Un fin de siglo abrasador: la mayoría de los días del año podrían ser peligrosamente calurosos para 5.000 millones de personas en 2100

2022 está dejando a su paso una sequía histórica en Europa, el julio más cálido en España desde que hay registros, olas de calor extremo en el Viejo Continente, el norte de África, Medio Oriente y Asia o lluvias torrenciales e inundaciones en países como Pakistán, India o Brasil. 

No obstante, parece solo un preludio de lo peor que está por venir: con el cambio de siglo parte del planeta podría ser inhabitable o peligrosamente cálido para la vida humana. Son los cálculos del escenario más probable estimado por científicos de la Universidad de Harvard en un nuevo estudio publicado en Nature Communications Earth & Environment.

Si el calentamiento global llegase a los 3 °C para 2100, más de 5.000 millones de personas podrían estar expuestas a niveles de calor y humedad perjudiciales y peligrosos para la salud durante la mayor parte de los días del año.

Las temperaturas se consideran peligrosamente cálidas y húmedas para los humanos cuando el índice de calor, una medida de la humedad relativa y la temperatura del aire, supera los 39 °C. Entre sus consecuencias, estos días tórridos pueden causar calambres y agotamiento, mientras que aquellos con un índice de calor superior a 51 °C pueden causar insolación, golpes de calor y muerte.

El equipo de investigadores dirigido por Lucas Zeppetello de la Universidad de Harvard modelaron una variedad de escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero basados en la población mundial y el crecimiento económico para fines de siglo. Según su hallazgo, la temperatura media mundial podría subir entre 2,1 °C y 4,3 °C para 2100.

El escenario de calentamiento más probable es de3 °C para final de siglo. En este, las regiones tropicales y subtropicales experimentarían días peligrosamente calurosos durante un cuarto o la mitad de cada año para 2050, y durante la mayor parte de cada año para 2100. 

El riesgo se cierne sobre una gran cantidad de población: 5.300 millones de personas en la India, el África subsahariana y la península arábiga estarían expuestas a un calor extremadamente peligroso, con un índice de calor que supere los 51 °C durante dos semanas o más al año.

Además, lugares más alejados del ecuador también experimentarían entre 15 y 90 días de calor peligroso cada año. Los investigadores predicen que en la ciudad estadounidense de Chicago se producirá un aumento de 16 veces en las peligrosas olas de calor para finales de siglo.

¿Qué posibilidades hay de escapar de ese destino? 

Solamente alrededor del 0,1%, en términos de la probabilidad proyectada de que limitemos el calentamiento a menos de 1,5 °C por encima de las temperaturas preindustriales. Los científicos creen que el planeta sobrepasará los 2 °C de calentamiento para 2050.

Cabe recordar que cada décima cuenta para: una minúscula fracción menos de temperatura podría salvar muchas vidas. SegúnScience Alert, estudios actuales ya responsabilizan al calentamiento global de una de cada 3 muertes relacionadas con el calor en todo el mundo.

Por otro lado, investigaciones recientes señalan que el organismo humano podría no ser capaz de hacer frente a tanto calor y humedad como indica el índice de calor empleado para el estudio: con una humedad del 100%, una nueva investigación sugiere que incluso las personas jóvenes y sanas pueden no vivir más allá de los 31 °C.

Haciendo una comparativa con el pasado reciente, entre 1979 y 1998, el umbral del índice de calor peligroso se superó en las zonas tropicales y subtropicales el 15% de los días de cada año. Para 2050, se superaría la mitad de los días al año, y en 2100, la mayoría. De estos, el 25% superarían los umbrales considerados extremadamente peligrosos.  

Sin medidas de adaptación, se multiplicarán las enfermedades relacionadas con el calor y se reduciría la capacidad de trabajo al aire libre en las regiones que dependen de la agricultura de subsistencia. Recientes investigaciones señalan que el cambio climático es una caja de Pandora para los patógenos, ya que puede agravar el 58% de las enfermedades infecciosas.