55 síntomas que pueden presentar el 80% de los pacientes con COVID-19 prolongado
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- El 80% de los pacientes que superan la infección con el SARS-CoV-2 sufren una o más afecciones a largo plazo.
- Estos son los 55 síntomas que pueden padecer los pacientes de COVID-19 prolongado, según un estudio.
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A un año de los inicios de la pandemia, los científicos aún persiguen las secuelas que sufren el 80% de los recuperados de la enfermedad que el nuevo coronavirus provoca.
El conjunto de síntomas ha pasado a reconocerse como COVID-19 prolongado. Mientras, los afectados que sufren uno o más síntomas persistentes se conocen como transportistas de COVID-19 a largo plazo.
Un nuevo metaanálisis publicado en medRxiv, que criba 18.251 estudios, ha identificado un total de 55 síntomas que podrían presentar los recuperados del coronavirus.
Algunas de estas lesiones que suceden a la infección —incluso entre los asintomáticos—, pueden durar de semanas a meses.
Otras podrían ser permanentes y difícilmente curables, conforme a varios estudios revisados por pares que se citan a continuación.
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Los síntomas más comunes fueron la fatiga, para el 58% de los afectados, los dolores de cabeza, en el 44% de los casos, trastornos de la atención, para el 27%, la caída del cabello en el 25% y la disnea en el 24% de los pacientes.
Para estos pacientes, explican los autores del estudio, aún no se ha establecido si la edad, el género, la etnia, las condiciones de salud subyacentes o incluso la carga viral, suponen más o menos probabilidades a un caso de COVID-19 prolongado.
Estos son los 55 síntomas que pueden sufrir el 80% de los casos de COVID-19 prolongado.
Fatiga
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Más de la mitad de los pacientes con COVID-19 sufren fatiga a largo plazo, según varios estudios revisados por pares.
De hecho, conforme a los hallazgos de uno de los estudios de Journal of the American Medical Association, la fatiga es uno de los síntomas más comunes de los transportistas a largo plazo de COVID-19 —si no el que más—.
Asimismo, certifica una de las investigaciones publicadas en PLOS ONE, esta se desarrolla en pacientes recuperados asintomáticos, casos leves y graves de coronavirus por igual.
"No hubo asociación entre la gravedad de COVID-19 (necesidad de hospitalización, oxígeno suplementario o cuidados intensivos) y fatiga después de COVID-19", aclaran.
Dolor de cabeza
A los positivos de COVID-19 se han asociado 4 tipos de dolores de cabeza, en par con los hallazgos de la Universidad Complutense de Madrid junto al Hospital Clínico San Carlos y al Clínico de Valladolid.
- Cefalea propia de la infección con el SARS-CoV-2.
- Dolor de cabeza primario que posteriormente se agrava.
- Afecciones a la cabeza derivadas del uso de equipos de protección individual.
- Cefalea como consecuencia de la tensión emocional.
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Los dolores de cabeza podrían volverse una afección crónica, pero en la mayoría de los pacientes desaparecen a entre las 24 horas y una semana.
Trastorno de atención
Fruto de su capacidad para invadir al cerebro, el SARS-CoV-2 provoca en muchos pacientes afecciones neurológicas a largo plazo.
Algunos de ellos pueden sufrir un conjunto de síntomas neurológicos conocidos como niebla mental, una de las afecciones a las que más temen los científicos.
Se caracteriza por la presencia de sensación de confusión, trastornos de la atención —dificultad para concentrarse, por ejemplo— y la pérdida de memoria, según una recopilación de Scientific American.
Una investigación más reciente ha conseguido explicar su causa: un vínculo entre el sistema nervioso y el inmunológico.
Pérdida de cabello
"[El cuerpo] empieza a desviar la energía del crecimiento del cabello para atender asuntos más esenciales", explica a Business Insider el doctor Nate Favini, líder de Forward, una plataforma médica norteamericana que recopila datos sobre los pacientes de coronavirus en todo el país.
Esto deriva en una caída excesiva del pelo porque el cuerpo está defendiéndose de una infección grave, o intenta recuperarse tras la enfermedad.
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Su efecto puede empezar a notarse incluso semanas después de que el paciente haya superado la enfermedad. Y, según Journal of Clinical & Diagnostic Research, las mujeres de entre 40 y 50 años son más vulnerables a desarrollar esta afección de forma crónica.
