Hackea tu mente con estos 3 sencillos trucos psicológicos que te ayudarán a ahorrar y gastar menos

'Sin límites'.
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  • Pese a lo relevante que es aprender ahorrar para ayudar a tu yo del futuro a conseguir una seguridad financiera, es posible que te cueste horrores llevarlo a la práctica.
  • Una experta en el comportamiento humano te da 3 trucos psicológicos para hackear tu mente y cambiar la forma de ver el ahorro. Si cambias tu entorno interior alteras tu comportamiento.
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Ahorrar dinero. ¿Por qué una acción que todo el mundo sabe que es importante para conseguir la seguridad financiera o preparar una buena jubilación cuesta tanto de llevar a la práctica?

Los estudios y encuestas al respecto no dejan de demostrar la reticencia general a ahorrar y gastar menos. Por ejemplo, en una encuesta reciente, de marzo de este año, se reveló que una cuarta parte de los adultos de Estados Unidos no tienen suficientes ahorros para su jubilación.

Hay situaciones y situaciones, claro. Hay personas que por desgracia no están en condiciones económicas para ahorrar lo necesario. Pero el otro extremo tampoco se salva: un estudio de 2011 reveló que el 40% de los trabajadores de siete grandes empresas había fracaso en sus planes de ahorro y derrochaba pese a que sabían que eso les perjudicaría a la larga.

Por suerte, hay solución. Y una de ellas pasa por hackear la mente. La científica especializada en el comportamiento humano Wendy De La Rosa explica, para el canal de Youtube de las charlas TED, que debes cambiar el entorno en el que se producen tus decisiones financieras si quieres cambiar tus hábitos al respecto.

Los trucos que te ofrece De La Rosa a continuación no cambian tu entorno externo, sino el interno: son pequeños hackeos psicológicos que alteran la forma que tiene tu mente de ver los ahorros. Pruébalos porque seguro que cambian tu situación gradualmente.

1. Domina el compromiso previo

'Star Trek'.
'Star Trek'.

El ser humano tiene por norma general muchos problemas para conectar con su yo del futuro. Eso se debe en parte a que la mente antepone la gratificación cortoplacista a las recompensas a largo plazo. Por eso te cuesta tanto ahorrar dinero u otras tareas que requieren constancia: perder peso, abrir un nuevo negocio, escribir un libro...

Pensar en tu futuro de forma abstracta y general no funciona para motivarte. La imagen mental que construyes suele estar desasociada de tú yo presente y no sientes empatía por el resultado.

Lo que De La Rosa recomienda es que aproveches cualquier oportunidad del presente para pensar en su impacto tangible en el futuro, aunque no tengas toda la información que querrías. 

A modo de ejemplo, la experta en comportamiento explica una prueba que se realizó con respecto a la devolución de impuestos en Estados Unidos. Como media, el reembolso suele ser 3.000 dólares, una cantidad muy importante que puede ayudar a ahorrar.

En el ejercicio, se crearon 2 grupos. A los participantes del primer grupo se les mandó un texto 4 meses antes de la devolución: "Si acabas recibiendo un reembolso, ¿qué porcentaje del mismo querrías ahorrar?". En el segundo grupo se les preguntó meses después, cuando la gran mayoría ya habría hecho declaración y sabía si tendría devolución o no, lo siguiente: "Vas a recibir una reembolso, ¿qué porcentaje del mismo querrías ahorrar?".

El segundo grupo quiso ahorrar de media un 17% de la devolución de impuestos. Pero el primer grupo quiso ahorrar de media un 27%. 

¿Por qué el primer grupo tenía más predisposición al ahorro si ni siquiera sabía qué ocurriría durante la declaración? Compromiso previo: se les realizó la pregunta en un momento en el que la devolución formaba parte del futuro, y se condicionó dicha pregunta para que su respuesta tuviera un impacto directo. En cambio el segundo grupo se hizo la pregunta muy tarde: ya no había futuro distante en el que operar, su yo del mañana se parecía demasiado al del presente, así que no había incentivos para comprometerse en serio.

Hazte preguntas relacionadas con el ahorro con tiempo, sin importar si tienes todavía la información necesaria. E imagina el impacto de tu posible respuesta para tu yo del futuro de la forma más tangible posible.

