9 problemas de salud que aparecen a los 20 años

Una joven tirada en el suelo.

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  • Cuando tienes 20 años, es habitual pensar que los problemas de salud son un tema que afecta primordialmente a las personas mayores, pero no siempre es así.
  • Si conoces tus antecedentes familiares, informar a tu médico puede ayudarle a buscar problemas que tengas más probabilidades de padecer.
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Si tienes entre 20 y 30 años y te sientes bastante fuerte y con energía, probablemente no pienses demasiado en las afecciones que podrías padecer cuando sigue siendo joven. 

Hasta que no empieces a notar síntomas concretos, es posible que no se te pase por la cabeza demasiado tu salud física y pienses que hay enfermedades que solo parecen propias de personas mayores, aunque la realidad es que también pueden afectar a personas más jóvenes.

Acudir al médico con regularidad es una parte importante de la prevención y detección de problemas de salud. Si conoces tus antecedentes familiares, informar a tu médico puede ayudarle a buscar problemas que tengas más probabilidades de padecer.

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Dependiendo de la etapa de la vida en la que el individuo se encuentre, tendrá más posibilidades de padecer una u otra enfermedad.

Según explica a Business Insider España Cristina Fernández, del Centro de Información del Medicamento, aunque en la segunda década de la vida es cuando se presentan los mejores índices de salud y vitalidad, en la adolescencia tardía se dan con mayor frecuencia ciertos problemas de salud.

Por ello, y pese a que sigas siendo muy joven, es importante conocer los problemas de salud que pueden empezar a aparecer a partir de los 20 años.

Enfermedades de salud mental

Salud mental.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los más jóvenes.

A esto se añade el estrés, la ansiedad, las adicciones, los trastornos alimentarios o la tendencia suicida, padecimientos que pueden estar relacionados con el exceso de trabajo, cansancio y las tareas propias de la cotidianidad. 

Como señala la experta, la incidencia de estos problemas aumenta notablemente durante la adolescencia y el comienzo de la edad adulta. "Se estima que la prevalencia de trastornos mentales en los jóvenes europeos de 15-24 años está en torno al 20%", indica Fernández.

"El consumo de drogas cuando se es joven se asocia a un elevado riesgo de desarrollar trastornos mentales graves en la edad adulta", añade.

Según explica, los trastornos de depresión y ansiedad son más frecuentes en mujeres, mientras que las conductas adictivas dependen del tipo de sustancia: similar en el caso del alcohol y superior en el sexo masculino para cannabis.

Presión arterial alta

Presión arterial alta.

La mayoría de personas que padecen hipertensión arterial (cuando la sangre bombea con demasiada fuerza por las venas) no presentan síntomas, a pesar de que el trastorno daña el corazón, los riñones, los vasos sanguíneos y el cerebro.

Por ello, los adultos jóvenes tienen muchas menos probabilidades de ser diagnosticados y tratados por esta enfermedad, por lo que hacer un chequeo anual se vuelve más importante que nunca.

Si no se trata, la hipertensión puede provocar enfermedades cardíacas en el futuro y es la principal causa de accidentes cerebrovasculares

VIH, sida y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Enfermedad de Transmisión Sexual.

Si tienes relaciones sexuales, orales, anales o vaginales eres vulnerable a tener enfermedades de transmisión sexual. 

"En este grupo de edad se observa un mayor riesgo debido a que son sexualmente más activos y a la adopción de conductas de riesgo. Estas patologías deben diagnosticarse y tratarse adecuadamente para evitar complicaciones a largo plazo", afirma Fernández.

Las ETS pueden afectar tanto a hombres como a mujeres a cualquier edad, aunque las mujeres tienen mayor riesgo de contraerlas por la anatomía de su aparato reproductor y sexual. 

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Los síntomas más habituales de una infección son flujo vaginal, secreción o ardor uretral en los hombres, úlceras genitales y dolor abdominal. Sin embargo, se puede estar infectado y no presentar síntomas.

Los síntomas de estas infecciones no siempre son evidentes y aunque algunas son fáciles de tratar y curar, otras requieren un tratamiento más complicado para controlarlas.