Disnea
Junto al dolor de pecho y en las articulaciones, la disnea —falta de aliento o dificultad para respirar— es también uno de los persistentes que acompañan a los casos de COVID-19 prolongado, conforme a los hallazgos de JAMA Network.
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Dado que el COVID-19 es una enfermedad principalmente respiratoria, los pacientes desarrollan graves secuelas en sus pulmones —que pueden quedar irreconocibles tras la infección—.
Ageusia, trastorno del gusto
Uno de los síntomas más evidentes del contagio con COVID-19 desde los inicios de la pandemia, es la pérdida del gusto y el olfato.
En los trastornos de ageusia —pérdida, ausencia o disfunción del gusto— pacientes indican tener con frecuencia una percepción de sabor nauseabundo, rancio, metálico o salado.
Otros han sufrido también la incapacidad para detectar el picante o la menta fría, percepciones transmitidas también por los nociceptores, no por las células gustativas.
Anosmia, pérdida total del olfato
La anosmia —pérdida total de la capacidad olfativa—, que acompaña la mayoría de las veces a las afecciones del gusto, estuvo presente en el 21% de la muestra de más de 40.000 afectados por COVID-19 prolongado del presente estudio.
No hay un tratamiento estandarizado para tratar la pérdida del olfato o el gusto, pero los científicos recomiendan hacer terapias olfativas.
Según el reporte del Hospital Clínico San Carlos, de la Comunidad de Madrid, con esta terapia, el paciente entrena su olfato y su capacidad cerebral para identificar olores, almacenarlos y recordarlos, acelerando de esta manera la regeneración de las células dañadas.
"Este entrenamiento es una rutina diaria de 2 sesiones (mañana y tarde), de unos 10 minutos de duración, durante varios meses, y consiste en oler distintos frascos de aceites esenciales, tratando de identificar cada aroma", explicitan.
Polipnea post-actividad, aumento de la frecuencia y profundidad de la respiración
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La sensación de ahogo tras esfuerzos físicos o actividades rutinarias como subir escaleras, andar con un paso ligero o hacer peso, puede ser también una de las secuelas del coronavirus fruto del daño pulmonar.
En el metaanálisis, la polipnea tenía la misma incidencia que la anosmia, un 21%. Pero era más común en las mujeres.
Dolor articular
En los inicios de la pandemia, los dolores articulares se contabilizaban entre los síntomas menos comunes que avisan de un positivo en COVID-19.
Pero, realmente, están presentes en el 19% de los casos.
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The New England Journal Of Medice demostró que seguido de la fatiga, el dolor muscular y articular representaba un 15% de las afecciones.
Tos
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Desde el primer día en el que el COVID-19 se manifiesta de forma sintomática, la tos es uno de los primeros indicios de que te acabas de contagiar con el coronavirus, conforme a las observaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de China.
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La tos seca puede estar presente durante la infección hasta 2 semanas después del contagio, detallan los Centros.
Tanto para los CDC como para los expertos que han publicado el metaanálisis en medrXiv, aparece en el 19-20% de los casos.
Sudoraciones
Las sudoraciones nocturnas en los pacientes con SARS-CoV-2 estuvo presente en el 17% de los positivos —también en los vacunados contra COVID-19, como respuesta del sistema inmunológico—.
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Estas podrían acompañar a los escalofríos o la fiebre, con también alta incidencia para los afectados.
Náuseas o vómitos
La diarrea y los vómitos pueden ser un signo clave de COVID-19 en niños, más que la tos o la pérdida de olfato y gusto.
También para los pacientes adultos de la cohorte de 40.000 afectados, en un 16% de ellos.
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Varios estudios apuntaron que estos podrían ser indicadores del contagio, antes incluso que la tos o la fiebre, según American Journal of Gastroenterology y las declaraciones de un grupo de expertos en Tratamientos Médicos de Wuhan sobre el COVID-19 a CBS News.
Dolor en el pecho
Presión en el pecho o los brazos, que da la sensación de que se extiende puede ser uno de los indicadores de que el COVID-19 está atacando tu corazón.
Los dolores en el pecho pueden sentirse como una burbuja o gas que oprime el tórax, presentando señales de ataque al miocardio.
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Estos pueden presentarse a raíz de la presencia de coágulos de sangre, asociados a las peores afecciones del SARS-CoV-2. Y pueden provocar enfermedades cardíacas incluso en pacientes sin antecedentes.
Según los CDC y la Organización Mundial de la Salud, este es uno de los síntomas de COVID-19 por el que deberías acudir a tu médico o Urgencias de inmediato.
