5 razones viajar a Egipto este año: desde las maravillas arqueológicas, sin apenas turistas, a los precios asequibles y una razonable seguridad

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La Gran Esfinge y las Pirámides de Egipto.
La Gran Esfinge y las Pirámides de Egipto.

Manuel del Campo

  • Ahora que ha regresado la posibilidad de viajar, aún con restricciones y precauciones y eligiendo bien el destino, Egipto puede ser una alternativa muy interesante.
  • Se trata de uno de los destinos más turísticos desde hace décadas, aunque la pandemia ha reducido drásticamente el número de visitantes.
  • Las maravillas arqueológicas, con las Pirámides como estandarte, la seguridad, los precios asequibles y la amabilidad y hospitalidad de sus gentes suponen grandes alicientes para cualquier viajero.
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No sería muy aventurado decir que, para cualquier viajero, visitar al menos una vez en la vida las fastuosas Pirámides de Guiza, la única de las 7 maravillas del mundo antiguo que aún se conserva, es una obligación. 

Y aunque supone sin duda el mayor atractivo turístico del país, cuando menos el más popular, es tan solo uno más de todos los que Egipto ofrece, no solo por su riqueza arqueológica, donde quizá solo Grecia se acerque a su propuesta, sino también por sus majestuosos parajes, con el Nilo a la cabeza, partiendo en dos el inmenso Sahara, o las ventajas de ser un destino asequible y razonablemente seguro. 

Tras 18 meses sin viajar, este ha sido mi primer destino desde que comenzó la pandemia, y la experiencia ha sobrepasado claramente mis expectativas. Te voy a contar las 5 razones por las que recomiendo viajar este año a Egipto, si aún no lo conoces... y te quedan días de vacaciones.

Pero déjame que te cuente primero algunas cuestiones básicas sobre el país.

Un país inmenso y superpoblado que depende del turismo

Egipto es un país árabe de casi 100 millones de habitantes y una extensión que dobla a la de España, aunque casi toda la superficie está ocupada por el desierto del Sahara. Por eso la mayoría de las poblaciones se ubican a las orillas del Nilo, que cruza de Sur a Norte todo el país a lo largo de más de 1.500 kilómetros. Solo en El Cairo, su capital, viven más de 20 millones de personas

Panorámica de El Cairo desde la Mezquita de Mehmed Ali Pasha, la parte más alta de la Ciudadela.
Panorámica de El Cairo desde la Mezquita de Mehmed Ali Pasha, la parte más alta de la Ciudadela.

Actualmente está en la última fase de construcción la nueva capital política y económica, el Nuevo Cairo, en pleno desierto, a 50 kilómetros de El Cairo, una obra “faraónica”, realizada por una empresa china, con la que se pretende descongestionar la capital actual y crear nuevas oportunidades. Aviso a los inversores, porque todo el mundo asume por allí que los pisos y oficinas se van a revalorizar exponencialmente en muy poco tiempo.

La historia del Antiguo Egipto, que data del año 3.100 a. C, es de sobra conocida, se trata de una civilización clave en la historia de la humanidad y uno de los imperios más influyentes y longevos, del que nos queda el legado de las Pirámides y las maravillosas construcciones, además de avances cruciales en el lenguaje escrito, ciencia y medicina. Si os interesa este periodo, os recomiendo leer la novela Sinuhé el Egipcio, de Mika Waltari o el interesante ensayo La Historia empieza en Egipto, del egiptólogo español Jose Miguel Parra.

La historia del Egipto moderno es menos espectacular, pero igualmente convulsa. Constituida como República en 1953, con un historial de desastrosas guerras contra Israel en los 60 y 70, actualmente gobierna el presidente y exmilitar Abdelfatah Al-Sisi, tras un golpe de estado en 2013 que derrocó al presidente electo, Mohamed Morsi, líder de los Hermanos Musulmanes, que a su vez sucedió al que fue presidente de Egipto durante 30 años, Hosni Mubarak, quien tras décadas de gestión desastrosa y corrupción dejó al país en una situación muy complicada.

