26 signos de que eres un buen jefe, aunque no lo creas

No siempre es fácil estar al frente.

Dirigir a otras personas implica una tonelada de presión. Y cuando estás en una posición de mando, puede ser difícil evaluar qué tal lo estás haciendo.

¿Estás logrando el equilibrio correcto entre exigir respeto y parecer accesible? ¿Están respondiendo bien tus empleados a tu estilo de liderazgo? ¿Alguna de tus acciones está creando resentimiento en tu oficina?

Que seas un buen jefe es crucial para tu empresa, un tercio de los empleados encuestados revelaron que habían dejado su trabajo por tener un mal jefe.

Leer más: 9 cosas que nunca deberías tener en tu mesa de trabajo

Pero no puedes ir por la oficina preguntando a la gente qué tal lo haces. Es mejor organizar encuestas de satisfacción de los empleados y solicitar comentarios de sus informes. 

También puedes echar un ojo a estos signos, más sutiles, para saber qué tal lo estás haciendo cómo jefe:

 

No tienes favoritismos evidentes

Jugar con los favoritismos es una buena forma de torpedear la moral de la oficina. Si dejas claro que una persona determinada es la niña de tus ojos, pase lo que pase, eso tan sólo implicará que otros empleados dejen de intentar impresionarte.

 

Tratas a tus empleados como humanos

You treat your employees like human beings
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Desafortunadamente, parece que algunos jefes piensan que lanzar insultos y abusar de la gente es una técnica motivacional efectiva. En la mayor parte de los casos, sencillamente no es verdad. Si valoras a tus empleados como seres humanos, ya habrás dado muchos pasos por encima de muchos gerentes.

 

Estás dispuesto a probar cosas nuevas

Los buenos jefes adoptan ciertos métodos porque creen que es la mejor manera de hacer las cosas, no solo porque hayan cogido ciertos hábitos. Los mejores jefes dan a sus empleados espacio para experimentar e innovar. 

 

Haces que todos sean responsables...

You hold everyone accountable ...
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Fomentar la responsabilidad es una parte importante de la moral de la oficina y promueve que los trabajadores actúen con integridad, lo que lleva a una cultura de trabajo excelente. 

 

... incluido tú mismo

Los buenos jefes no escogen un chivo expiatorio o huyen de dar explicaciones a los errores. En su lugar, los jefes con experiencia admiten cuando han fallado para crear un lugar de trabajo que sea seguro para la experimentación.  

Preguntas de forma educada

You ask politely
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Los jefes inseguros ladran órdenes y se comportan como divas para establecer su dominio. Si siempre dices la palabra mágica y eres, en general, educado  es una buena señal. 

 

Das apoyo

Los jefes deben construir la confianza con sus empleados al proporcionar apoyo y orientación razonables. Obviamente, no tienes que llevar de la mano a nadie, pero lanzar a la gente a las profundidades tampoco es lo ideal.  

Eliminas los obstáculos

You remove obstacles
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Los malos jefes lanzan obstáculos que dificulta que la gente tenga éxito y haga su trabajo. Los buenos jefes deberían trabajar activamente para hacer que la vida de sus empleados sea más fácil. 

 

Eres un buen entrenador

Los entrenadores no se limitan a quedarse sentados al margen mientras mueven los pulgares. Tampoco salen al campo y empiezan a jugar, exceptuando al padre asustadizo que se toma la liga de fútbol juvenil demasiado en serio. 

Los buenos jefes son como los buenos entrenadores: generan respeto y dan el número correcto de elogios y críticas constructivas para sacar lo mejor de sus empleados.  

Eres capaz de gestionar las expectativas

You're able to manage expectations
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Los malos jefes a menudo decepcionan o confunden a sus equipos presentando dibujos inexactos de cómo son las cosas en la oficina. Por ejemplo, hablan de lo bien que lo está haciendo la empresa y, después, presentan noticias de despidos indiscriminados. Los buenos jefes son honestos y abiertos.

 

Das 'feedback'

Los buenos empleados tienen ansias de feedback para aprender cómo pueden mejorar y crecer. Los buenos jefes están contentos de hacerlo.  

Creas un ambiente abierto y transparente

You keep the environment open and transparent
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

La transparencia crea cultura de satisfacción en la oficina.

Pides opiniones

Los empleados se quieren sentir escuchados.

Obviamente, al final del día, eres responsable de hacer un juicio final. Pero de vez en cuando, si la situación lo requiere, los buenos jefes piden a sus empleados que den sus conclusiones y opiniones.   