Pérdida de memoria
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Como se ha mencionado con anterioridad, la pérdida de memoria acompaña a la sintomatología del cuadro de niebla mental detectado en los positivos con COVID-19.
Esta estuvo presente en el 16% de los pacientes analizados en el metaanálisis.
Además, conforme a las declaraciones de la neurocientífica Natalie C. Tronson en The Conversation, es posible esperar déficits de memoria y casos de demencia relacionados con el COVID-19 en el futuro.
Pérdida de audición o acúfenos
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A pesar de identificarse como un síntoma extraño de COVID-19, la pérdida auditiva o acúfenos se identificaron en un 15% de los pacientes.
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Varias observaciones de casos aislados detectaron que el coronavirus podría provocarte una pérdida auditiva repentina e irreversible, pero los médicos no saben por qué.
Ansiedad
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Uno de cada 5 infectados desarrolla una enfermedad mental en los primeros 90 días tras el contagio, desvela The Lancet.
La afección más común es la ansiedad, que estaba presente en un 20% de los casos.
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"Puedes encontrarte también con que no pueden dormir. Este síntoma en concreto aparece antes de producirse las pérdidas, cuando a las personas les comen las preocupaciones y tenemos una sintomatología mixta de depresión con ansiedad. Entonces, se considera a la depresión un síntoma de COVID-19", explica a Business Insider España Raquel Moyá, psicóloga, coach y directora de ¿y psi hablamos?, un portal de psicólogos online.
Depresión
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En línea con el estudio anterior, la depresión se diagnosticó en el 12% de los más de 40.000 voluntarios.
Y fue el segundo trastorno psiquiátrico registrado por los investigadores de The Lancet.
"En conclusión, podemos ver que los trastornos depresivos pueden aparecer durante o después del padecimiento. En general, también en personas con mayor riesgo de sufrir una depresión", sentencia Moyá.
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Asimismo, varios expertos en trastornos psicológicos han explicado a Business Insider Españaque existe un incremento de los trastornos de ansiedad y depresión incluso en asintomáticos o personas no afectadas por la pandemia de COVID-19.
Trastornos digestivos
Un estudio publicado en Frontiers in Public Health, ha identificado que los trastornos digestivos pueden aparecer después de la fiebre y la tos seca y persistente.
Pero, como se ha mencionado con anterioridad, estos tienen una mayor incidencia en los menores, donde pueden incluso ser predictivos de la enfermedad antes que otros síntomas típicos de la infección con el SARS-CoV-2.
Pérdida de peso
Como en la caída del cabello, la pérdida de peso es un indicio de que tu cuerpo está destinando esfuerzos a combatir un problema mayor.
Una pérdida de peso inexplicable suele asociarse también a enfermedades en las que tu propio cuerpo se ataca a sí mismo.
Signos cutáneos
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Dedos hinchados, ampollas y erupciones en la piel son algunas de las afecciones dermatológicas que presentan los casos de COVID-19.
Están presentes en el 12% de los pacientes contagiados, conforme a los hallazgos no revisados por pares publicados en medrXiv.
Y, según varios expertos, podrían llegar a durar meses.
Otros expertos, orientados a la investigación del desarrollo de las afecciones cutáneas en COVID-19, han avisado que estos podrían ser signos de coagulopatías en infectados.
Aumento de la frecuencia cardíaca en reposo
Un 11% de las personas estudiadas reportaban un aumento de la frecuencia cardíaca en reposo.
En un estudio realizado por Fitbit, los investigadores encontraron que en muchos casos la variabilidad de la frecuencia cardíaca disminuye, mientras que la frecuencia cardíaca en reposo y la frecuencia respiratoria aumentan en personas que tienen síntomas.
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E incluso adelantaban que estas mediciones podrían indicar cambios en la salud de una persona casi una semana antes de que se informaran los síntomas.
Palpitaciones
JAMA Cardiology también identificó que los pacientes con lesiones en el miocardio se detectaban latidos irregulares e insuficiencia cardíaca.
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De hecho, según los CDC, otro síntomas de largo plazo notificados fue el latido acelerado o muy fuerte del corazón.
Dolor muscular
En España, un informe del Ministerio de Sanidad desveló que cerca de un 40% de los pacientes afectados padecían astenia —cansancio o falta de vitalidad—.
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"Los síntomas observados en pacientes post-COVID-19, se asemejan en parte al síndrome de fatiga crónica (SFC), que incluye la presencia de fatiga incapacitante severa, dolor, discapacidad neurocognitiva, sueño comprometido, síntomas sugestivos de disfunción autonómica y empeoramiento de los síntomas generales", describen ahora los autores del estudio.
