6 errores que debes evitar al desinfectar tu casa para reducir riesgos
- Desinfectar tu casa y mantenerla limpia puede reducir el riesgo de contagio de enfermedades.
- Pero los productos de limpieza pueden conllevar ciertos riesgos, como quemaduras o intoxicaciones cuando se manipulan.
- Aquí se detallan 6 consejos a seguir para utilizar productos químicos de limpieza de forma segura.
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No solo en época de pandemias es necesario mantener una limpieza diaria del hogar. Evitar que se acumule la suciedad en casa es clave para reducir el riesgo de contraer una enfermedad o incluso alergias.
Pero lo cierto es que la actual crisis sanitaria que asola al planeta ha hecho que el acto de desinfectar estancias y objetos haya cobrado verdadera relevancia.
Junto a lavarse las manos de manera frecuente, mantener una limpieza minuciosa del hogar puede ayudar a minimizar el riesgo de contagio por coronavirus.
A este respecto, los expertos sanitarios avalan el uso de la lejía doméstica para poder eliminar posibles restos de carga vírica de superficies y objetos.
Pero la lejía, junto a otros productos desinfectantes pude conllevar ciertos riesgos si se utiliza sin cuidado.
Para evitar esto, aquí se recopilan una serie de errores y consejos esenciales sobre cómo y cómo no tratar los productos químicos para llevar a cabo la desinfección de tu casa de manera segura.
Manipular la lejía sin utilizar guantes y gafas como protección
Al manipular la lejía debe evitarse cualquier contacto con la piel y con los ojos. Y es que aunque sea de uso habitual, este producto de limpieza es altamente tóxico y puede provocar lesiones oculares graves así como irritación cutánea.
Para ello, es aconsejable llevar guantes y gafas al maneja este producto químico, o cualquier otro que pueda conllevar riesgo de quemadura o irritación.
También es recomendable mantener bien ventilado un espacio mientras se desinfecta. Esto impedirá que se inhalen cantidades peligrosas de vapores tóxicos desprendidos de la lejía.
No diluir la lejía en agua antes de ser utilizada
Para desinfectar la casa con lejía esta debe ser diluida previamente en agua. Lleva a cabo este proceso vistiendo protección (guantes y gafas, como ya se ha indicado) para evitar salpicaduras en ojos o piel.
Siguiendo el consejo de la Comunidad de Madrid, la disolución de lejía debe ser de 1:50. Para prepararla, vierte 20 mililitros de lejía casera en una botella de 1 litro. Después añade agua del grifo hasta llenar el recipiente. Cierra la botella y dale varias vueltas para mezclar.
Opta por diluirla en agua fría, ya que el agua caliente evaporará el cloro, haciendo que el producto ya no desinfecte, según indicaciones de la OCU. Además, al calentarlo se corre mayor riesgo de generar vapores tóxicos.
Almacenar la mezcla de lejía diluida
No almacenes la mezcla de lejía diluida, ya que esta pierde propiedades con el paso del tiempo lo que conllevará a su vez que se reste efectividad en la desinfección.
Si a pesar de esto prefieres guardar parte de la disolución para otro día, no utilices para ello envases de bebidas o comestibles. Usa siempre los recipientes originales para almacenar los productos de limpieza.
Si usas un envase sin marcar para almacenar la mezcla, no olvides indicar con una etiqueta que el contenido es un producto químico.
Mezclar productos químicos diferentes
En general no deben mezclarse productos de limpieza, ya que debido a su naturaleza química, muchos de ellos podrían llevar a cabo reacciones peligrosas.
Pero especialmente debe extremarse el cuidado si estos contienen cloro, amoniaco, alcohol o peróxido de hidrógeno que al mezclarse pueden producir gases tóxicos. Igualmente resultará peligroso añadir vinagre a estos.
Si se necesita utilizar dos productos distintos, lo aconsejable es usar uno detrás de otro y entre ambos aclarar con agua para eliminar restos.
No hacer caso a las instrucciones de uso
Antes de hacer uso de un producto de limpieza debe leerse con atención la etiqueta. En esta se recoge toda la información relativa a cómo manejar de manera adecuada y segura el químico y si se trata o no de una sustancia peligrosa.
Asimismo resulta conveniente ceñirse al uso para el que ha sido diseñado un limpiador concreto, ya que al probarlo en otras superficies u objetos podría comportarse de manera distinta a la habitual o dañar el material sobre el que se ha utilizado.
No guardar los productos de limpieza en un lugar seguro
El riesgo que conllevan los productos de limpieza no se limita a cuando están siendo utilizados. Ingerirlos o derramarlos encima también resultará peligroso.
Paraevitar intoxicaciones y accidentes es necesario almacenar estos artículos de manera segura. Lo más eficaz es guardarlos en un lugar seco, limpio y fresco. Este deberá estar cerrado y fuera del alcance de niños y mascotas.
Nunca guardes productos de limpieza junto a alimentos, para evitar contaminación cruzada o mezcla de olores. Lo aconsejable es que se almacenen en armarios o estanterías diferentes.
En la etiqueta de todos los productos de limpieza se incluye un teléfono al que llamar en caso de emergencia. Ante cualquier intoxicación puede llamarse al 112 o al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (91 562 04 20).
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