4 claves para despertarte bien por la mañana y con ganas de todo, según la ciencia

¿Por qué unos días te despiertas sintiéndote bien y con ganas de comerte el mundo y en otras ocasiones pasa justo lo contrario? Sí, tiene que ver con cómo duermes. Pero otros factores, como lo que desayunas o el ejercicio físico que realizas también juegan un papel fundamental según revela una reciente investigación. 

Un equipo de investigadores liderado por el neurocientífico y científico del sueño Raphael Vallat, de la Universidad de California en Berkley (UC), se propuso desentrañar por qué unas mañanas nos despertamos sintiéndonos alerta y en otras sufrimos para salir de la cama.

No es una cuestión baladí. Recuperar o no el estado de alerta en las horas posteriores al sueño tiene importantes implicaciones en tu día.

Se trata de un factor importante de riesgo para accidentes de tráfico y laborales, que causan miles de muertes de cada año, y también representa una pérdida significativa de productividad en el trabajo. Es una cuestión especialmente delicada para la seguridad de trabajadores que desempeñan tareas peligrosas como personal militar, trabajadores del sector sanitario, bomberos o pilotos.

Que te despiertes bien por la mañana no solo te afecta a ti y a los que te rodean, sino que puede tener un impacto grande en muchas personas.

Para analizar qué factores influyen en una transición efectiva a un estado de alerta tras despertarse, el equipo evaluó a 833 gemelos y adultos genéticamente no relacionados. 

Los hallazgos, publicados ahora en Nature Communicationsmuestran que despertarse bien está asociado con 4 factores modificables:

• la cantidad/calidad del sueño la noche anterior
• la actividad física del día anterior
• un desayuno rico en hidratos de carbono 
• una respuesta de glucosa en sangre más baja después del desayuno

Los 4 factores clave para despertarse con energía cada mañana

El primer factor es el sueño. Las noches en las que las personas del estudio durmieron más tiempo de lo que suele dormir se tradujeron en un grado superior de alerta a la mañana siguiente. 

Pero no es una cuestión solo de la cantidad de horas. También importa el momento de quedarse dormido. En concreto, dormir hasta más entrada la mañana demostró tener implicaciones positivas según la investigación, para alegría de los que odian madrugar. 

El segundo factor que destaca el estudio es la cantidad de ejercicio realizado el día anterior. Un mayor nivel de movimiento durante el día y una menor actividad física durante la noche tienden a suponer un sueño con menos interrupciones, lo que acaba resultando en un mayor estado de alerta por la mañana.

Los alimentos consumidos en el desayuno también influyen en el estado de alerta matutino. Las comidas con más hidratos de carbono se vinculan a mejores resultados, al contrario de lo que sucede con las dietas más proteicas. Todas las comidas suministradas durante el estudio tenían las mismas calorías y no contenían bebidas con cafeína. 

Sin embargo, la consecuencia metabólica de los nutrientes ingeridos en la primera comida del día también marcaron diferencias. Así, un aumento de los niveles de azúcar en sangre tras el desayuno representó una reducción del estado de alerta. En cambio ,una respuesta más baja de la glucosa en sangre lo mejoró.

"En términos más generales, nuestros resultados revelan un conjunto de factores clave asociados al estado de alerta que, en su mayor parte, no son fijos. Por el contrario, la mayoría de los factores asociados al estado de alerta son modificables y, por tanto, susceptibles de intervención conductual", señalan los investigadores en el estudio.

Los resultados pueden ayudar a informar las recomendaciones de salud pública para reducir la mortalidad, la carga financiera y social causada por el estado de alerta insuficiente, remarca el informe.