Te explicas

You explain yourself
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Los buenos jefes no esperan que nadie lea sus mentes. Resumen una visión clara y proveen a sus equipos del conocimiento y las herramientas para lograrlo.  

Te preocupas por las soluciones

Cuando las cosas se ponen difíciles, los jefes débiles encuentran a alguien a quien culpar. Los buenos jefes se centran en encontrar una solución al problema en lugar de tirar a la gente debajo de un autobús.  

Te preocupas de retar a tus empleados

You care about challenging your employees
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Un empleado aburrido es un empleado infeliz. Los mejores jefes se comunican con sus trabajadores para asegurarse de que tengan un reto.  

 

No llevas a cabo una gestión personalizada pero tampoco estás con las manos libres

Examina cuidadosamente las habilidades de tus empleados para dar con un buen equilibrio. ¿Puedes dar a alguno de ellos más responsabilidades? ¿Hay algo en lo que puedas empezar a delegar?

 

Te pones en contacto con tus empleados

You check in with your employees
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

No te pones en contacto con tus empleados para molestar como Bill Lumbergh en "Office Space". Realmente, hablas con tus trabajadores, no a ellos, para averiguar sus objetivos y preocupaciones. 

 

Tienes sentido del humor

Es importante no llevar las bromas demasiado lejos en la oficina. Dicho esto, los buenos jefes se toman su trabajo en serio, pero no a sí mismos. Es bueno reírte con tus empleados. 

 

Te preocupas por los sueños y los objetivos de tus empleados

You care about the dreams and goals of your employees
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Los mejores jefes invierten en sus empleados. Eso significa que se implican activamente en los objetivos profesionales y aspiraciones de sus trabajadores. 

 

No eres amable por el mero hecho de ser amable

Ser un jefe demasiado amable puede ser, en realidad, algo malo, tal y como Betty Liu señala en un artículo en LinkedIn. Los jefes que son amables artificialmente y añaden elogios no merecidos, luego arrancan la alfombra bajo sus empleados.

Así que no seas amable solo porque no te guste el conflicto. Se auténtico y realista con tus trabajadores. Les estarás haciendo un gran favor.  

Eres bueno escuchando

You're a good listener
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Esta es la principal razón por la que las personas introvertidas suelen ser bastante buenas como jefes.

Muchas personas han tenido jefes a los que les encanta hablar. Más raro, y mucho más apreciados, son aquellos jefes que son buenos escuchando. La gente con buenas habilidades para escuchar muestra a sus empleados que están tomando en serio y considerando sus opiniones y necesidades. 

 

Te interesas por la vida de tus empleados

Los buenos jefes no cruzan la línea de la curiosidad. Aún así, se preocupan lo suficiente para preguntar a los empleados por sus planes de verano, sus hijos o sus padres. Este interés demostrará a los empleados que sus jefes en realidad se preocupan sobre ellos, haciendo que ambas partes se sientan más implicadas en sus relaciones de trabajo.

 

Adaptas tu perspectiva

You tailor your approach
Strelka Institute for Media, Architecture and Design/Flickr

Empleados diferentes implican necesidades distintas. "La talla única para todos" no va a funcionar en el lugar de trabajo. Los mejores jefes son flexibles. Esto les permite adaptarse todos los roles para satisfacer las necesidades de sus trabajadores.  

Pides esfuerzo, no perfección

Los grandes líderes piden a sus empleados que trabajen duro y les inspira para ello. Ellos lideran con el ejemplo y dan a sus empleados las herramientas que necesitan para tener éxito a través del duro trabajo.

Los jefes que son demasiado rígidos simplemente no son realistas. La gente comete errores. Eso pasa. Si castigas los pequeños fallos, solo reprimes la innovación, la experimentación y la proactividad en la oficina. 

 

Sospechas que a veces eres un líder horrible

You suspect you're an awful leader sometimes
Ayurvedic India/Flickr

Cuando  Business Insider habló con el autor Simon Sinek sobre liderazgo, Sinek explicó que los individuos que creen que son excelentes líderes, en realidad son, líderes terribles.

Los buenos jefes reconocen que la autoridad y el rango no son iguales a las habilidades de liderazgo. Como resultado, están constantemente trabajando por mejorarse a sí mismos. Estos jefes pueden incluso sentirse inadecuados a veces.   

Sin embargo, sólo el hecho de que reconozcan sus propios defectos los hace superiores frente a muchos jefes que carecen totalmente de conciencia de sí mismos.  

Jacquelyn Smith contribuyó a una versión previa de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.