Según datos de la OMS, se estima que, anualmente, unos 376 millones de personas contraen alguna de estas 4 infecciones de transmisión sexual: clamidiosis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis.

Además, algunas infecciones como el herpes genital (VHS de tipo 2) y la sífilis pueden aumentar el riesgo de infectarse por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Infertilidad

Pareja con test de embarazo
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Cuando entras en la veintena, es probable que ni siquiera te hayas planteado tener hijos y las dificultades que se pueden llegar a encontrar por el camino los que están intentándolo.

Ser consciente de las condiciones de infertilidad desde el principio puede ayudarte a entender tus opciones y poder tomar una decisión con el tiempo suficiente. 

Enfermedad hepática

mujer bebe alcohol

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La enfermedad hepática es una afección que puede aparecer en pacientes más jóvenes de lo habitual, ya que suele ser una enfermedad que padecen las personas mayores.

Entre los principales factores de riesgo de enfermedad hepática se incluyen el consumo de alcohol, la obesidad, la diabetes, las infecciones por hepatitis B y C y la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Algunos síntomas son la pérdida de apetito, hinchazón de estómago, orina de color oscuro, heces de color claro, náuseas o fatiga.

Diabetes

Diabetes tipo 2.
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La OMS define la diabetes tipo 2 como el aumento de azúcar en sangre, una enfermedad crónica que aparece cuando el organismo no es capaz de utilizar de forma correcta la insulina que produce.

Según un informe de 2019 de EpData, en España afecta a 6 millones de personas, 8 de cada 100 personas padecen esta enfermedad.

Ir muchas veces al baño, hormigueos en pies y manos o tener una sensación de sed y hambre constantes, son algunos de los signos silenciosos que podrían significar que tienes diabetes tipo 2.

Colesterol alto

médico, tensión, colesterol

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Reducir el nivel de colesterol es uno de los retos que se imponen muchas personas que quieren mejorar su salud.

El colesterol alto afecta a más de la mitad de la población española, algo que resulta preocupante, ya que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

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Estas enfermedades son la primera causa de muerte, y una de cada 4 se asocian con un nivel de colesterol alto, según recogen la Fundación Española del Corazón y la Federación Mundial del Corazón.

Se considera que una persona tiene un nivel de colesterol alto cuando supera los más de 200 miligramos por decilitro. Esto se puede comprobar con un análisis de sangre.

Enfermedades autoinmunes

Análisis de sangre

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Aunque tradicionalmente se han diagnosticado en personas de mediana edad, los 20 años son el momento en el que tienes más posibilidades de desarrollar trastornos del sistema inmunitario.

Enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, el lupus, la enfermedad de Crohn, la artritis reumatoide y la diabetes de tipo 1 son algunas de las principales a las que deberías prestar atención en tu próximo análisis de sangre.

Las primeras señales de advertencia de una enfermedad de este tipo incluyen síntomas como la fatiga, el dolor leve de las articulaciones y la disminución de la agudeza mental.

Deficiencia de vitamina D

Vitamina D

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La vitamina D es crucial para la salud ósea de los adultos y una deficiencia de la misma puede suponer un problema real para las personas que ni siquiera han alcanzado la treintena.

Esta vitamina ayuda a que el sistema inmunitario funcione correctamente, a que los nervios funcionen y a que el cuerpo absorba el calcio. 

Si te aseguras de consumir suficiente vitamina D a los 20 años, tendrás menos riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas más adelante, así que ahora es el momento de empezar.

¿Son evitables?

Como explica Fernández, durante la etapa tardía de la adolescencia continúa el desarrollo del individuo a nivel físico y psicológico y es un momento clave para adoptar hábitos saludables que se extenderán durante la etapa adulta y que ayudan a prevenir enfermedades. 

Así, por ejemplo, para prevenir la obesidad y enfermedades cardiovasculares y metabólicas, es recomendable adoptar un estilo de vida saludable basado en una dieta equilibrada, actividad física regular y dormir una cantidad suficiente de horas al día.

Respecto a los trastornos mentales, es importante que los jóvenes puedan acceder a recursos psicológicos que les ayuden a enfrentar los problemas.

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