El presidente egipcio, Abdelfatah al-Sisi, con la canciller alemana Angela Merkel
El presidente egipcio, Abdelfatah al-Sisi, con la canciller alemana Angela Merkel

Bajo el mandato de Mubarak se construyeron decenas de miles de viviendas ilegales en El Cairo, que han impregnado a la ciudad, en muchas áreas, de un aspecto a medio camino entre una zona de guerra y un escenario post apocalíptico, con edificios a medio construir o derruidos en los que no vive nadie. Mientras, muchas familias se han instalado en uno de los grandes cementerios de la ciudad, el único lugar donde su poder adquisitivo se lo permite.

Dos edificios medios derruidos en El Cairo, una imagen muy habitual en la ciudad, debido a las miles de construcciones ilegales que se realizaron durante el gobierno de Hosni Mubarak.
Dos edificios medios derruidos en El Cairo, una imagen muy habitual en la ciudad, debido a las miles de construcciones ilegales que se realizaron durante el gobierno de Hosni Mubarak.

Al-Sisi se ha propuesto como prioridad la recuperación económica, con estrictas políticas de austeridad que han afectado gravemente a las clases medias y bajas —mientras ha beneficiado a las grandes empresas—, y la lucha contra el terrorismo, que ha supuesto un grave problema para el paísen las últimas décadas, especialmente en lo que se refiere al turismo. El más grave atentado fue en 2017, en el que murieron 311 personas, y durante la década de los 90 y el 2000 se produjeron ataques contra destinos turísticos por parte del Daesh, en los que también murieron turistas de muchas nacionalidades, con el objetivo de dañar la economía del país.

Egipto planea perpetuar a Al Sisi en el poder al estilo de Xi Jinping en China

Y es que el turismo, junto con los ingresos que genera el Canal de Suez (que une el Mar Rojo con el Mediterráneo) y la agricultura, principalmente el algodón, son los motores de la economía en Egipto.

El sueldo de la clase media, según cifras oficiales, está en torno a las 8.000 o 10.000 libras egipcias (unos 500 euros, actualmente tras la devaluación de la moneda un euro son unas 19 libras), pero muchos trabajadores reconocen que casi nadie llega a esa cifra (excluyendo a las élites y las clases pudientes, que la superan con holgura, una minoría privilegiada que vive otra realidad), y muchas personas viven con apenas 7 u 8 euros al día, y pueden darse por satisfechos: según las propias cifras oficiales del país, el 28% vive bajo línea de la pobreza.

Para que te hagas una idea, un piso normal puede costar unos 50.000 euros, y un coche barato unos 12.000. La comida básica, especialmente el Koshari, un plato hecho a base de legumbres y pasta, sí es muy asequible para los egipcios. Al no beber alcohol, debido a las normas del Islam, el agua el café y el té son las bebidas más populares.

La población joven, mayoritaria debido al índice de natalidad disparado desde hace décadas, lo tiene bastante complicado, aún estando bien formados, porque los puestos de trabajo donde se cobran buenos sueldos, incluidos los funcionarios (los únicos que tienen derecho a pensión tras la jubilación, por eso el resto de la población se busca pequeños negocios para subsistir en su vejez), son de difícil acceso salvo que se tenga “enchufe”. Por eso muchos jóvenes se dedican al turismo de una u otra forma: guías, comercio, hoteles, etc. cobrando sueldos muy bajos. Tenlo en cuenta, si vas a ir, a la hora de dejar propinas.

Como curiosidad, tienes que saber que el fútbol es el deporte más popular en Egipto, y su selección es la que más veces ha ganado la Copa de África. Es muy habitual ver partidos de la liga nacional en la televisión y gente reunida en cafés disfrutando del fútbol. Su mayor estrella, Mohamed Salah, jugador del Liverpool, es un ídolo similar a lo que puede ser Leo Messi en Argentina.

Mohamed Salah es un ídolo en Egipto, y su rostro aparece en multitud de anuncios y carteles publicitarios.
Mohamed Salah es un ídolo en Egipto, y su rostro aparece en multitud de anuncios y carteles publicitarios.