2. Aprovecha los momentos de transición

Calendario

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En el mundo de la psicología, existe el llamado efecto de empezar desde cero. Cuando comienza un nuevo año, estación, mes... te sientes más motivado a emprender tareas. Lo mismo ocurre en tus primeros días de trabajo, cuando cumples años, tienes una nueva pareja... El problema es que la motivación dura una, 2, 3 semanas... y luego desaparece. ¿Por qué? Porque ya no estás en el punto 0. Has avanzado y dejas la energía asociada atrás.

El truco mental consiste en invocar una motivación más duradera: la que surge al recordarte que estás en un momento de transición. Es decir, debes situarte entre un punto A y un punto B, pensar que vas rumbo hacia este segundo lugar y preguntarte si cumples las condiciones para llegar. De La Rosa da un ejemplo práctico que se realizó durante un estudio:

Crearon un servicio ficticio que ayudaba a gente mayor a compartir sus casas, una forma como cualquier otra de generar ingresos y/o ahorros. Para promocionar este servicio, se iniciaron 2 anuncios en redes sociales. El primero tenía un mensaje muy ambiguo: "Te estás haciendo mayor. ¿Estás listo para la jubilación?". El segundo no obstante situaba al usuario en un momento de transición entre un punto A y un punto B: "Tienes 64 años y pronto harás 65. ¿Estás listo para la jubilación?".

El segundo anuncio tuvo mayor éxito que el primero. Hubo más clics, más registros y mejores indicadores de compromiso por parte del consumidor.

"Así que ahora mismo, programa una reunión en tu calendario para el día antes de tu cumpleaños", explica esta experta en el comportamiento humano. "Identifica aquella tarea financiera que quieres y/o debes hacer. Comprométete a hacerla". Y cada vez que notes que tu motivación baja, mira de nuevo la cita y piensa "Tengo X años y pronto cumpliré X, ¿estaré listo el día de mi cumple a nivel financiero?" para invocar esta sensación de encontrarte en un momento de transición y recuperar la motivación para seguir adelante.

3. Gestiona con eficiencia compras pequeñas y frecuentes

'Quizás para siempre'.
'Quizás para siempre'.

Una forma 100% de destruir tu motivación es intentar terminar primero la tarea más grande y peliaguda. Así que si quieres ahorrar, pero te centras primero en cortar los gatos grandes, seguramente acabarás fracasando. Hay que empezar con los objetivos más pequeños para crear un círculo virtuoso de éxito que facilite un progreso sin esfuerzo excesivo. Se amontona así un cúmulo de victorias que, en momento de bajona, sirven para recordarte que ya has vencido varias veces así que puedes hacerlo de nuevo.

Así que lo mejor es empezar por las compras más pequeñas pero frecuentes. No solo son más fáciles de gestionar: descubrirás, si empiezas a hacer cálculos, que son un mayor gasto de dinero de lo que creías.

De La Rosa pone de ejemplo clásico el comer fuera: en múltiples encuestas se revela como la actividad de ocio que más gastos conlleva. El motivo es que no te das cuenta. Que si un café por aquí, una hamburguesa por allá, un vinito... Y las cifras se van acumulando.

La científica pone un ejemplo personal: descubrió que se gastaba 2.000 dólares al mes en apps como Uber y compañía. Decidir a secas no volver a hacerlo no le funcionó: cuando volvió a inspeccionar sus gastos había gastado otros 2.000 dólares. Así que ideó una estrategia en 2 partes.

La primera parte consistió en crearse obstáculos. Desvinculó su tarjeta de crédito de las apps y creó una tarjeta de débito virtual donde añadió una pequeña suma de dinero. Usó esa tarjeta para pagar sus viajes. Poco a poco recurrió menos a estas apps porque le resultaba un fastidio tardar tanto en pagar los trayectos y recargar la tarjeta cada 2 por 3. "Cada clic, cada obstáculo, cada barrera cambia tu comportamiento", explica.

La segunda parte fue ayudar a su mente a tener información concreta sobre cuánto gastaba en viajes. Primero contó cuántos trayectos realizaba a la semana. Eso ayudó a su cerebro a hacerse a la idea de la magnitud de la tragedia. Y le fue fácil reducir esa cifra a solo 3 usos de estas apps por semana. La información también cambia tu comportamiento.

Así que busca aquellas compras pequeñas que realizas con frecuencia, ponte obstáculos y ayuda a tu cerebro con información para encontrar formas de recortar gastos.

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