5 tecnologías disruptivas en las que deberías invertir: hoy en día no son tan importantes, pero lo serán dentro de 10 años

En el año 2019, Microsoft invirtió 1.000 millones de dólares —unos 939 millones de euros al tipo de cambio actual— en la prometedora firma de investigación y desarrollo OpenAI. Por aquel entonces, se trataba de una simple compañía especializada en inteligencia artificial (IA), que fue cofundada por empresarios como Sam Altman o Elon Musk hace apenas 7 años. 

La apuesta de Microsoft ha demostrado recientemente ser una de las mejores decisiones de su historia.

Su inversión en OpenAI ha posicionado a la firma de Redmond en una situación privilegiada en el sector tecnológico, donde el resto de empresas se están viendo obligadas a anunciar que también están trabajando en herramientas como ChatGPT, y en el que la mismísima Google podría tener que defender el trono de los motores de búsqueda frente a la nueva versión de Bing.

La decisión de Microsoft de impulsar económicamente a la desarrolladora de ChatGPT demuestra que la inversión en tecnología poco conocida puede dar lugar a una auténtica revolución como la que ha supuesto la herramienta de OpenAI, que ya está siendo empleada por perfiles tan diversos como agentes inmobiliarios, profesionales del marketing o abogados. 

Estas son las 5 tecnologías incipientes en las que deberías considerar invertir, ya que, a día de hoy no son tan importantes, pero probablemente lo sean dentro de 10 años:

Inteligencia artificial

No es de extrañar que la primera tecnología que aparece en esta lista sea precisamente la inteligencia artificial. Y es que, pese al despegue que ha experimentado la IA generativa (que ha llevado a muchos expertos a invertir en este campo), queda mucho camino por recorrer. 

Según Yahoo Finance, todavía existen propuestas diferentes, como RAD AI, una startup que utiliza inteligencia artificial generativa para aumentar la eficiencia de las campañas de marketing a través de la comprensión de emociones por medio de la IA. 

Biotecnología 

Otra tecnología que podría experimentar un crecimiento exponencial en los próximos años es el campo de la tecnología humana. Prueba de ello son ejemplos como el implante de una córnea artificial en el ojo de una persona ciega que se realizó en Israel en 2021.

Este tipo de tecnologías podrían pasar de valer en la actualidad unos 300.000 millones de dólares a cerca de 6 billones en el 2030, según el Bank of America, ya que "para 2030, los científicos creen que la mayoría de las personas habrán comido, llevado, usado o sido tratadas por algo desarrollado mediante biología sintética".

Hidrógeno verde

El reciente descubrimiento de una tecnología más barata, sostenible y eficiente para producir hidrógeno ha vuelto a posicionar a este elemento químico como el posible combustible del futuro. 

Desde Yahoo Finance destacan alternativas de inversión como Electric Hydrogen, una empresa con sede en Boston (Estados Unidos) que produce hidrógeno verde a partir de agua del grifo y que logró recaudar 198 millones de dólares en una ronda de financiación de serie B el pasado mes de junio.

6G

La llegada de la tecnología 6G suena remotamente lejana. Especialmente si se tiene en cuenta que el 5G todavía no ha llegado a ser un estándar en el sector de las telecomunicaciones hoy en día. Sin embargo, ya hay compañías y laboratorios de investigación que se encuentran desarrollándolo. 

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"Con las velocidades medias actuales de los móviles a nivel mundial, se necesitarían unos 181 millones de años para descargar todos los datos de internet", señala el Bank of America. "Eso se reduce a 838.000 años con 5G y solo 17.000 años con 6G".

Esta institución apunta a 2028 como el año en el que el 5G alcanzará su plena capacidad. 

Viajes espaciales comerciales

Aunque la llegada de los viajes comerciales al espacio podría estar más cerca que el resto de elementos de esta lista, la realidad es que al turismo espacial todavía le quedan algunos años para alcanzar el éxito. 

Algunas de estas propuestas sitúan el inicio de sus operaciones para finales de 2024, pero la realidad es que siguen existiendo determinados riesgos para los turistas espaciales que no terminan de obtener una solución (como el mareo posterior al viaje). 

Iniciativas como la de Blue Origin, respaldada por Jeff Bezos, o la de Virgin Galactic, impulsada por Richard Branson, podrían servir de revulsivo para que esta tecnología terminase de despegar.