Y ahora que conoces algunas cuestiones básicas del país, te voy a dar las razones por las que deberías incluirlo en tu lista de próximos destinos

Las Pirámides de Guiza, Abu Simbel o los templos de Luxor: maravillas arqueológicas que deberías ver al menos una vez

Empiezo con lo más evidente, pensar en Egipto y en las pirámides es inevitable. Y te puedo asegurar que la primera impresión al ver estas majestuosas obras superó todas mis expectativas, y eso que eran muy altas. Solo he sentido algo similar ante la Muralla China y la ciudad de Petra

Un proyecto reconstruye con fotos 3D las 7 Maravillas del mundo: así serían hoy en día

Estas impresionantes construcciones, de más de 4.000 años de antigüedad, son sin duda el mayor tesoro arqueológico del mundo, y es inevitable sentirse abrumado ante el enorme ingenio y los innumerables recursos que debieron usarse para levantarlas: según el historiador Herodoto, solo para la pirámide principal, Keops (nombre del faraón que ordenó sus construcción), participaron más de 400.000 hombres durante 30 años para colocar los 2.300.000 bloques de piedra caliza, de entre una y 30 toneladas por bloque, para una altura de 146 metros y 230 de base.

Las impresionantes Pirámides de Guiza, con la Esfinge en primer plano, sin apenas turistas desde que empezó la pandemia.
Las impresionantes Pirámides de Guiza, con la Esfinge en primer plano, sin apenas turistas desde que empezó la pandemia.

Aún hoy, no se sabe con certeza cómo fueron capaces de levantar algo semejante, aunque sí que el transporte de los bloques se realizó por el Nilo, que en aquella época llegaba casi hasta la base de la pirámide.

Estuve a la sombra de las pirámides de Egipto, y ninguna foto les hace justicia

Junto a ellas se alza la majestuosa Esfinge, que casi parece querer quitar protagonismo a las pirámides, y que supuestamente es una representación del faraón Keops. 

La imponente Esfinge junto a las Pirámides de Guiza en El Cairo
La imponente Esfinge junto a las Pirámides de Guiza en El Cairo

Pero Egipto ofrece aún mucho más, empezando por Abu Simbel, los fabulosos templos que ordenó construir dentro de la montaña Ramses II para él y su esposa favorita, Nefertari. Por cierto, que debido a la construcción de la presa de Asuán, se tuvo que trasladar todo el templo y la montaña unos 200 metros más arriba, en una labor tan faraónica casi como su propia creación (duró 10 años), que comenzó en 1964 financiada por la UNESCO y con la participación de muchos países, entre ellos España.

El fabuloso templo de Hatshepsut, construido en la montañña, y dedicado a la Reina-Faraón de le da su nombre, ubicado junto al Valle de los Reyes.
El fabuloso templo de Hatshepsut, construido en la montañña, y dedicado a la Reina-Faraón de le da su nombre, ubicado junto al Valle de los Reyes.

Y cómo no mencionar los maravillosos templos de Asuán y Luxor (conocida en el mundo Antiguo como Tebas, y capital del imperio entonces), como los de Karnak, Kom Ombo, Edfu, Luxor, Philae o Hatshepsut, unas espectaculares construcciones muy bien conservadas, que de no existir las pirámides serían también capaces de rivalizar con los mayores tesoros arqueológicos del planeta. O el Valle de Los Reyes, donde se encuentra la famosa tumba de Tutankamón, que al ser descubierta intacta en 1922 por el arqueólogo Howard Carter (la inmensa mayoría de tumbas y pirámides fueron saqueadas durante el mismo Imperio Egipcio) desató la fiebre por Egipto que dura hasta hoy.

La famosa momia de Tutankamón, descubierta intacta en 1922 con todos sus tesoros, desató la fiebre turística por Egipto a comienzos del siglo pasado.
La famosa momia de Tutankamón, descubierta intacta en 1922 con todos sus tesoros, desató la fiebre turística por Egipto a comienzos del siglo pasado.

Una ventaja de ir este año, aún con el turismo internacional en precario, es que podrás ver todas estas maravillas con muchos menos turistas de lo habitual: yo tuve el inmenso privilegio de disfrutar de Abu Simbel completamente solo.

El espectacular templo de Abu Simbel, construido por Ramses II, sin un solo turista salvo el autor de este artículo.
El espectacular templo de Abu Simbel, construido por Ramses II, sin un solo turista salvo el autor de este artículo.

El legendario Nilo, el sobrecogedor desierto del Sahara y el histórico Mar Rojo 

Si las maravillas construidas por el hombre en Egipto son espectaculares, las creadas por la Naturaleza no lo son menos.