Fiebre intermitente
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La fiebre es uno de los síntomas que pueden llevar a confundir entre el cuadro sintomatológico de la gripe y el COVID-19.
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En el caso de la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, la fiebre suele ser la primera manifestación, según el desglose de síntomas de los CDC de China.
Esta puede alcanzar altas temperaturas y prolongarse intermitentemente entre los primeros días de la enfermedad.
En el metaanálisis, la fiebre intermitente se registró en un 11% de los casos.
Trastorno del sueño
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Muchos de los pacientes afectados psicológicamente por la pandemia, han sufrido cambio en los patrones de sus sueños, conforme a una investigación de la Universidad de Kansas, Estados Unidos.
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Algunos científicos han señalado que hay enfermos que tienen sueños "apocalípticos", relacionados con la muerte o incluso insomnio causado por estrés postraumático.
Reducción de la capacidad pulmonar
El SARS-CoV-2 puede dejar a los pacientes con entre un 20% y 30% menos de su capacidad pulmonar, según la Autoridad del Hospital de Hong Kong.
Esto puede implicar dificultades para respirar al caminar rápido, justificando algunas de las afecciones anteriormente citadas.
Apnea del sueño
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La apnea del sueño, cuando los músculos que sostienen los tejidos blandos de la garganta se relajan de forma temporal, la vía respiratoria se estrecha o cierra y tu respiración se corta por un momento, se engloba entre los relacionados con la afección pulmonar.
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Según el estudio, el 8% de los afectados la presentarían y puede ser un indicador de problemas en el corazón que no debes ignorar.
Escalofríos
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Los escalofríos pueden acompañar a la presencia de fiebre y el malestar general, según los CDC.
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Tu organismo puede estar luchando por regular la temperatura, por lo que tus músculos tiemblan, generan calor y empuja la sangre a las extremidades para preservarlo.
Salud mental relacionada con la atención sanitaria
Durante la pandemia de COVID-19, ha aumentado la prevalencia de depresión, ansiedad e insomnio hasta un 23%.
Los expertos creen que en 2021 la salud mental va a ser un mayor problema en la atención sanitaria. En los pacientes con COVID-19 prolongado, esto a supuesto una incidencia del 7%.
"Cada vez que hablamos de salud pública, deberíamos hablar de salud mental. Y cada vez que hablamos de COVID-19, deberíamos hablar de salud mental", insiste Lisa Carlson, expresidenta de la Asociación Estadounidense de Salud Pública y administradora ejecutiva de la Facultad de Medicina de la Universidad Emory en Atlanta, también en EEUU.
Enfermedad psiquiátrica
Más allá de la ansiedad y la depresión, algunos pacientes han llegado a presencial delirios o trastornos psiquiátricos en los 3 meses posteriores a la prueba positiva.
Investigadores cuentan a The Guardian, que concluyeron que la incidencia de afecciones neurológicas o psiquiátricas posteriores al COVID en 6 meses fue del 33,6%.
De estos, casi el 13% recibía su primer diagnóstico de este tipo.
Ojos rojos
Varios hallazgos científicos han destacado que la conjuntivitis o el picor en los ojos es usual entre los pacientes de COVID-19, algo que puede extenderse en el tiempo.
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New England Journal of Medicinedocumentó "congestión conjuntival", una investigación en China identificó a un paciente con conjuntivitis de una muestra de sólo 30 personas y la Academia Estadounidense de Oftalmología ha alertado sobre un posible vínculo entre el SARS-CoV-2 y esta enfermedad.
Fibrosis pulmonar
La fibrosis pulmonar puede conllevar un desarrollo anormal de la función de los pulmones, y se ha convertido entre uno de los problemas de salud más graves detectados entre los transportistas de COVID-19 a largo plazo.
Esta se caracteriza como una especie de cicatriz en el pulmón que dificulta la función del órgano.
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"Es pronto para saber cuántos pacientes pueden tener secuelas, pero debemos estar prevenidos ante 2 de tipo respiratorio: fibrosis y embolias pulmonares", destaca el jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, David Jiménez.
Enrojecimiento irregular
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Entre las afecciones cutáneas, los sarpullidos irregulares se observaron en relación con la inflamación persistente del cuerpo, resaltan investigadores del Hospital General de Massachusetts, EEUU.
