6 minutos de ejercicio vigoroso al día aumentan una proteína clave para prevenir el alzhéimer

Ejercicio

Jane Palash/Unsplash

  • Un nuevo estudio publicado en Journal of Physiology revela los minutos diarios de ejercicio de alta intensidad que son necesarios al día para retrasar la aparición del alzhéimer.
  • Una sesión corta pero intensa de actividades como el ciclismo incrementa la producción de una proteína que favorece la neuroplasticidad y la supervivencia de las neuronas. 

Aunque quedan toneladas de información para descubrir en torno al alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas en cuya aparición, factores de riesgo, curación y tratamiento la ciencia no para de invertir recursos, hasta la fecha se cree que tanto una buena alimentación como la práctica regular de deporte pueden ser grandes aliados para su prevención.

Es lógico pensar que las grasas saturadas, el sedentarismo o unos malos hábitos de vida y sueño no le sienten bien al cerebro, pero cada vez contamos con datos más precisos y nuevas directrices para prevenir el alzhéimer.

 

Un nuevo estudio publicado en Journal of Physiology te quiere poner a sudar para evitar el deterioro cognitivo precoz: los investigadores han llegado a la conclusión de que 6 minutos de ejercicio de alta intensidad podrían prolongar la vida de un cerebro sano y retrasar la aparición de trastornos neurodegenerativos, como el alzhéimer o el párkinson. 

El informe demuestra que una sesión corta pero intensa de ciclismo aumenta la producción de una proteína especializada esencial para la formación del cerebro, el aprendizaje y la memoria. Se trata de un enfoque no farmacológico e invasivo que cualquiera pueda adoptar para promover un envejecimiento saludable.

El aumento de esta proteína potencia el rendimiento cognitivo

Bicicleta

Flo Karr/Unsplash

El factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) es una pequeña pero poderosa proteína, que estimula la producción de nuevas células cerebrales y fortalece que ya tienes. Cuando la liberas, se activan genes que crean nuevas células y conexiones cerebrales, favoreciendo la neuroplasticidad y la supervivencia de las neuronas.

Los estudios con animales han demostrado que el aumento de la disponibilidad de BDNF favorece la formación y el almacenamiento de recuerdos, mejora el aprendizaje y potencia el rendimiento cognitivo. Las aparentes cualidades neuroprotectoras podrían ser claves para cuidar del cerebro.

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"Las farmacéuticas no han logrado hasta ahora aprovechar con seguridad el poder protector del BDNF en humanos", se lamenta Travis Gibbons, de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) y principal autor del estudio, según recoge MedicalXpress.

Su equipo decidió partir de un enfoque no farmacológico y buscar una manera de preservar la capacidad del cerebro que los humanos pueden utilizar para aumentar de forma natural el BDNF. Para ello compararon los siguientes factores: 

  • Ayuno de 20 horas
  • Ejercicio ligero (90 minutos de bicicleta de baja intensidad)
  • Ejercicio de alta intensidad (sesión de 6 minutos de ciclismo intenso)
  • Combinación de ayuno y ejercicio

Descubrieron que el ejercicio breve pero vigoroso, como pedalear en bicicleta con una intensidad elevada, es la forma más eficaz de aumentar el BDNF en comparación con un día de ayuno con o sin una larga sesión de ejercicio ligero. 

Según los resultados del estudio, el BDNF aumentó entre 4 y 5 veces (de 396 pg L-1 a 1170 pg L-1) más en comparación con el ayuno (sin cambios en la concentración de BDNF) o la actividad prolongada (ligero aumento de la concentración de BDNF, de 336 pg L-1 a 390 pg L-1).

Por el momento el motivo detrás de las diferencias no se conoce. Una hipótesis manejada por los científicos es que se produce un cambio de sustrato cerebral: cuando el cerebro cambia la glucosa, su carburante favorito, por otra diferente, como por ejemplo metabolizando lactato. 

La transición del cerebro del consumo de glucosa al lactato inicia vías que dan lugar a niveles elevados de BDNF en la sangre. Por otro lado, el incremento de la proteína al hacer ejercicio podría deberse al aumento de las plaquetas, que almacenan grandes cantidades de BDNF. La concentración de estas puede subir un 20% durante el ejercicio.

"Ahora estamos estudiando cómo influye el ayuno de mayor duración, por ejemplo de hasta tres días, en el BDNF", señala Gibbons, un dato que será interesante, ya que el ayuno y el ejercicio rara vez se estudian juntos, y podrían emplearse conjuntamente para optimizar la producción de BDNF en el cerebro humano". 

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