Empezando por el majestuoso río Nilo, el segundo más extenso del mundo tras el Amazonas, que rompe el país en dos mitades y sin el cual no se entendería el florecimiento de la civilización Egipcia. Un río legendario, que en el siglo XIX desató las pasiones de los exploradores, obsesionados con descubrir sus fuentes (que el español Pedro Páez ya había logrado en 1618), y a cuyas orillas florecieron multitud de ciudades. Navegar por esta fuente de vida azul es casi una obligación si vas a Egipto.

Una imagen del imponente Nilo al atardecer, desde la orilla de Luxor
Una imagen del imponente Nilo al atardecer, desde la orilla de Luxor

Y en Egipto, el Nilo está asociado inevitablemente al Sahara, el desierto cálido más grande del mundo, con una extensión similar a la de Estados Unidos. Una sobrecogedora masa de arena que ocupa la mayor parte del país. Recuerdo que la primera vez que lo vi, en Túnez, me impresionó tanto como la primera vez que vi el mar. En el recorrido de Asuán a Abu Simbel, tres horas en coche, puedes deleitarte con este extraordinario mar de dunas, y sorprenderte con las pirámides naturales que brotan en medio del mar de arena, o el canal de agua azul proveniente del Nilo que parece un espejismo en medio del desierto.

En el recorrido de Asuán a Abu Simbel por carretera se pueden observar las pirámides naturales de roca que emergen en medio del desierto del Sahara.
En el recorrido de Asuán a Abu Simbel por carretera se pueden observar las pirámides naturales de roca que emergen en medio del desierto del Sahara.

Por último, el Mar Rojo, sí, ese que Moises abrió en 2 con la ayuda divina, según la Biblia. Hoy es un destino turístico muy solicitado, especialmente por los países del este de Europa, y un lugar ideal para hacer snorkel y bucear (yo hice ambas cosas), ya que sus corales y la variedad de su vida animal, incluidos delfines, lo convierten en un acuario natural inigualable.

Una de las innumerables playas de aguas cálidas, limpias y tranquilas en el Mar Rojo.
Una de las innumerables playas de aguas cálidas, limpias y tranquilas en el Mar Rojo.

El COVID-19 ha golpeado con menos fuerza y el problema terrorista está bajo control

Dos son las razones por las que la gente puede tener sus reparos para ir a Egipto: la situación con la pandemia y los atentados terroristas, que décadas atrás ahuyentaron el turismo. Bueno, y si vas en verano también el calor, aunque en mi opinión no fue para tanto.

En cuanto a la primera, según datos oficiales, en Egipto se han contagiado 284.000 personas y han fallecido poco más de 16.000. Cifras muy inferiores a los casi 5 millones de contagiados en España y más de 80.000 muertos. Teniendo en cuenta que la población en Egipto es más del doble que la española, casi 100 millones de personas, es evidente que el virus ha golpeado mucho menos allí, siempre que las cifras oficiales reflejen la realidad, claro, ya que algunas fuentes consideran que son significativamente superiores.

En cualquier caso, algo que noté desde que puse un pie en El Cairo es que el covid no parece ser considerado un problema de la gravedad de otros países. Casi nadie lleva mascarilla por la calle, y en muchos interiores tampoco, y aún más sorprendente, el virus no es un tema de conversación, ni está constantemente en las noticias, como aquí. 

En el interior de una iglesia cristiana, en el barrio copto, se puede apreciar como apenas nadie lleva mascarilla.
En el interior de una iglesia cristiana, en el barrio copto, se puede apreciar como apenas nadie lleva mascarilla.

No es raro que a los pocos días, casi se me olvidó que estábamos en pandemia. Aún así, para entrar en el país es necesario estar vacunado o presentar un PCR reciente. Y, eso sí, si viajas en verano como yo, donde las temperaturas superan los 40 grados con facilidad y en los interiores los aires acondicionados están a menos de 20, puede que no te contagies de COVID-19, pero te agarres un buen resfriado, como me pasó a mí (ya se me había olvidado lo que era).

La vacunas que se han distribuido en Egipto son AstraZeneca y la china Sinopharm, aunque según Amnistía Internacional se ha hecho de forma algo caótica y arbitraria, priorizando a profesionales relacionados con el turismo, lo que tiene todo el sentido, pero postergando a colectivos desfavorecidos o con patologías previas, lo que no lo tiene tanto.

