4 indicadores que muestran cómo la economía española se está enfriando (aunque los expertos dudan de hasta dónde)

Tienda compra venta precios IPC

La economía española empieza a enfriarse, por lo menos eso muestran algunos de los últimos datos publicados. El último indicador adelantado del PIB se quedó en el 0,6% frente al 0,8% registrado un año antes. También lo nota el termómetro de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) que mide en tiempo real la evolución de la economía española. El último publicado mostraba una ligera desaceleración del crecimiento de la economía frente a la estimación inicial, según el dato publicado a principios de agosto por el organismo

Los expertos ya llevan un tiempo advirtiendo de esta posible desaceleración de la economía, pero la duda está si el movimiento está siendo más rápido de lo esperado o con mayor fuerza.

En el terreno exterior, las dudas vienen dadas por la guerra comercial que podría frenar el dato de las exportaciones mientras que se acaban los vientos de cola como el petróleo barato o se reduce el turismo prestado. En el interior, el consumo se estanca en un entorno donde los salarios siguen sin despegar. 

En este sentido, la ministra de Economía, Nadia Calviño, considera que la economía española mantiene un crecimiento "robusto" sobre unas bases "sólidas" por lo que el Gobierno no se plantea en este momento revisar la previsión de crecimiento para este ejercicio situada en el 2,7%, según dijo esta semana en el Forum Europa, en una intervención en la que pedía "no lanzar un mensaje alarmista" sobre el cambio de tendencia de la economía española. 

"Voy a ser meridianamente clara: España se encuentra en una fase de crecimiento del ciclo económico y tiene bases sólidas, con un crecimiento que se mueve en una horquilla de entre el 2,6% y el 2,8%, tasas elevadas y superiores a la media del conjunto de la zona euro", apostilló Calviño. 

El 0,6% del PIB del segundo trimestre 

La evolución del PIB en tasa intertrimestral.

Las previsiones ya auguraban un crecimiento anual menor que el de años anteriores cuando se ha sobrepasado la frontera del 3%. La economía española ha estado por encima del crecimiento de otros países del entorno, en parte gracias a los llamados "vientos de cola" como el precio del petróleo que cuando está barato empuja a la economía española energéticamente dependiente pero que cuando empieza a subir, como ahora, lastra el crecimiento. 

"El dato del avance del PIB de segundo trimestre fue una señal de un cambio de tendencia", apunta Gonzalo García, analista de mercados de AFI, aunque apunta que todavía tiene que publicarse el dato definitivo de este periodo y ver si se confirma.  "Lo que está confirmado es que hay una tendencia de desaceleración económica. El crecimiento ha sido menor", señala. "Ahora, hay ver hacia dónde apunta", añade. 

"Estamos en la situación esperada de ralentización", explica José Emilio Bosca, profesor Titular de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad Valencia e investigador de Fedea. Bosca añade que parte de las dudas sobre el crecimiento de la economía también se fundamentan en la incertidumbre política, con un gobierno con poco respaldo de votos y que señala que ha lanzado varios globos sonda como los relativos a la subida de impuestos. Bosca señala que la inestabilidad puede acabar, por ejemplo, perjudicando al consumo. 

Las ventas minoristas se estancan

Gráfico de ventas minoristas del INE.

Otro de los indicadores que muestran dudas sobre la evolución de la economía española son los indicadores relativos al consumo. "La desaceleración del consumo privado, ya prevista por los principales analistas, pesa sobre la actividad. Así pues, las ventas minoristas se han estancado desde marzo, o incluso caen como en julio, último mes disponible —una tendencia que no se registraba desde el inicio de la recuperación", escribe Raymond Torres, Director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas en un post del blog del organismo.

"La expansión de la inversión residencial y en bienes de equipo no logra compensar el frenazo en el consumo, lo que explica la desaceleración de la demanda interna", añade. 

Las llegadas de turistas se frenan

Entre los últimos indicadores que hemos conocido se encuentran  las llegadas de turistas extranjeros, que han visto cómo caían en el último mes.  El número de turistas extranjeros cayó un 4,9% en julio hasta los diez millones de visitantes. Se trata de la mayor caída en el mes de julio desde hace ocho años. 

El sector ya venía avisando que parte de las buenas cifras de llegadas internacionales provenían de lo que denominan "turismo prestado", es decir, turismo que ha cambiado sus destinos por España. En este sentido, la recuperación de mercados como Túnez y Egipto junto con la depreciación de la lira turca pueden hacer cambiar los flujos. A esto se suma que el verano ha sido extremadamente cálido en Europa lo que puede haber frenado las reservas de última hora. 

García señala que hay que poner en contexto los datos. En el caso del turismo, señala, que hay que tener en cuenta que partíamos de cifras "excepcionales". 

Llegadas de turistas internacionales por meses. Variación anual.

Aunque en el punto positivo de este posible cambio de tendencia reside en que el gasto turístico no cayó de forma tan fuerte como la llegada de turistas. El gasto de los turistas internacionales que llegaron a nuestro país este mes registró un descenso de 0,9% respecto a julio de 2017 hasta los 11.747 millones de euros.

Por su parte, el gasto total medio por turista aumentó en el mes de julio un 4,2% hasta los 1.177 euros. Mientras que el gasto medio diario lo hizo un 9,5% hasta los 152 euros.

La destrucción del empleo y el aumento de parados

Quizá el indicador más preocupante de los últimos conocidos haya sido el relativo al paro registrado y a la afiliación. El descenso más elevado del número de afiliados a la Seguridad Social en diez años y el mayor aumento del paro registrado desde 2011 fueron los titulares que más se repitieron al conocerse estos indicadores el pasado cuatro de septiembre. 

Evolución de la contratación por meses
Evolución de la contratación por meses

Aunque los datos de desempleo han mejorado desde el pico más alto de la crisis, las cifras todavía son débiles si se compara con el entorno, lo que lleva a preocuparse por un debilitamiento de estos datos. A esto se suma que los salarios no acaban de despegar después de haber salido de la crisis en parte a la conocida como devaluación interna junto con que las tasas de temporalidad se mantienen elevadas (el año pasado se firmaron más de 21 millones de contratos). 

En este contexto, hay que relativizar también los datos porque el calendario jugó en su contra. El último día del mes de agosto, cuando se hacen los cálculos de afiliación, coincidió con que era viernes, el día en que tradicionalmente acaban muchos de los contratos temporales. Este efecto del calendario podría haber hecho que las cifras fueran peor de lo esperado. En cualquier caso, será la tendencia la que muestre la evolución de este indicador. 

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