5 cosas buenas que te ocurrirán si decides tomarte un descanso en el trabajo, aunque sea un minuto

Descanso divertido
  • Cuando tienes mucho trabajo, lo normal es que optes por trabajar aún más para acabar todas las tareas. Eso funciona puntualmente.
  • A largo plazo, te conviene convertir el descanso en una actividad más de tu día a día. Estas son algunas ventajas de tomar esta decisión.
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¿Qué sueles hacer cuando vas a tope de trabajo, cuando tu lista de tareas pendientes no hace más que crecer?

Si eres como yo hace unos años, seguro que cancelas todo lo que tenías planeado por la tarde y te pones a trabajar sin parar hasta que todo esté acabado. “¿Tomarme un descanso? ¿En el trabajo? Eso es para débiles".

Esta técnica, de forma muy puntual, funciona. Funciona porque aunque quemas una gran cantidad de energía, te queda mucha más en la reserva. Pero, si sigues trabajando y trabajando sin parar, ocurrirán muchas cosas y ninguna de ellas buena:

  • Tu productividad caerá en picado
  • No encontrarás ni una solución a los problemas que te bloquean
  • Cometerás errores
  • Olvidarás tareas

Abrumador, ¿verdad? La buena noticia es que existe otra forma de abarcar el trabajo: tomarse un buen descanso de tanto en cuanto. ¿No te crees que descansar puede ayudarte a trabajar más? Yo tampoco me lo creía. Hasta que me puse a investigar y descubrí todas las cosas, todas ellas buenas, que empiezan a ocurrir cuando decides descansar, aunque sea un minuto al día.

5 ventajas de tomarse un descanso en el trabajo

1. Tomarás mejores decisiones

Decidir

¿Conoces el término psicológicofatiga de la toma de decisiones? Hace referencia al deterioro de la calidad de las decisiones tomadas a lo largo del día, sobre todo si se han tomado muchas. 

Repasa algún día estresante de tu vida donde cada momento fue como encontrarse ante una encrucijada. Seguro que al final del día tomaste una decisión irracional de la que te arrepientes al recordarlo. Es el resultado de la fatiga de la toma de decisiones.

Hay dos formas de evitar esta fatiga. La primera es reducir el número de decisiones al día. Por eso hay grandes figuras como Steve Jobs, gente que decide por ejemplo solo llevar un par de conjuntos de por vida para no tener que decidir cada mañana qué ponerse.

La segunda es descansar. Un famoso estudio conocido como Factores extrínsecos en decisiones judiciales descubrió que los jueces son menos propensos a dar la libertad condicional a los presos al final de un día de revisiones extenuante. Daba igual cómo había sido la conducta del preso: la respuesta era siempre no. Las respuestas se volvían más variadas, y razonables, una vez tomaban no uno, sino varios descansos en una misma jornada.

2. Tendrás mejores ideas

Ideas

La creatividad es una herramienta extraña en estos tiempos modernos que corren. 

La creatividad normalmente funciona en segundo plano, cuando se pone en manos del subconsciente y este empieza a encajar posibilidades e ideas hasta encontrar la solución. Por eso muchos de tus grandes descubrimientos los realizas cuando no estás haciendo nada productivo o te sientes muy aburrido; la parte activa del cerebro se ha apagado y toda la energía puede redirigirse al subconsciente.

Si te pasas todo el día trabajando, no dejas momentos para que la creatividad pueda sorprenderte con una gran idea.

Tómate un descanso cuando un problema te atasque. Es más: sal a dar una vuelta o haz una actividad completamente diferente. Tu mente cogerá detalles que para ti son inocuos (una frase de una conversación, un anuncio de una película en la pared del metro…) pero que la creatividad sabrá retorcer para ponerlos a tu servicio.

En este sentido, el mejor momento para la creatividad es cuando duermes, ¡es el gran momento del subconsciente!

Haz esta prueba. Antes de irte a dormir, piensa en un problema. Escribe el problema en una libreta y déjala al lado de la mesita de noche. Intenta dormir pensando en el problema como un enunciado, no como algo a lo que darle vueltas.

Al despertar, escribe en la libreta sin pensar ni perder tiempo. Verás como escribes la solución o parte de ella.

3. Te concentrarás mejor en el trabajo

Concentración distendida

Hace un año, era difícil concentrarse en el trabajo. Hoy en día puede parecer misión imposible si sigues trabajando en casa. Llamadas inesperadas, un familiar que empieza a hablarte, la mascota de repente quiere mimos… ¡y todo eso mientras tienes que responder a lo que vaya ocurriendo en el trabajo!

Aunque parece contradictorio, si de repente tienes muchas pelotas en el tejado, la mejor forma de concentrarse es… dejar de concentrarse.