En cuanto al asunto terrorista, como explicaba al principio, el actual presidente Al-Sisi se puso como prioridad acabar con este grave problema, y parece que lo ha conseguido. Los controles por parte de la policía o los militares son habituales, especialmente en hoteles, cruceros y espacios turísticos. En todos estos lugares hay que pasar siempre por un detector de metales, a veces incluso cachean a algunas personas. Y si llegas en coche a un hotel, siempre hay perros entrenados que comprueban si hay explosivos. 

Al principio inquieta un poco, pero al poco me acostumbré a tanto control que desde luego está funcionando porque la sensación de seguridad es total. Antes, incluso, el trayecto desde Asuán a Abu Simbel se hacía con una escolta militar, pero en mi caso ya no fue así.

Si te estás preguntando por la seguridad menos grave, como los pequeños robos, la verdad es que en todo momento tuve la sensación de que estaba en un lugar seguro. A mí me gusta perderme en las ciudades, y mezclarme con la población, y así lo hice, sin ninguna compañía, en El Cairo, Asuán, Luxor y Hurghada. Y no me corté a la hora de sacar el móvil y hacer fotos. Alguna vez se me acercaba gente a hablar conmigo y preguntarme de dónde era, pero siempre fueron amables y respetuosos.

Pasear por las calles de El Cairo, Asuán o Hurghada (en la foto) y mezclarse con la población es totalmente seguro, y el riesgo es el mismo que puedes tener en cualquier ciudad española.
Pasear por las calles de El Cairo, Asuán o Hurghada (en la foto) y mezclarse con la población es totalmente seguro, y el riesgo es el mismo que puedes tener en cualquier ciudad española.

Por cierto, no sé cómo sería antes en Egipto, pero ni siquiera en los mercadillos noté la misma insistencia de los vendedores que he experimentado en otros lugares turísticos del norte de África. Sí, trataron de que entrara en sus tiendas y de venderme sus productos, pero ante mi segunda negativa con una sonrisa, dejaron de insistir. Y eso que en algunos de estos mercadillos, como en el de Luxor, era el único turista que había paseando.

El precioso mercado de Luxor, sin un solo turista extranjero.
El precioso mercado de Luxor, sin un solo turista extranjero.

Un destino razonablemente asequible, y más si lo organizas por tu cuenta

Desde luego, ahora es un buen momento para viajar, pues la situación hace que no haya mucha demanda. Egipto no es un destino lejano para los españoles, aunque dada la situación actualmente solo hay un vuelo directo a El Cairo a la semana. Si lo puedes cuadrar con tus fechas, hazlo. Si no, tendrás que hacer escala en alguna ciudad Europea. Sea como sea, por 400 euros más o menos tienes billetes disponibles.

Los hoteles, incluso los más lujosos y mejor ubicados, no superan los 100 euros la noche. Si vas a algo más económico, puedes encontrar precios por debajo de 50 euros.

En Abu Simbel, donde recomiendo hacer noche para ver los templos con el espectáculo de luces, hice noche en un hotel con mucho encanto, Eskaleh Nubian House, una casa nubia (los nubios son una población muy antigua que habita en el Sur de Egipto y el Norte de Sudán), donde me trataron de forma exquisita y tuve una habitación que era como una suite, con aire acondicionado, por solo 39 euros.

El hotel en el que me alojé en Abu Simbel es una casa nubia con mucho encanto y un precio muy asequible, donde me trataron con una exquisita amabilidad.
El hotel en el que me alojé en Abu Simbel es una casa nubia con mucho encanto y un precio muy asequible, donde me trataron con una exquisita amabilidad.

En cuanto a la comida y bebida, también es muy barata, salvo que quieras beber alcohol, que solo sirven en hoteles y algunos restaurantes, a precios muy parecidos, o a veces superiores, a los europeos. Pero si te atreves a visitar restaurantes locales, puedes comer por precios muy bajos: un plato de koshari, el plato más popular en Egipto, hecho a base de pasta y legumbres, te sale apenas por un euro, y te aseguro que vas más que servido con él.

En uno de los mejores restaurantes de El Cairo, Abú El Sid, situado en la populosa zona de Zamalek y frecuentado por extranjeros que viven en la ciudad, comí como un faraón, con dos platos, cerveza y vino, por apenas 25 euros.

