Un A340 aterriza en la Antártida por primera vez en la historia

Mar Nuevo,
El A340 de Hi Fly aterrizado en la Antártida.
El A340 de Hi Fly aterrizado en la Antártida.

Marc Bow.

  • Carlos Mirpuri, vicepresidente de Hi Fly, fue el capitán de este vuelo, primero en una serie de operaciones que llevarán a exclusivos turistas a la Antártida esta temporada.
  • Estos primeros vuelos entre Ciudad del Caboy y Wolf’s Fang servirán para establecer la operación que se desarrollará en la temporada 2021/2022 que arranca ahora.
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Con una envergadura de 60 metros, cuatro motores y fuselaje ancho, el Airbus A340 es un avión comercial diseñado para el largo alcance. Nunca, sin embargo, había llegado hasta un lugar tan remoto como la Antártida.

Lo consiguió, el pasado 2 de noviembre, el A340 con matrícula 9H-SOL de Hi Fly, una compañía con sede en Lisboa especializada en operar vuelos chárter, que conectó Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, con el aeródromo de Wolf’s Fang en la Antártida, con tripulación y 23 pasajeros a bordo.

Primer A340 sobre el hielo de la Antártida

Salido de la factoría de Airbus en Toulouse, el avión, operado durante 16 años por la aerolínea Iberia, pasó en 2018 a manos de Hi Fly.

El comandante y vicepresidente de Hi Fly, Carlos Mirpuri, estuvo al mando de esta misión que recorrió 2.500 millas náuticas en cada sentido en un tiempo de poco más de 5 horas por vuelo. Solo estuvo tres horas sobre el hielo azul.

El vuelo HFM 801/802 (ida y vuelta) fue el primero de una serie de operaciones que llevará a un pequeño número de turistas y científicos, así como instrumentos necesarios para llevar a cabo sus investigaciones, al continente blanco.

Aunque no existe aeropuerto como tal en la Antártida, el operador turístico británico especializado en viajes a la Antártida White Desert cuenta con una pista que permite el aterrizaje. De hecho, White Desert es la única empresa que ofrece un servicio de jet privado comercial al continente, una experiencia que se completa con la estancia en su Whichaway Camp.

Este año ha puesto en marcha su segundo establecimiento de lujo, Wolf’s Fang, en el que alojará a los aventureros que quieran cumplir su sueño de poner un pie en el continente helado y que serán transportados por el avión de Hi Fly.

Cuaderno de bitácora

La pista de hielo de Wolf’s Fang, con un espesor de 1,4 km, está designada como aeropuerto de nivel C, lo que significa que se requieren tripulaciones altamente especializadas para volar allí debido a las complicadas condiciones (entre otras cosas, toda la tripulación debe haber observado un vuelo desde la cabina antes de operar).

Una vez en el continente más meridional del mundo no hay posibilidad de repostar, por lo que el avión de Hi Fly partió de Ciudad del Cabo con el combustible necesario para los vuelos de ida y vuelta; esto es, 275 toneladas de peso en el despegue.

“Es un avión que cumple siempre”, afirman desde Hi Fly. “Altamente confiable, cómodo, con un excelente historial de seguridad, el avión fue cuidadosamente elegido para operar en este entorno extremo”.

El propio capitán comparte sus impresiones en el cuaderno de bitácora, publicado en el blog de Hi Fly.

Así sabemos que se estimaba un tiempo de viaje de 5 horas y 10 minutos en la ida y 10 minutos más en la vuelta, así como un tiempo de respuesta de 3 horas en el aeródromo de Wolf’s Fang (WFR) en este primer vuelo que servirá para establecer la operación en la Antártida de cara a la temporada 2021/2022.

“Sería un día largo para la tripulación, pero la emoción de participar en un evento tan único estaba por encima de cualquier otra cosa”, anota Mirpuri.

"Estamos haciendo historia"

Además de inspeccionar la nave, verificar los sistemas, cargar la ruta en las computadoras de navegación y realizar los controles de cabina y carga, se llevó a cabina sesión informativa previa, dadas las especificidades relacionadas con esta operación tan excepcional.

A las 8:19 am (hora local) salía el avión de Ciudad del Cabo, con 77 toneladas de combustible y un peso de despegue de 275 toneladas.

El aterrizaje del primer A340 en la Antártida, cuenta, “atrajo mucha atención” pero “estábamos seguros de haber hecho bien nuestra tarea”. Con 3.000 metros de largo, aterrizar y detener un avión tan pesado (en ese momento 190 toneladas) no fue problema.

Los tripulantes estaban además preparados para el intenso reflejo del hielo, equipados con gafas adecuadas para ajustar la vista entre el exterior y la instrumentación.

Tras tres horas en la Antártida, el despegue transcurrió sin incidentes, igual que el vuelo de regreso.

“Estábamos alegres”, se lee en el cuaderno de bitácora. “Después de todo, estábamos escribiendo historia”.

Artículo en Tendencias Hoy.

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