2023, año 1 de Netflix d.R (después de Reed): un nuevo capítulo con cambios en la ejecutiva, un mayor desarrollo de nuevas líneas de negocio… y más de lo mismo

Reed Hastings, CEO de Netflix.
Reed Hastings, CEO de Netflix.
  • Reed Hastings ha anunciado que deja de ser el director ejecutivo tras más de 2 décadas al frente de la compañía que él mismo fundó y llevó al olimpo del streaming.
  • Netflix afronta ahora el futuro con un nuevo co-CEO, Greg Peters, que junto con Ted Sarandonos, también co-CEO, tienen la misión de ganarse la credibilidad de los inversores y afianzar el rumbo de la compañía en una nueva era.

2022 ha sido profundamente transformador para Netflix. 

Tras el envite de los 6 primeros meses, financieramente demoledores, el último semestre les ha permitido cerrar el año con cifras más que aceptables. 

La presentación de resultados del último trimestre ha sido sintomática de la madurez de la compañía, que abre una nueva etapa:  el año 1 de Netflix d.R. (después de Reed). 

La sucesión de Reed Hastings se hace efectiva, con viejos conocidos en nuevas posiciones 

Aunque los rumores llevaban meses circulando por los mentideros del sector, que Reed Hastings anunciase ayer que abandonaba su puesto de co-CEO para asumir la presidencia ejecutiva ha pillado a todo el mundo por sorpresa. 

Hastings, al frente de la compañía desde 1997, se retira del día a día para centrarse en otras labores filantrópicas, en un movimiento similar al que han hecho recientemente otros fundadores de grandes compañías tecnológicas, como Bill Gates o Jeff Bezos. Resulta curioso que se haya hecho oficial la misma semana en la que se cumplían los 15 años de la andadura digital de Netflix, un giro en la estrategia de negocio que en su momento fue visto con un extraordinario escepticismo. 

Hastings deja como legado una compañía global con más de 230 millones de suscriptores, una visión de negocio clara (darle al espectador lo que quiere) y una cultura corporativa única. El relevo al frente de las grandes compañías de entretenimiento se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para los consejos de dirección (que se lo digan a Disney), de ahí la buena acogida que ha tenido un traspaso tan fluido. Según confirmó el propio Hastings durante la llamada a inversores, comenzó internamente hace 2 años y medio. 

Quién es Reed Hastings, el multimillonario cofundador y ahora ex-CEO de Netflix

El veterano Ted Sarandos continuará como co-CEO de Netflix, labor que ahora compartirá con Greg Peters, anterior COO e impulsor de 2 iniciativas recientes clave (la publicidad y los videojuegos). El equipo se refuerza también con el ascenso de Bela Bajaria (exdirectora global de televisión) al puesto de CCO (título anteriormente ostentado por Sarandos) y de Scott Tuber, hasta ahora director global del área de películas y ahora nuevo presidente de Netflix Film. 

La estrategia de contenidos va a seguir diversificándose 

El ascenso de históricos de la compañía deja bien claro que Netflix quiere dar continuidad a la línea editorial que se ha seguido hasta la fecha. Con toda probabilidad seguirán invirtiendo en un tipo muy específico de programación, capaz de proporcionar algo premium y comercial al mismo tiempo. Miércoles, Dahmer o The Watcher son ejemplos recientes del potencial de estas “gourmet cheeseburger”, en terminología de la propia compañía.

La continuidad, sin embargo, no excluye nuevas líneas estratégicas en otros ámbitos, como por ejemplo la programación en directo. A partir de 2024, Netflix emitirá la gala de los SAG Awards, y no parece que vaya a ser la única iniciativa. “Estamos pendientes de cualquier oportunidad para fidelizar a las audiencias en directo”, aseguraba Ted Sarandos durante la llamada a inversores.

La jugada podría salirles redonda. Un evento en directo con grandes niveles de engagement se puede convertir en un generador de contenidos satélite. Netflix también ha declarado que ven otros sectores con potencial, como los deportes o los fast channels, aunque no existen planes inmediatos al respecto. 

Su posición, ahora mismo, es la de observadores hasta que encuentren la fórmula de hacerlo rentable.

Netflix parece que ahora se aproxima a la estrategia de contenidos con una mentalidad mucho más flexible de la que había demostrado en el pasado. Aquí, como en otros ámbitos, su solvencia tecnológica y su modelo de distribución global podría cambiar por completo las reglas del juego. 

Netflix sigue creciendo y el AVOD, aunque prometedor, necesita más recorrido

No, 2022 no fue el principio del fin de Netflix. 

De nuevo, ha superado las expectativas de crecimiento en número de suscriptores. Habían proyectado un aumento de 4,5 millones de nuevos clientes, aunque el balance ha sido bastante mejor. Ha incorporado 7,66 millones (+3,3% con respecto a septiembre) lo que eleva su cifra global a 230,75 millones de suscriptores (si bien no especificaron cuántos de ellos corresponden al nuevo plan básico con anuncios). 

Con respecto al plan AVOD (Advertising-based Video on Demand por sus siglas en inglés o publicidad en streaming en videos bajo demanda), Netflix reconoció que “todavía hay mucho que hacer (en especial, mejorar la targetización y la medición) pero estamos contentos con el progreso hasta la fecha en sus distintas áreas: experiencia de usuario, valor para los anunciantes y la contribución incremental a nuestro negocio”.

La edad de oro de la televisión en 'streaming' se ha acabado

Que hayan podido constatar que los anuncios no reducen el tiempo visionado (según declaraciones de Greg Peters, el engagement de los usuarios del AVOD es comparable al de los planes sin anuncios) es lo que les hace ser optimistas con sus resultados a medio plazo. Aseguran que muy pronto el AVOD generará al menos 3.000 millones en beneficios anuales.

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El mercado ha cambiado la manera de evaluar la salud de las compañías y, los resultados de Netflix exponen con claridad hasta qué punto es necesario barajar más indicadores. 

Los buenos datos trimestrales de suscriptores cambian ligeramente bajo el prisma de sus resultados económicos. En el último trimestre, registraron un beneficio por acción de 0,12 dólares (muy por debajo del objetivo de 0,45 dólares).  Los ingresos en 2022 ascendieron hasta los 32.000 millones, mientras que el beneficio se ubicó en los 4.491 millones, lo que supone una caída del 11% desde los 5.116 millones del año anterior. 

Wall Street tenía razón: las grandes cifras pueden esconder datos no tan buenos, de ahí que las compañías se estén replegando en torno a la búsqueda de fórmulas para aumentar sus ingresos. 

En el caso de Netflix, la limitación de las cuentas compartidas será, junto a los ingresos publicitarios derivados del AVOD, una de las medidas que adoptará de forma inminente para lograr más beneficios. Las cuentas compartidas se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para la compañía. Es una práctica presente en más de 100 millones de hogares, lo que “reduce nuestra capacidad a largo plazo de invertir y mejorar Netflix, así como de reforzar su negocio”, según han señalado en varas ocasiones. 

Netflix ha anunciado que implantará su plan para “pagar por compartir” (un cambio terminológico que destierra el famoso “restricciones a las cuentas”) en los próximos 3 meses. Y, a diferencia del sentir general, no parece asustarles el aluvión de cancelaciones. 

Como aseguraba Greg Peters, a partir de las pruebas que han llevado a cabo en Latinoamérica, asumen que habrá un período de cancelaciones que, a medio plazo, se reajustará. 

La clave para que todo seguirá, en el fondo, siendo la misma: conseguir que el contenido que ofrecen sea un “must-see”.

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