"Me picaba mucho y tenía pequeños bultos. Parecía un eccema, pero no tengo antecedentes de eccema", cuenta a Business Insider Romero, una joven de 28 años que vive cerca de San Antonio, Texas, EEUU.
Diabetes Mellitus
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica por la que el cuerpo es incapaz de regular la cantidad de azúcar que hay en la sangre.
Y se ha identificado en un 4% de los casos prolongados de coronavirus.
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Esta, según un estudio del centro de investigación de la Universidad de Washington, será una de las 10 primeras causas de muerte en 2040 en España.
Flemas
La inflamación del cuerpo tras la infección con el SARS-CoV-2 podría estar detrás de la aparición de la tos seca, la falta de la respiración y la producción de flemas.
Según WebMD, la mucosidad o flemas es común en el 27% de los casos. Pero el metaanálisis data de una incidencia del 3%.
Edema de las extremidades
Los edemas son fruto de la retención de líquidos, provocada por el desequilibrio entre el agua que almacenas en el interior de las células y en el exterior.
En los casos de COVID-19, según International Journal of Dermatology, se observaron edemas dolorosos en las extremidades de inicio agudo inexplicable en muchos pacientes durante la pandemia.
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Conforme a los hallazgos del metaanálisis, estuvieron presentes finalmente en un 3% de los casos.
La investigación anterior demostró que los pacientes podrían tener un buen estado de salud general, y no estaba relacionado con afecciones previas.
Mareo
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Casi la mitad de los pacientes hospitalizados de COVID-19 han experimentado síntomas neurológicos como los mareos, la pérdida de gusto y olfato y dificultades para concentrarse, según Annals of Neurology.
Los autores del estudio alertan que esto podría ser un amenaza global para todo el sistema nervioso, afectando al cerebro, la médula espinal y los nervios —algo que se ha ido evidenciando a lo largo del paso de la pandemia—.
No obstante, el resultado final del metaanálisis estima que está presente en un 3% de los casos.
Infarto
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Los contagiados con el SARS-CoV-2 podrían experimentar miocarditis (inflamación), infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca, arritmias, lesión del miocardio y eventos tromboembólicos, tal y como desvelan los hallazgos de The American Journal of Emergency Medicine.
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Estas afecciones pueden incluso afectar a pacientes sin antecedentes de problemas cardíacos, también en línea con JAMA Cardiology.
Dolor de garganta
Con menos incidencia, los dolores de gargantas son unos de los síntomas que pueden confundir a los contagiados con la gripe o el resfriado común.
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La combinación de los estudios ha demostrado que, al menos en un 3% de los positivos, el dolor de garganta es un síntoma común a largo plazo.
Trastornos del estado de ánimo
El trastorno del estado de ánimo se engloba entre las afecciones neurológicas, especialmente en relación con la ansiedad y la depresión.
Disforia
Por el contrario de la euforia, los infectados con el SARS-CoV-2 tienden a tener episodios de disforia, que se caracteriza por la irritabilidad y la insatisfacción con la vida, conforme a Psiquiatría.
Dicha afección está presente en un 2% de los contagiados y tiene una estrecha relación con algunos de los efectos psicosociales de la pandemia de COVID-19.
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
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"En adultos y en niños se están identificando síntomas relacionados con el trastorno obsesivo compulsivo, por el miedo a tocar las cosas, miedo a contagiarse...", cuenta a Business Insider España la directora de Psicólogos Pozuelo y coordinadora en el Colegio de la Psicología de Madrid, Mercedes Bermejo.
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Esto puede tener una estrecha relación con la forma en la que el virus se propaga: a través de las partículas exhaladas de una persona infectada.
Hipertensión
Reuters/ Jon Nazca
La hipertensión es uno de los factores comunes entre los fallecidos con COVID-19. En España, con mayor incidencia en los perfiles de hombre, menor de 65 años y con hipertensión u obesidad.
El metaanálisis indica que se reportaron un 1% de casos de nueva hipertensión.
Miocarditis
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Como se ha señalado con anterioridad, la miocarditis es uno de los peores problemas que puede presentar un positivo en SARS-CoV-2, en línea con los hallazgos de The American Journal of Emergency Medicine.
Las manifestaciones más graves del COVID-19 pueden dañar al corazón, según varios estudios
La inflamación se presenta, sobre todo, en casos graves de COVID-19, independientemente de las patologías previas. Y puede afectar al bombeo de la sangre en todo el cuerpo.
