9 cosas que no sabías que ibas a odiar del teletrabajo, desde las constantes interrupciones hasta tener que arreglarte para una videollamada

teletrabajo con niños, estrés
Primero en Upday Cintillo

Levantarse de la cama, hacerse un café y sentarse frente al escritorio en pijama a afrontar una nueva jornada laboral. Esta ha sido la rutina de millones de españoles que han tenido que trabajar a distancia a consecuencia de las restricciones que durante dos años han caracterizado la vida en una pandemia.

Y sí, sobre todo al principio una gran parte de las personas ha romantizado el teletrabajo, y no es para menos, ya que hay varios estudios enfatizan en los múltiples beneficios de no tener que trasladarte todos los días hacia la oficina, poder disfrutar más tiempo en casa o disponer de una mayor libertad organizativa y horaria.

Pero no todo es bonito con el trabajo a distancia y experimentarlo a hecho que muchas personas se den cuenta de que trasladar tu oficina al escritorio de casa puede acarrear algún que otro quebradero de cabeza.

Business Insider España ha recopilado 9 de esas cosas que no sabías que ibas a llegar a odiar del teletrabajo.

1. Que llame el repartidor cuando estás en medio de una reunión

Repartidor de Amazon

Reuters

Con el auge del teletrabajo, también crecieron las compras por internet, por lo que muchas personas empezaron a recibir de manera muy frecuente paquetes a sus casas en su horario laboral. 

Y claro, el repartidor que trae tus nuevas zapatillas o el nuevo smartphone que estabas esperando con ansias no sabe qué está haciendo la persona al otro lado de la puerta, por lo que las probabilidades de que llame en el momento más inoportuno son altas. 

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Por eso, es posible te haya tocado dar explicaciones a tu jefe o a tus compañeros de trabajo cuando has tenido que ausentarte de una reunión cuando el repartidor ha timbrado a tu casa.

Aunque estas interrupciones en medio de reuniones no solo se dan cuando timbra alguien a tu casa, ya que las personas con las que convives también pueden entrar en tu habitación e incluso aparecer en la videollamada —haciéndote pasar más vergüenza aún delante de tus compañeros—. Hasta tu gato o tu perro se puede pasar por detrás tuya.

2. Que tu vecino haga obras o mueva los muebles

Un hombre haciendo obras.

gettyimages

Después del confinamiento, muchas personas han aprovechado para hacer reformas en casa o para cambiar la disposición de los muebles de la casa para darle un aire nuevo al hogar. El problema es cuando una de esas personas es el vecino que tienes justo encima. 

Ruidos de martillazos, objetos que se caen o se arrastran, pasos muy fuertes... Ese cúmulo de ruidos justo cuando intentas trabajar pueden llegar a ser muy molestos, afectar a tu concentración... 

Además, podría ser todavía peor si cerca de tu casa se está construyendo algo y los albañiles se pasan toda la mañana trabajando con maquinaria pesada —que hace todavía más ruido que tu vecino el del tercero—.

3. Hacer una videollamada y tener que arreglarte 

Chica haciendo una videollamada.

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Una de las grandes ventajas del teletrabajo ha sido, sin duda, no tener que arreglarse ni abrigarse para ir a la oficina. Y aunque ahora muchas personas prefieran vestirse aunque trabajen a distancia para tener un mejor desempeño, es posible que alguna vez lo hayan hecho en pijama. 

Y cuando estás cómodo en tu escritorio con la ropa de estar por casa, no hay nada peor que te inviten a una videollamada y tener que prepararte para que tus compañeros de trabajo no descubran tu pijama de pingüinos.

Ante una situación como esta, muchas personas optan por vestirse con un jersey o una camisa,  pero debajo del escritorio están en pantalón de pijama y pantuflas

4. Tener que recoger rápido el fondo de la habitación para que tus compañeros no vean el desastre

estudiante estudiando en su habitación

Reuters/LOREN ELLIOTT

Otro de los inconvenientes de las videollamadas es cuando tienes un fondo que puede distraer a tus compañeros de trabajo. Y aunque existen efectos que disimulan lo que hay detrás de las persona que asiste a la videoreunión, muchas personas nos saben utilizarlos o sus ordenadores no lo soportan. 