Lo descubrió un estudio de la Universidad de Illinois (vía Scientific American). El objetivo era descubrir por qué es tan difícil mantener la atención aunque sea con una sola tarea por mucho tiempo y/o encontrar una alternativa.

Los científicos detrás del estudio realizaron una prueba con 84 participantes que se dividieron en cuatro grupos:

El grupo de control que realizaría una tarea durante 50 minutos sin pausa.

Un grupo que tuvo que memorizar 4 números y detener la tarea que estaba realizando si veía algunos de los números en pantalla. No los vieron en los 50 minutos que duró la prueba.

Un grupo que también tuvo que memorizar 4 números para detener la tarea si veía algunos de los números en pantalla. Estos vieron 2 números repartidos durante los 50 minutos, así que pararon dos veces para avisar de que los habían visto.

Un grupo al que se le mostraron los 4 números y se le ordenó que los obviara.

En casi todos los grupos hubo disminución de rendimiento durante el paso del tiempo. Pero nadie del grupo tercero, el que se detuvo dos veces para avisar al ver los números, bajó su rendimiento.

Eso fue porque sus miembros tuvieron que parar la tarea principal y descansar dos veces de ella para avisar de que habían visto los números.

Con ello se comprobó que, si uno quiere concentrarse en algo, hay que parar de hacer ese algo durante un tiempo para regresar con fuerzas renovadas.

Así que si te encuentras realizando una tarea durante mucho tiempo, o tienes una larga lista de tareas, ve tomando descansos. Desconecta para volver a conectar.

4. Tu memoria subirá de nivel

Recordar

Tu memoria mental es igual que la memoria de tu PC: cuando llega a su límite, da igual los nuevos conocimientos que quieras instalar. No se instalarán y habrás perdido tiempo y energía.

Para vaciar de información un PC, hay que borrar datos. A tu memoria le basta con descansar.

Pero atención: para este caso es importante descansar con mesura o saber cuándo descansar.

David F. Little, del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Evanston, descubrió en su estudio Disrupción del aprendizaje perceptual mediante la práctica de un breve descanso que demasiado descanso puede ser contraproducente en una fase larga de memorización (durante el estudio previo a un examen, por ejemplo).

Lo mejor que puedes hacer es darte cuenta de cuándo has llegado a tu límite (por ejemplo, tras dos horas intensas de estudio). Ese será el momento de dejarlo por hora (o de regresar por la tarde con fuerzas renovadas).

Si descansas demasiado y rompes el momento de memorización, puede que acabes no recordando nada.

5. Completarás más tareas con éxito

Paso a paso

¿Recuerdas el estudio sobre la concentración? El grupo ganador, el que desconectó de la tarea, no solo mantuvo el rendimiento durante 50 minutos, sino que casi todos sus componentes acabaron la tarea principal.

A este fenómeno se le llama reactivación de los objetivos. Si te pasas todo el día haciendo lo mismo, lo acabas aborreciendo. Eso provoca que trabajes con desgana, cometas errores, tardes más en completarlo…

Pero si te alejas y regresas, ves el objetivo como si fuera algo nuevo. Te emocionas otra vez. Te reactivas. Y de repente trabajas más rápido, con mayor eficiencia, creatividad…

Cuánto tiempo dedicar al arte de descansar

Tiempo

Ahora que sabes todo lo bueno que trae consigo el descanso diario, seguro que tienes ganas de descansar. Ahora bien, ¿cómo hacerlo? ¿Cuánto tiempo dedicar al descanso?

Robert Pozen, ejecutivo financiero que enseña a otros ejecutivos a ser más productivos, explica en su libro Extreme Productivity: Boost Your Results, Reduce Your Hours, que la pregunta “¿cuánto tiempo debo descansar?” es la pregunta equivocada.

La pregunta clave es: ¿cuál es el tiempo adecuado de trabajo concentrado que puedo realizar antes de tomarme un descanso?

Cada persona es un mundo, y te tocará a ti descubrir cuál es tu tiempo de trabajo adecuado. Pero te echo una mano con algunos posibles tiempos:

Descansar después de 75-90 minutos de trabajo: Es la teoría de Pozen. Sacó ese tiempo después de estudiar cómo trabaja gente creativa y estudiantes. Descubrió que, más allá de los 90 minutos, la creatividad se seca y la atención se desvía.

Descansar cada 52 minutos: Es el resultado al que llegó un estudio que utilizó la app de monitorización de tiempo DeskTime. Con la ayuda de voluntarios, designaron diferentes tiempos y el que daba resultados más productivos era el de 52 minutos de trabajo seguido de un descanso de 15-17 minutos. Los voluntarios que realizaban los 52 minutos eran conscientes, además, del poco tiempo de trabajo e intentaban dar lo mejor de sí mismos.

