China prueba drones con aspecto de paloma para vigilar a sus ciudadanos

SmartBird de Festo
SmartBird de Festo

China se está convirtiendo en un país pionero a la hora de utilizar las nuevas tecnologías para el reconocimiento y vigilancia de sus ciudadanos. Así lo demuestran propuestas como el uso de la biometría para la identificación de usuarios en el metro de Pekín, reconocimeinto facial en las cámaras de vigilancia de grandes eventos o incluso en dispositivos como gafas para facilitar el trabajo de detención de sospechosos a la policía.

Su última aportación a la vigilancia ciudadana, una bandada de palomas drones capaces de volar de la misma manera que un ave real pasando totalmente desapercibidas por regiones como la de  Xinjiang donde ya han sido probadas.

Así lo ha revelado el diario South China Morning Post  que, de acuerdo a sus fuentes, indica que estos dispositivos voladores ya habrían sido probados en al menos cinco provincias por unas 30 agencias gubernamentales y militares del país.

Los nuevos drones han sido desarrollados para un programa conocido como "Dove", y son capaces de reproducir en un 90% el aleteo de una paloma real.  A diferencia de los vehículos aéreos no tripulados habituales, —con alas fijas o palas de rotor—, esto drones logran ascender, descender y avanzar en el aire al igual que un pájaro.

El mecanismo de aleteo permite que las alas se pueden deformar ligeramente cuando se mueven hacia arriba y hacia abajo, lo que genera no solo elevación sino también empuje para impulsar el dron hacia adelante. Además son muy silenciosos lo que contribuye a que sean realmente difíciles de detectar.

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Previo a su lanzamiento en regiones pobladas, más de 2.000 pruebas se han llevado a cabo comprobando en algunas de ellas que estos pájaros robóticos lograban pasar inadvertidos frente a otros animales, e incluso algunas aves reales comenzaban a volar junto a ellos.

Cada uno de los drones Dove lleva incorporado una cámara de alta definición, antena de GPS, sistema de control de vuelo y enlace de datos con capacidad de comunicación por satélite. En cuanto a su diseño,  pesan al rededor de 200 gramos, tienen una envergadura de aproximadamente 50 centímetros y pueden volar a velocidades de hasta 40 km/h  durante un máximo de 30 minutos.

El nuevo programa "Dove", está siendo dirigido por Song Bifeng, profesor de la Universidad Politécnica de Northwestern en Xian. Su existencia y utilización ha sido confirmada por el profesor asociado de la Escuela de Aeronáutica de Northwestern y miembro del equipo de Song, Yang Wenqing, quien ha recalcado al medio con sede en Hong Kong que " la tecnología tiene un buen potencial para el uso a gran escala en el futuro ... posee algunas ventajas únicas para satisfacer la demanda de drones en los sectores militares y civiles".

De acuerdo a las informaciones, su diseño podría engañar hasta radares de alta sensibilidad, por  lo que podría significar una amenaza real para los sistemas de defensa aérea.  Se estima que estos aparatos podrían alcanzar un precio de  unos 10.000 millones de yuanes ( más de 1.300 millones de euros).

Las máquinas imitan a la naturaleza

Por el momento la tecnología se encuentra en las primeras fases de desarrollo. Además de ser incapaz de viajar largas distancias o de enfrentarse a fuertes vientos, su rendimiento aún puede verse afectado por fuertes lluvias o nieve. Otro de sus principales fallos es que al no poseer un mecanismo anticolisión los drones son propensos a estrellarse contra obstáculos cuando vuelan a baja altitud.

Todos estos problemas están siendo solventados por los investigadores del proyecto. De acuerdo a una entrevista del jefe de proyecto, Song publicada en el número de abril de la revista académica china Aeronautical Manufacturing Technology,  la próxima generación de aves robóticas se espera pueda volar en formaciones complejas y tomar decisiones independientes en el aire.

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Este no es el primer proyecto en el que un dispositivo busca imitación en la naturaleza animal. Fuera de China, en 2013, el ejército de EE. UU. adquiría más de 30 drones de Prioria Robotics, con sede en Florida, diseñados para parecerse a las aves de rapiña.

Otro de los ejemplos más famosos de naves no tripuladas semejantes a aves es "SmartBird", un diseño desarrollado por Festo Corporation en 2011, que imita a una gaviota  robótica capaz de  despegar, volar y aterrizar sin necesidad de intervención humana. El proyecto no salió nunca al mercado, y la compañía revelaba a la revista Science que su uso no sería permitido para fines militares.

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