4 trucos realmente sencillos para ayudarte a comer más despacio, según los consejos de una nutricionista

- A la hora de adoptar hábitos alimenticios saludables, tan importante como lo que se come resulta la forma en que se come.
- Así lo considera la nutricionista Magda Carlas en su libro, "La Dieta puede esperar. Manual para perder peso sin dieta, en el que la experta busca ayudar a las personas a comer de manera más sana y adelgazar sin verse obligados a seguir una dieta.
- Para acabar con el mal hábito de comer demasiado deprisa, Carlas ofrece en su libro algunos sencillos consejos para ingerir más pausadamente.
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Cuando se piensa en una alimentación saludable lo norma es preocuparse por el tipo de alimentos que se consumen. Asegurarse de que una dieta es variada, nutritiva y natural es realmente importante a la hora de comer bien y cuidar el peso.
Pero a la hora de asumir hábitos alimenticios saludables también es clave la forma en que se come.
Comer de manera convulsiva o darse atraconesfuera de control de manera habitual, es un problema que no solo va a repercutir en kilos demás, puede esconder, por otro lado, trastornos de ansiedad o problemas más serios que deberían tratarse con un especialista.
Pero no es la única forma de comer mal que puede darse.
"Hay personas que comen siempre en menos de 10 minutos o delante del ordenador y lo consideran normal", advierte la nutricionista Magda Carlas en su libro, "La Dieta puede esperar. Manual para perder peso sin dieta, donde advierte que comer de forma acelerada no es lo frecuente ni mucho menos lo recomendable.
En este manual, la experta en nutrición tienen por objetivo ayudar a las personas a adquirir hábitos alimenticios saludables que ayuden de forma natural en la pérdida de peso.
Según recoge Carlas en su libro, comer deprisa es una mala costumbre que puede además derivar en ganancia de peso y problemas digestivos.
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Uno de consecuencias de ingerir comida de manera acelerada es tener que padecer digestiones más pesadas. Cuando se come de forma rápida, los alimentos no se mastican lo suficiente y pasan al estómago sin haber sido triturados convenientemente.
Por otro lado, como resalta la nutricionista, "comer deprisa hará que comamos más cantidad", lo que repercutirá en mayores probabilidades de engordar. Existe una menor conciencia de lo que se come y como consecuencia se tiende a tardar más en percibir una sensación de saciedad.
Para evitar en lo posible este mal hábito, recogemos algunos de los consejos ofrecidos por la especialista en su libro "La Dieta puede esperar. Manual para perder peso sin dieta", para ayudar a comer de manera más pausada.
Bebe de manera frecuente

Una de las recomendaciones ofrecidas por Carlas en su libro, es probar a beber de manera frecuente antes y durante las comidas.
Ingerir abundantes líquidos, no solo nos mantendrá hidratados. Además consumir grandes cantidades de zumos o caldo vegetal, más allá del agua, puede ayudar a aumentar la sensación de saciedad lo que a su vez favorecerá una reducción en la velocidad de la ingesta.
Opta por alimentos que requieran de mayor esfuerzo al comer

Como sugiere Magda Carlas en su manual, la mejor manera de reducir la velocidad al comer es optar por alimentos que requieran de esfuerzo o deban ser manipulados antes de consumir.
Es el caso del marisco, que ante la obligatoriedad de pelarlo conlleva tener que pausar la comida. Y no tiene por que ser langosta, unas gambas o unos mejillones pueden resultar igualmente válidos.
Lo mismo pasa, por ejemplo, con alimentos gruesos o de gran tamaño. Como ejemplifica la experta en nutrición no es lo mismo "comer unas croquetitas sueltas que un filete grueso". Ya que si se tiende a comer de manera acelerada las croquetas cundirán mucho más que si el alimento requiere ser cortado con algo de esfuerzo.
También invita a optar por alimentos duros, que demanden un esfuerzo extra al masticar, ya que este ejercicio obligará al ralentizar el ritmo de ingesta.
Utiliza cubiertos más pequeños

Uno de los problemas de comer muy rápido es que se tiende a comer más cantidad de la necesaria. Cuando la sensación de saciedad llega al cerebro, se habrá comido mucho más de lo que realmente el cuerpo necesitaba.
Una forma de engañar a este y reducir la cantidad ingerida, tal y como aconseja Carlas, es optar por cubiertos más pequeños de lo normal. De esta forma por cada bocado se disminuirá la comida que llega a la boca, por lo que ante un mismo ritmo al menos se conseguirá comer menos.
Y hay evidencias científicas. De acuerdo a un estudio de 2018, comer con cucharas más pequeñas lograba reducir el ratio medio de lo comido.
Come acompañado

"Comer en solitario predispone más a comer a toda velocidad", comenta Carlas en su libro. Y es que cuando se almuerza o cena sin compañía no hay mucha distracción y el acto en sí se vuelve casi una tarea. Por lo que se tiende a querer acabar lo más rápido posible.
Para aquellas personas que ingieran muy rápido, resultará, por tanto, conveniente rodearse de compañía durante las comidas. El mero hecho de tener que atender a una conversación o tener turno de palabra, hará que el ritmo al ingerir se reduzca fácilmente.
Este artículo ha sido elaborado a partir de información extraída del libro "La Dieta puede esperar. Manual para perder peso sin dieta", de la nutricionista Magda Carlas.
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