7 consejos que no puedes dejar pasar si quieres hacer unas patatas bravas de primera

Ya lo dijo el chef Jordi Cruz durante la elaboración de su receta de patatas bravas: si no tienes paciencia... Tendrás una salsa mediocre. 

No todas las patatas bravas saben igual y lo sabes. ¿Quién no ha sentido ese momento de esperar con ilusión su tapa, tener aún más hambre porque ves que se aproximan y luego pensar que no son lo que esperabas?

Cómo hacer las patatas bravas de escándalo del restaurante Ten's de Jordi Cruz

El peor error que se puede cometer, según ha explicado Edu González, experto en patatas bravas que que lleva 12 años plasmando sus opiniones en su cuenta de Instagram @bravasbarcelona, para La Vanguardia, es hacer una buena salsa brava, ponerla sobre tus patatas fritas y coronar con una salsa de bote. ¡Eso es un delito! 

En su experiencia como catador ha podido recoger los errores más comunes que se cometen al hacer unas bravas. Si no quieres caer en ellos, sigue estos consejos:

1. Sin paciencia, no tendrás una buena salsa

Las patatas bravas no son cualquier cosa. No son unas patatas con algo encima; es un plato cuya preparación requiere tiempo. 

Las de Jordi Cruz, tardaban más de 2 horas en hacerse porque, para que la salsa tenga cuerpo y esté bien integrada, hay que esperar. 

También porque las patatas, para que queden como deben quedar, es decir, crujientes por fuera pero blanditas por dentro, requieren 2 tipos de elaboraciones. 

2. Selecciona buenos ingredientes

Cada receta de patatas bravas es diferente pero, si quieres una de categoría, no escatimes en ingredientes. Cuánta más calidad tengan, mejor será tu salsa. 

3. Cambia lo tradicional

Sí, la receta tradicional es solo salsa brava, pero puedes reinventarla. 

Últimamente es muy común ver las patatas bravas con una salsa de alioli o bien integrada o separada. En algunas ciudades de España se llaman mixtas otras bravioli e incluso simplemente bravas aunque estén ambas salsas.  

¡Prueba a hacerlas así para que no queden aburridas y añade ese plus de sabor!

4. ¡Pon tomate!

La salsa brava original no lleva tomate, pero es volver un poco a hablar de lo mismo: darle una vuelta al plato. 

¿Quieres quedarte en lo tradicional? Bien, pero entonces puede que tus patatas se quede algo planas. Añade tomate, dale color y sabor al plato... ¡atrévete!

5. Deja que haga 'chup, chup'

Como se suele decir, aunque un poco adaptado: el secreto está en la salsa. Sí, es así. 

Freír bien las patatas es más sencillo que hacer una buena salsa. Una que esté cargada de sabores y matices. Y el tiempo es tu mejor aliado para ello.

6. Cuida tus patatas

Córtalas como prefieras: gajos, dados, alargadas... Pero fríelas con mimo. Incluso antes... Confítalas.

Es un truco muy bueno para conseguir una textura muy suave por dentro y crujiente por fuera. También funciona freírlas a 2 temperaturas. 

7. ¡Cómelas calentitas!

¡Las bravas se comen al momento! La salsa seguirá en su punto y conseguirás que las patatas no se queden blandas porque se han impregnado demasiado. Además, deben comerse calientes. 

Lo mejor que puedes hacer para impresionar a tus invitados con unas patatas bravas de primera es dejar su elaboración para el final. Patatas recientes y salsa caliente. Éxito seguro.