Insuficiencia renal
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La insuficiencia renal es una de las complicaciones que surgen tras los coágulos de sangre detectados en los contagiados, estos están tras los peores síntomas del coronavirus.
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
"La prevalencia combinada de depresión, ansiedad, insomnio, trastorno de estrés postraumático y angustia psicológica fue del 15,97%, 15,15%, 23,87%, 21,94% y 13,29%, respectivamente", detalla también un metaanálisis publicado en Science Direct.
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Arritmia
REUTERS/Callaghan O'Hare
Las arritmias, que acompañan el resto de afecciones al corazón mencionadas, se diagnostican en el 0,4% de los casos —aunque se ha contabilizado con anterioridad, mayor incidencia en las palpitaciones irregulares y ataques cardíacos—.
Paranoia
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Una de las indagaciones publicadas en Psychosomatics sobre COVID-19 y trastornos psiquiátricos, relaciona la paranoia con ansiedad y los delirios, que, como ya se conoce, están relacionados con las afecciones neurológicas que provoca el COVID-19.
0,3% es el menor porcentaje de incidencia entre los 55 síntomas enumerados, y corresponde a los individuos que presentaron episodios de paranoia.
Anomalías en radiografía de tórax y tomografías computarizadas
Un 34% de los pacientes afectados por COVID-19 a largo plazo, reflejaban anomalías en sus radiografías de tórax y tomografías computarizadas, según el metaanálisis publicado en medrXiv.
Brittany Bankhead-Kendall, doctora y profesora en Texas Tech University, EEUU, que ha revisado miles de radiografías de tórax de pacientes con COVID-19 desde que comenzó la pandemia, reconoce que la mayoría presenta serios daños.
"Es posible que estés mejor, pero la radiografía de tórax se vea mal todavía, los daños pueden llegar a ser incluso permanentes", explicita a CBSN.
En el caso de los infectados con el SARS-CoV-2, los pulmones se llegan a mostrar incluso peor que los de un fumador habitual.
Dímero D elevado
Asimismo, un 20% de estos mostraba en sus análisis niveles de Dímero D elevado, es decir, la presencia de una concentración anormalmente elevada de coágulos de sangre.
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Por ello, los investigadores sugieren realizar pruebas de detección de coagulación, incluso si la afección no es evidente o el caso no es severo o grave.
Elevación del NT-proBNP, sustancias producidas por el corazón
NT-proBNP es una prueba de péptidos natriuréticos, sustancias producidas por el corazón. Estos sirven para diagnosticar insuficiencia cardíaca.
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"El NT-proBNP se detecta elevado con frecuencia en COVID-19. Se asocia de forma fuerte e independiente con la mortalidad después de ajustar por factores de confusión relevantes, incluida la insuficiencia cardíaca crónica y la aguda", concluye un estudio publicado en European Journal of Heart Failure.
Proteína C reactiva elevada, vinculada a la inflamación
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Una de ellas, es la identificación del aumento de proteínas C-reactivas de alta sensibilidad, de una posible inflamación pulmonar.
Junto a altos niveles de la enzima deshidrogenasa láctica, asociada al daño pulmonar, y linfopenia, niveles bajos de linfocitos.
Ferritina sérica elevada
La ferritinina, al igual que la proteína C reactiva, es un claro indicador de la inflamación corporal.
Un nivel alto de ferritina, que es la proteína que almacena el hierro en las células, puede indicar insuficiencia de hierro en el cuerpo, según MedlinePlus.
Procalcitonina elevada
El mismo medio apunta que los niveles altos de procalcitonina podrían indicar una respuesta extrema del cuerpo a una infección.
Con menor incidencia que las anteriores, esta se detectó en el metaanálisis en el 4% de los casos.
Elevación de la citoquina IL-6
REUTERS/Eduardo Munoz
Por último, en un 3%, los estudios registraron pacientes con altos niveles de la citoquina IL-6.
Los hallazgos coinciden con los de otros estudios que encontraron niveles elevados de IL-6 entre algunos pacientes coronavirus en estado crítico, y niveles significativamente más altos de IL-6 en casos graves comparados con los leves.
Esta era la responsable de la tormenta de citoquinas que empeoraba los casos de COVID-19, desencadenando una respuesta exagerada del organismo.
El metaanálisis recopila todos los estudios publicados con datos originales para la detección de COVID-19 a largo plazo, publicados antes del 1 de enero de 2021 y con un mínimo de 100 pacientes. De los 18.251 observados, 15 cumplían con los requisitos.
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