Descansar cada 25 minutos: Entra a escena la famosa Técnica Pomodoro. Es una técnica que apuesta por cortos períodos de trabajo intenso seguidos por breves descansos. En concreto, recomienda 25 minutos de labor seguidos de cinco minutos de descanso.

Es posible que ahora te venga a la mente una frase al estilo “pero es que yo en mi día a día no tengo ni cinco minutos para descansar”. Bueno, pues si no tienes cinco que sean cuatro, y si no tres, y si no dos… Y si no tienes ni un minuto, prueba con medio minuto, 15 segundos, 5 segundos, 1 segundo, un latido de corazón…

Busca el tiempo mínimo de descanso que a) rompa la frase “no tengo tiempo para descansar” y b) inicie una espiral virtuosa de cambios que, antes de que te lo esperes, logrará que encuentres tiempo hasta debajo las piedras.

¿Qué hacer durante el descanso? Actividades recomendadas:

“Genial, ahora que sé que debo descansar, después de 90 minutos de trabjo voy a descansar subiendo y bajando escaleras durante 15 minutos”. ¡Quieto! Eso no es descansar. Sigue siendo trabajo (corporal en este caso) y lo único que lograrás es cansarte mal.

Es triste, pero poca gente sabe descansar de verdad. Es posible que detrás de nuestros errores sobre el descanso se esconda la mentalidad occidental de que, si no eres productivo, no eres nadie o nada. Pero eso es un tema para otro día.

¿Qué es descansar? Aquí tienes algunos ejemplos de lo que sí puedes hacer para recargar energías.

Dormir: Una buena siesta de 10-15 minutos obra milagros. El estudio Gestión de la alerta: siestas estratégicas en situaciones operacionales reveló que los pilotos de avión que hacen siestas de 20 minutos en pleno vuelo (tranquilo: vigila el copiloto) aumentan su rendimiento en un 34% y cuando despiertan están un 54% más atentos. Duerme un máximo de 20 minutos o, de lo contrario, tu cuerpo pensará que toca un descanso largo y no te despertará ni un ejército.

Caminar: Un paseo lento y ameno por el barrio no solo te despejará sino que además invocará ideas como he mencionado más arriba. Pero ni se te ocurra hacer algo extenuante. 

Pasear

Socializar: 10-15 minutos de charla con amigos o compañeros de trabajo puede renovar tus energías. Eso s,: la charla tiene que ser distendida. Prohibido hablar de trabajo, tareas, reuniones o inquietudes relacionadas con aquello que retomarás una vez terminado el descanso.

Una charla amena ayuda a descansar

Meditar: La meditación es uno de los parones definitivos. Te obliga a detenerte al 100% y a intentar dejar atrás lo que te está preocupando. Si no te va bien la meditación clásica, piensa que existen alternativas como meditar mientras caminas e incluso meditar mientras hablas con alguien. Lo importante es prestar atención al presente, al aquí y ahora.

Meditar en el trabajo

Haz estiramientos: Tenía una compañera en un trabajo anterior a la que cada día, sobre las 4 de la tarde, le sonaba una alarma en el PC. Se levantaba de su mesa y se iba al comedor de la oficina a estirar cuello, miembros y espalda durante 10 minutos. Le ayudaba a encarrilar el último tramo de la tarde; le daba un subidón de energía enorme que le duraba hasta irse a dormir.

Estiramientos trabajo

Garabatear: Puede que de tanto haber enfocado tu atención a la tarea hayas retenido muchos pensamientos y emociones. No lo notarás, pero en esos casos se producen embotellamientos mentales que luego te impedirán concentrarte. Coge papel y lápiz (lápices de colores si puede ser) y garabatea sin pensar mucho en lo que quieres dibujar ni por qué. Verás cómo poco a poco esa tensión se va disolviendo.

Garabatear

Fantasear: Es como combinar la meditación con el garabateo. Simplemente cierra los ojos y deja que la imaginación vuele. ¿Llevas tiempo deseando cambiar de casa, por ejemplo? Pues visualízala con todo lujo de detalles y con un presupuesto infinito. Ve más allá de lo “lógico" y “permitido” según tu mente. Este tipo de fantaseos ayudan a recordar por qué haces las cosas, te da un subidón resultante y además entrenan a tu cerebro para que se esfuerce hasta alcanzar esa meta.

Fantasear

Evidentemente, hay muchas más actividades. Lo importante para saber si lo que quieres hacer en el descanso es válido o no depende de estos requisitos:

  • No debe de haber nada importante en juego
  • Tiene que haber distancia con el espacio de trabajo, físico (pasear) o virtual (meditar)
  • Debe durar lo mínimo para ser considerado descanso pero que no se exceda para evitar una desconexión total con la tarea de después
  • Si tiene que haber un propósito, que sea la búsqueda del disfrute, nada más
  • Esfuerzo mínimo o, preferiblemente, nulo

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