El 76% de los pacientes de COVID-19 que son hospitalizados siguen teniendo al menos un síntoma 6 meses después, según un estudio

Un paciente de coronavirus recuperado es monitorizado por el personal médico del Departamento de Cardiología de Rehabilitación en Génova, Italia, el 23 de julio de 2020.
Un paciente de coronavirus recuperado es monitorizado por el personal médico del Departamento de Cardiología de Rehabilitación en Génova, Italia, el 23 de julio de 2020.Marco Di Lauro/Getty Images
  • Tres cuartas partes de los pacientes hospitalizados de COVID-19 en Wuhan, China, tuvieron al menos un síntoma persistente 6 meses después de enfermar, según un nuevo estudio.
  • Alrededor del 63% de los pacientes tenían fatiga o debilidad muscular, el síntoma más común a largo plazo.
  • Los doctores dicen que los casos de COVID-19 a largo plazo se parecen al síndrome de fatiga crónica, una enfermedad que puede durar varios años.
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Decenas de millones de personas se han recuperado del coronavirus hasta ahora en todo el mundo. Pero persisten las preguntas sobre lo que significa realmente esta recuperación. Un nuevo estudio muestra el alarmante destino al que se enfrentan los pacientes hospitalizados 6 meses después de su enfermedad.

Un estudio publicado el viernes en la revista The Lancet encontró que el 76% de los pacientes con COVID-19 que fueron hospitalizados en Wuhan, China, seguían teniendo al menos un síntoma 6 meses después de enfermar. El estudio hizo un seguimiento de 1.733 pacientes adultos diagnosticados con COVID-19 entre enero y mayo de 2020. 

Los investigadores hicieron un seguimiento de los pacientes de junio a septiembre, realizando pruebas de laboratorio, exámenes físicos, pruebas de funcionamiento pulmonar y entrevistas personales.

Alrededor del 63% de los pacientes en el estudio tenían fatiga o debilidad muscular después de 6 meses –el síntoma más común observado a largo plazo–. Otro 26% de los pacientes dijo que tenía dificultad para dormir, mientras que el 23% dijo que había experimentado ansiedad o depresión desde que enfermó.

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Los investigadores dijeron que, hasta donde saben, este estudio es el más grande y de mayor duración de seguimiento hasta ahora para evaluar los síntomas a largo plazo de los pacientes de COVID-19 anteriormente hospitalizados. 

"Debido a que el COVID-19 es una enfermedad tan nueva, apenas estamos comenzando a comprender algunos de sus efectos a largo plazo sobre la salud de los pacientes", ha explicado Bin Cao, uno de los autores del estudio, en una declaración. "Nuestro análisis indica que la mayoría de los pacientes continúan viviendo con al menos algunos de los efectos del virus después de salir del hospital, y destaca la necesidad de cuidados posteriores al alta, particularmente en aquellos que experimentan infecciones graves".

"Un grupo olvidado" 

Rufino, a patient who has recovered from the coronavirus disease (COVID-19), gestures next to his son as he leaves from the Juarez Hospital to go to his house in Mexico City, Mexico, July 27, 2020. Edgard Garrido/Reuters

De los 390 pacientes del estudio que se sometieron a una prueba de función pulmonar aproximadamente 6 meses después de su diagnóstico, los que habían recibido oxígeno suplementario o habían sido conectados a un ventilador –es decir, las personas con infecciones más graves– eran más propensos a tener una función pulmonar reducida persistente. También tenían más dificultades para caminar que los pacientes que habían tenido casos más leves. 

Alrededor de 822 pacientes en el estudio tenían una función renal normal mientras estaban en el hospital, pero se encontró que el 13% de ellos tenían una función renal reducida 6 meses después. 

Debido a que el nuevo estudio sólo examinó a pacientes hospitalizados, sus hallazgos pueden no ser generalizables a todas las personas que experimentan síntomas a largo plazo. 

Hasta hace poco, estos individuos han sido "un grupo olvidado", ha subrayado el doctor Steven Deeks, profesor de medicina de la Universidad de California en San Francisco, a Business Insider

"Todo ha sido sobre el manejo de enfermedades graves, lo cual es comprensible", sentencia. "Pero ahora hay una aceptación generalizada de que existen estas complicaciones a largo plazo, que pueden ser discapacitantes".

Los médicos todavía no han llegado a un término común para el conjunto de síntomas de COVID-19 de larga duración, pero algunos investigadores se refieren a él como 'COVID de larga duración'. Muchos pacientes, mientras tanto, se han definido a sí mismos como 'de larga duración'. Deeks dice que prefiere el término 'síndrome COVID post-agudo'. 

Aún no se sabe cuántas personas lo sufren. Un estudio realizado en agosto por investigadores de Reino Unido estimó que uno de cada 10 pacientes con coronavirus experimentaba la enfermedad de manera prolongada. Un estudio del King's College de Londres descubrió que casi 100 de cada 4.000 pacientes con coronavirus no se habían recuperado después de 12 semanas de la enfermedad.

Los síntomas de larga duración pueden parecerse al síndrome de fatiga crónica

El nuevo estudio se suma a un creciente conjunto de investigaciones que sugieren que la fatiga es un síntoma común de los casos de larga duración. En el estudio del King's College, casi el 98% de los pacientes que seguían enfermos después de 4 semanas dijeron que sufrían de fatiga.

Algunos pacientes también dijeron sentirse débiles después de demasiada actividad física –una característica del síndrome de fatiga crónica, que es una enfermedad que puede durar varios años–.  

Sandra Cabreras, 57, monta una bicicleta estática para fortalecer el tono muscular mientras sufre de fatiga post-COVID-19.

Muchos de los pacientes que contrajeron el SARS se enfrentaron a síntomas similares a largo plazo, una pista útil porque el SARS y el nuevo coronavirus comparten alrededor del 80% de sus códigos genéticos. Un estudio de seguimiento de pacientes con SARS en Hong Kong encontró que el 27% cumplía con los criterios clínicos del síndrome de fatiga crónica 4 años después del comienzo de su enfermedad. Y un estudio de 109 pacientes de SARS en Toronto encontró que más de la mitad no había regresado al trabajo debido a la persistente fatiga y debilidad un año después de haber sido dados de alta de la UCI.

Esto, en última instancia, afectó la salud mental de los pacientes de SARS. Más del 40% de los participantes en el estudio de Hong Kong tenían enfermedades psiquiátricas activas, incluyendo el trastorno de estrés postraumático y la depresión. Sólo el 3% de ellos había padecido estas enfermedades antes de su diagnóstico de SARS.

Es posible que los científicos necesiten años de investigación para entender por qué persisten ciertos síntomas del coronavirus, señala Deeks.

Un estudio ideal, relata Deeks, consistiría en reclutar grandes grupos de personas sanas, y luego hacerles un seguimiento a lo largo del tiempo. Entre el grupo que termine enfermando de COVID-19, los investigadores podrían analizar las diferencias entre los pacientes cuyos síntomas persistan y los que no.

"Eso puede llevar años", resume Deeks.

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