7 errores comunes que hacen que se disparen los gastos en tu negocio

Montar un negocio representa determinados riesgos que hay que asumir, pero también bastante ilusión al emprender. 

No obstante, la parte que tiene que ver con la relación del dinero es la más comprometida. Como en el resto de los ámbitos en la vida, tener unas finanzas bajo control y con una buena planificación es fundamental para tener una buena salud económica en términos empresariales con el paso del tiempo.

Los empresarios tienen muchos aciertos, claro está. No obstante, en ocasiones toman decisiones que hacen que se disparen los gastos del negocio de forma exponencial. Son actuaciones que, en muchos casos, se realizan de manera inconsciente, pero que pueden representar un auténtico problema a futuro para las cuentas.

Hay algunos errores que son menos corrientes como puede ser delegar en la persona inadecuada en el área de contabilidad. Sin embargo, existen fallos que son el denominador común de muchas empresas. Por eso, es interesante observar cuáles son los más representativos para que los puedas tener en cuenta y no caigas en una espiral destructiva con los gastos a acumulados en tu negocio.

El endeudamiento paulatino que genera una auténtica bola de nieve

Es el fallo más corriente. Tener un negocio significa en arriesgarse en determinados momentos. Por eso, es usual tirar de deuda para la financiación de nuevos proyectos. 

Eso está bien hasta que ese apalancamiento puede asfixiar a tu negocio hasta límites insospechados. Los créditos son muy útiles para equipar tu oficina y para hacerte con todo el stock que necesitas para empezar, pero se puede llegar a abusar de esta herramienta muy fácilmente, hasta el punto de terminar empeñando tu facturación.

Revisa todos los productos y servicios que has pagado a crédito en el último año y pregúntate si son imprescindibles para el funcionamiento de tu negocio y, lo más importante, si realmente puedes asumir todos esos compromisos para no quedarte sin blanca. 

Tirar de préstamos para seguir subsistiendo 

Esto va ligado con el concepto anterior. Los préstamos para poder subsistir son mucho más que un error financiero, son un claro indicativo de que las cosas han llegado muy lejos con el gasto.

Un síntoma claro de estar subsistiendo a base de créditos es comprar de material de stock usando la tarjeta de crédito. Si has llegado a este punto en el que necesitas utilizar la tarjeta de crédito para pagar a los proveedores que te suministran el producto que vendes a tus clientes, debes detener la actividad cuanto antes.

Los gastos frívolos suponen un gran problema

Es bastante corriente en muchos empresarios que incurran en gastos frívolos. No hay nada de malo en incentivar a tus empleados y colaboradores con una cena anual, pero si acostumbras a gastar grandes sumas de dinero en conceptos que no van a tener una repercusión directa en los ingresos, tus problemas financieros crecerán constantemente.

Cabe plantearse que, en el caso de que ahorres todo ese capital que habitualmente gastas en partidas que no son necesarias, podrás invertirlo en campañas de marketing para aumentar la cartera de clientes que tienes, por ejemplo. 

La adquisición descuidada de un coche para empresa

Cada año se venden cientos de miles de vehículos de empresa a crédito. Esto, a simple vista, es un síntoma de la incapacidad general de los compradores para adquirir un coche al contado, y de las malas prácticas financieras que tienen muchos empresarios. Especialmente, los que están empezando.

Cuando una empresa goza de libertad financiera, tiene la capacidad de comprar al contado un vehículo nuevo que se acomode a lo que necesita. 

Pero si no existe libertad financiera, hay que plantearse si el coche es el único medio de transporte disponible para realizar las tareas, o, como en muchos de los casos, es una comodidad prescindible o un intento desfasado de hacer imagen de marca.

Olvidarse de vigilarlo todo

Cuando se emprende un negocio, el emprendedor está encima de todo. Pero cuando se va avanzando y, sobre todo, si se tiene éxito se tiende a delegar muchas responsabilidades en los subalternos. Esa actitud es lógica y positiva. 

Pero siempre hay que mantenerse al pie del cañón de todas las decisiones importantes. Será la única manera de evitar que se malgaste un dinero que, quizá, sea imprescindible para la gestión de la compañía en un futuro cercano.

Confiarlo todo al marketing

Cuando se toman decisiones, en muchos casos los directivos se olvidan de algo tan simple como que a la gente le gusta comprar a aquella gente que conoce y le ha tratado bien. 

Extrapolando esta idea al mundo de los negocios y su necesidad de generar una imagen de marca se percibe que se suele apostar en exceso por los gastos de marketing al mismo tiempo que se descuida un factor fundamental: formar a la plantilla para ofrecer un mejor servicio a los clientes.

El marketing es valioso para crearse una marca reconocible. Sin embargo, no es menos cierto que a la hora de obtener un retorno económico a la inversión, no perder de vista la formación de los equipos ofrece una rentabilidad superior. Es un error común que puede terminar disparando los gastos.

Priorizar en los ingresos y no en las ganancias

Montar un negocio se hace para generar rendimientos. Es decir, para ganar dinero, en última instancia. Todos los añadidos que se le quieran poner después son precisamente eso: accesorios. 

De este modo, todavía sorprende cómo es posible que muchas empresas presten tan poca atención a la rentabilidad. 

Centrar los esfuerzos en incrementar la facturación sin comprobar si estos ingresos son rentables es probablemente el mayor error relacionado con el dinero que se puede cometer.