adicionales para autoconsumo.
  • Estas cifras sitúan a España de nuevo en niveles de 2008, es decir, a la cabeza el mercado europeo y sexto a nivel mundial en energía solar. 
  • El informe evidencia un desplome en el desarrollo de PPAs y se ralentiza la firma de los contratos de compraventa de energía verde a lago plazo.
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El 2019 fue un buen año para la energía solar. El pasado ejercicio fue, sin duda, el mejor año para la energía solar en España con hasta 4.201MW de nueva capacidad instalada en plantas en suelo y otros 459 MW adicionales para autoconsumo, según un informe elaborado por la Unión Española de Energía Fotovoltaica (UNEF).

Estas cifras sitúan a España de nuevo en niveles de 2008, es decir, a la cabeza el mercado europeo y sexto a nivel mundial en energía solar.  De hecho, la tecnología fotovoltaica continúa siendo la fuente de energía más instalada en todo el mundo con 115 nuevos GW, lo que supone un incremento del 12% respecto al pasado año y acumulando 627 GW. 

Tal y como muestra este gráfico, la fotovoltaica coge impulso en el mercado español en 2019 hasta niveles que no se habían visto desde 2008. Y lo hace tras varios años de parón a las energías verdes y de incertidumbre política en términos energéticos en los últimos diez años. Todo a la espera de un plan que arrojará luz a largo plazo sobre el sector.

Crece también el autoconsumo y en este marco juega un papel fundamental la energía solar. La potencia instalada fotovoltaica destinada a uso propio del hogar se situó en 459 MW a cierre de 2019, una cifra que casi duplica  los 236 MW del pasado año y, desde luego, se sitúa lejos de los 22 MW de 2014. "La aprobación del real decreto ley 244/2019 de Autoconsumo abrió la puerta a un desarrollo similar al de los países de nuestro entorno, gracias a elementos como la remuneración de excedentes, las instalaciones colectivas y el autoconsumo a través de la red", justifica las cifras el informe.

El mayor crecimiento de la energía fotovoltacia se concentra en la Unión Europea con 16,7 GW nuevos instalados, una cifra que supone un repunte del 104% respecto al 2019 y su mayor crecimiento desde 2010. Después de España, los países en los que más creció la instalación fotovoltaica fue Alemania, Países Bajos, Francia y Polonia.

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En el mercado español, las plantas de energía fotovoltaica crearon 58.699 nuevos empleos, de los cuales 17.194 fueron directos, 21.292 indirectos y 20.213 inducidos. Además, el negocio de la energía solar contribuyó con un 0,26% del PIB y 3.220 millones de euros. El impacto económico de las exportaciones fue de 3.540 millones de euros, un 54% más respecto al 2018. 

Sin embargo, el informe evidencia un desplome en el desarrollo de PPAs (Power Purchase Agreement). La caída de los precios de la electricidad por la crisis del coronavirus podría ralentizar la firma de los contratos de compraventa de energía verde a largo plazo (PPAs). Se evidencia una mayor reticencia en el mercado a cerrar acuerdos, tal y como explicó el director general de UNEF, José Donoso, durante la presentación del informe. 

El parón económico por la pandemia derivo en precios en el mercado mayorista de entre 20 y 30 euros MWh y momentos puntuales inferiores a 10 euros MWh, una cifra que contrasta con la previsión del entre 40 y 50 euros MWh. Lo que sucede es que las grandes compañías que consumen grandes cantidades de energía y que acostumbran a suscribir estos contratos son ahora reticentes como también lo es la banca a financiar a precios de mercado. “Nadie quiere firmar a los precios de antes”; señaló Donoso. 

Un nuevo modelo de subastas y una tramitación más ágil

El directivo de UNEF apeló a agilizar los trámites administrativos de los nuevos proyectos renovables así como a evitar las inversiones cuya pretensión sea sacar dinero sin poner en marcha plantas de energías renovables. 

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Desde la organización ponen sobre la mesa la posibilidad de impulsar un nuevo modelo de subastas renovables que se convoquen dos veces al año con un horizonte de cinco años, distribuyendo el volumen de capacidad. “En vez de hacer una de 5 GW, se trataría de hacer dos subastas de 2.500 MW al año”, ejemplifica Donoso.

A su juicio, esta propuesta eliminaría el efecto último tren por el cual todo el mundo quieren un pedacito de la tarta para no tener que esperar al año que viene. Este modelo promocionaría una mayor exigencia en las subastas, con proyectos maduros y estudios sólidos “que se vayan a cumplir después, no que se vayan a ocupar espacios inútilmente”, señala el ejecutivo. “Como parte de un sistema para que se hagan proyectos, no para cumular dinero”.

Donoso considera necesario que se realicen subastas de renovables que generen certidumbre, que sean tecnológicamente neutras y den visibilidad a largo plazo. 

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