¿Por qué 27 grados es la temperatura límite máxima marcada para el aire acondicionado?

Entre las medidas aprobadas por el Gobierno para el ahorro energético se incluye limitar el aire acondicionado hasta los 27°C y la calefacción hasta los 19°C. Afectará a edificios administrativos, espacios comerciales y culturales, grandes almacenes, hoteles, cines, estaciones y aeropuertos.

El objetivo de ello, lograr una reducción de entre el 7 y el 8% en el uso de gas, como parte del acuerdo de la Unión Europea para recortar el gasto energético. Se trata de poder garantizar el abastecimiento durante el invierno ante el riesgo de un corte de suministro desde Rusia. Italia y Grecia también han marcado límites de 27 grados en el aire acondicionado entre sus restricciones.

Según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el uso de energía destinada a la refrigeración en edificios se ha duplicado desde el año 2000. Aunque no solo repercute en el consumo, también es una amenaza para el clima.

No es de extrañar que ante un verano extremadamente caluroso como el actual, los aparatos de aire acondicionado estén funcionando a pleno rendimiento. Con el gasto que esto conlleva.

Estos aparatos repercuten en el aumento de las temperaturas. Mientras que enfrían los interiores el calor expulsado aumenta la del exterior. Y con ello la necesidad refrigeración, un círculo vicioso que contribuye al efecto de isla de calor,que puede volver las altas temperaturas urbanas más peligrosas.

Sin embargo, en nuestro país donde los veranos pueden ser intensos, la medida ha suscitado ciertas dudas. ¿Es realista para España tener el aire acondicionado a 27º C grados en verano? Por qué esa temperatura.

27º C, el límite de temperatura a partir del cual empieza el disconfort térmico

El Real Decreto 486/1997 sobre las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo ya establecía que las condiciones ambientales de espacios como oficinas o similares debían comprender temperaturas entre los 17 y los 27 grados.  Los expertos sitúan, en general, la temperatura ideal del aire acondicionado entre los 24 °C y los 26°C.  

La temperatura corporal de los seres humanos debe mantenerse alrededor de 37,5°C.  A medida que esta se incrementa se elevan también los riesgos para la salud. Cuando el ambiente es caluroso, el cuerpo activa mecanismos para evitar que su temperatura suba, cómo, sudando. Ante calor extremo el cuerpo se calienta muy rápidamente lo que compromete esta capacidad para autoregularse.

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No se sabe con total exactitud cuál es la temperatura ambiental más alta que se puede soportar. Sí se conoce, en cambio, que la humedad hace más letal al calor, ya que dificulta la sudoración. Comienza a surgir la sensación de disconfort térmico. 

Según laTabla de valores de sensación térmica por calor de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) el confort térmico empieza a perderse a partir de los 27 grados ambientales. A medida que esta temperatura se supera se comienzan a sentir efectos, como la fatiga en caso de exposición prolongada o de estar realizando una actividad física, como recogePúblico.

Si además la humedad es elevada, la sensación térmica aumenta, pudiendo llegar hasta los 32 °C en en casos de humedades del 100%. Como permite conocer la tabla, si la temperatura sube a los 28 °C con una humedad del 85% se entraría en nivel de precaución extrema al superar los 33 °C de sensación térmica. Entre las consecuencias, insolación, golpe de calor o calambres.

Así la restricción a la climatización en el interior de 27 grados en verano  sitúa la temperatura en el en el límite del disconfort térmico.