Estas estas situaciones, muchas personas tienen que correr para limpiar y ordenar lo que aparece en el fondo de la videollamada —ya que nadie quiere que su jefe vea que es un desastre–.

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Para las personas afortunadas que cuentan con otro espacio en la casa, además de con un portátil, pueden simplemente cambiarse de habitación y realizar la videollamada desde otro lado. Aún así, esto también puede ser un incordio. 

5. Que el internet de tu casa vaya peor que el de la oficina

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Getty Images

Un problema que muchas personas tienen que afrontar cuando trabajan desde casa es tener una pésima conexión a internet. Da igual que tengas contratada la mejor tarifa del mercado, siempre te va a ir lento y puedes sufrir de caídas de conexión justo en el peor momento. 

Las webs no cargan, no te llegan los mensajes de tus compañeros, o se te cortan las videollamadas. Un cúmulo de circunstancias que seguramente harán perder la paciencia a más de una persona.

Y es que nuestros hogares no están pensados para el teletrabajo, por lo que es muy recurrente que la habitación habilitada como oficina esté lejos del la instalación del router, o que las paredes sean tan gruesas que mermen en un gran porcentaje la calidad de la conexión wifi. 

6. Que las personas con las que vives griten o pongan música alta

limpiar con musica

Getty Images

Estás trabajando concentrado y de repente oyes un grito de una de las personas con las que convives. No importa si es tu compañero de piso, tu madre o tu hijo, siempre hay alguien que hace mucho ruido y a quien se le olvida que aunque estés en casa, tienes un trabajo que hacer.

Por otra parte, también resulta molesto cuando alguna de las personas con las que convives pone la música alta, sin tener consideración contigo. ¿Por qué no usarán auriculares?

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Aunque siendo justos, en las oficinas es posible que también haya mucho ruido, como el tecleo de tus compañeros, personas que hablan fuerte o el sonido de un teléfono que suena. Aunque después de tantos años con esos sonidos, uno puede lograr incluso ignorarlos.

7. No poder socializar con tus compañeros de trabajo

Una mujer mira preocupada el ordenador

Otra de las grandes pegas del teletrabajo es no tener la posibilidad de salir a tomar algo con tus compañeros de trabajo cuando acaba la jornada.

Esto ha supuesto que la socialización en las empresas que han decidido mantener el teletrabajo haya caído en picado en las empresas, por lo que 7 de cada 10 relaciones han acabado deteriorándose, como apunta LinkedIn.

No poder desahogarte después del trabajo, o no hacer networking con tus compañeros está haciendo que muchas personas desconecten de las empresas ya que las relaciones sociales son la base de la cohesión que hace que el trabajo de la gente sea más fácil y agradable.

8. Quedarte todo el día en casa (y llevar una vida más sedentaria)

Hombre dormido en el sofá

Cuando trabajas y descansas siempre en el mismo lugar, es verdad que no tienes que coger un autobús o el metro, por lo que puede que estés ahorrando dinero y tiempo. Pero también puede propiciar un estilo de vida más sedentario. 

Cuando vas a la oficina acabas por andar y subir y bajar escaleras, algo que, aunque no es suficiente ejercicio físico para tener una vida saludable, es mejor que nada. 

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Además, para aquellas personas que tienen un espacio limitado en casa, puede ser molesto hacer todo en el mismo espacio, como en un dormitorio donde se trabaja, se duerme o se descansa. Esto, además, puede mermar la productividad.

9. Trabajar en una mesa y una silla no adecuadas 

Mujer en el ordenador con dolor en el cuello.

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En la oficina sabes que cuentas con una mesa grande, con una silla cómoda para trabajar largas horas, y seguramente hasta con pantallas que te permitan tener una postura que evite dolores de espalda. En tu casa, sin embargo, es muy probable que no cuentes con nada de esto. 

Además, si en tu casa hay más personas que teletrabajan y el espacio es limitado, es posible que debas trabajar desde algún lugar un poco incómodo, como la cocina, que no suelen tener —por razones obvias— una silla ergonómica como las que tiene tu empresa. 

Tener una buena postura durante las horas que pasas frente a la pantalla es de vital importancia para tu desempeño laboral, por lo que puede ser un incordio trabajar en no muy buenas condiciones o tener que desembolsar de tu propio bolsillo el equipamiento para teletrabajar a gusto. 

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