Mi cena egipcia en el restaurante Abú El Sid, en El Cairo: un plato de koshari (a la izquierda), unos riñones al estilo Alexandría y las salsas para acompañar los platos.
Mi cena egipcia en el restaurante Abú El Sid, en El Cairo: un plato de koshari (a la izquierda), unos riñones al estilo Alexandría y las salsas para acompañar los platos.

En las ciudades, puedes moverte en taxi o en Uber. En taxi siempre corres el riesgo de que te cobren más que a los locales al ser turista, pues de otro modo son muy baratos (como pude comprar viajando con dos locales), así que o pactas el precio antes, o en El Cairo y otras grandes ciudades lo más recomendable es usar Uber, con lo que te puedes mover sin problemas por muy poco dinero.

11 trucos para viajar barato en avión

Si te da pereza organizar viajes, puedes recurrir a una agencia, pero yo recomiendo hacerlo por cuenta propia y te puedes ahorrar mucho dinero. Allí es muy fácil contratar las excursiones que quieras hacer, con guías incluidos, en privado o con más gente, bien desde los hoteles o a través de webs como Civitatis, Viator o Getyourguide.

Lo único que no debes hacer es alquilar un coche: la manera de conducir es absolutamente caótica, aunque gestionada sorprendentemente bien por el constante uso del claxon bajo unos códigos que solo los egipcios entienden. Ni lo intentes.

Un país de gente orgullosa, amable y hospitalaria

Después de haber viajado por multitud de países (más de 50 ya) he aprendido que por muchas maravillas, naturales o artificiales, que un lugar pueda ofrecer nada es comparable a la calidad humana de su pueblo. Sí, te puedes llevar unas fotos fantásticas de los monumentos y los parajes, pero el recuerdo más duradero llega de las personas que conoces. 

En Egipto me he encontrado con un pueblo muy amable y hospitalario, orgulloso de su incomparable historia, y generoso a pesar de que la situación económica del país es complicada. Aunque en su mayoría es musulmán, la egipcia es una sociedad bastante occidentalizada, en comparación con otros países árabes, por lo que en muchas zonas tenía la sensación de estar paseando por una ciudad del sur de Europa. 

En mi caso, además, experimenté como nunca antes en mis viajes esa generosidad cuando al romper mi móvil mientras buceaba, recibí la desinteresada ayuda de Nasser y Mohamed, el instructor de snorkel y el fotógrafo que nos acompañaban en el barco. Estos dos jóvenes se desvivieron por ayudarme, no solo sin esperar ni querer nada a cambio, sino que durante una tarde entera me acogieron en sus casas, me invitaron a tomar café y a cenar, y hasta me pagaron el taxi de vuelta al hotel, a pesar de mis continuas protestas y varios fallidos intentos por pagar los gastos de esas horas. Dos trabajadores cuyo sueldo es de 7 euros al día, según me contaron.

El autor de este artículo junto a Mohamed (izquierda) y Nasser (derecha), cenando un delicioso koshari en un restaurante local en Hurghada, junto al Mar Rojo
El autor de este artículo junto a Mohamed (izquierda) y Nasser (derecha), cenando un delicioso koshari en un restaurante local en Hurghada, junto al Mar Rojo

El móvil al final no pudo arreglarse, pero el regalo que recibí al pasar esas horas con ellos, al conocer sus vidas, sus hogares y disfrutar de su espontánea y sincera bondad lo compensó con creces. Hay pocas sensaciones tan gratificantes como la generosidad de un desconocido. 

Por supuesto, también encontré a personas, no muchas, que intentaron sacar el máximo partido al turista que viene de un país rico, algo habitual siempre que viajas a lugares con un nivel de vida inferior al de Europa. Un recurso tan humano como el instinto de supervivencia, y los viajeros debemos asumir que lo que para nosotros son unos pocos euros, para ellos es una fortuna, y por tanto hay que comprenderlo y aceptarlo con naturalidad, y en ocasiones casi "dejarse engañar" de forma consciente. 

Viajar, especialmente a lugares con situaciones mucho más desfavorables, debería ser una gran oportunidad de ser más humildes. Aún así, hay turistas que niegan una mísera propina de 50 céntimos a personas que se han desvivido por contarles la historia de una tumba o hacerles decenas de fotos, o que se indignan porque un taxista les ha cobrado un par de euros de más, aún siendo un precio infinitamente menor al que pagamos en España.

Ninguna situación nos retrata mejor como personas que cuando nos desenvolvemos fuera de nuestro entorno.

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