Las criptomonedas se están convirtiendo en un activo conflictivo en los divorcios: una abogada explica cómo repartirlas

Mark Ellwood,
Sandra Radna.

Brian Bogdanowich of Madison Avenue Photo

Sandra Radna, una abogada de 57 años especializada en divorcios y separaciones matrimoniales, dirige desde hace 27 años su bufete homónimo en Nueva York. Recientemente, además de ayudar a clientes muy ricos a repartirse todo tipo de activos, desde los inmobiliarios hasta el tiempo de calidad con los niños mediante las custodias, se ha encontrado con casos relacionados con las criptomonedas y otros bienes virtuales.

Radna cuenta que se tropezó con mundo de los divorcios después de trabajar para un único profesional en Long Island en 1993. Se había desilusionado con su primer trabajo en un gran bufete de abogados, especializado en negligencias médicas y donde trabajaba sobre todo para proteger a las compañías de seguros.

"En aquel momento, era muy joven y pensaba que todos los divorcios eran asuntos poco serios", dice.

Su opinión cambió rápidamente después de gestionar una separación que se volvió desagradable. Su clienta se quedó encerrada por el que iba a ser su exmarido y pasó la noche durmiendo en el jardín de su casa. "No podía abandonarla, así que fuimos a juicio y obtuvimos para esta mujer todo lo que debería haber obtenido con justicia", explica Radna.

Después de este caso, explica, fue contratada por el cónyuge con menos dinero en una división de alto patrimonio —en este caso, el marido— a través de la referencia de otro abogado que había aconsejado al cliente llegar a un acuerdo. Pero Radna dijo que leyó el informe sobre el patrimonio, intuyó que estaba incompleto y contrató a un contable forense para que investigara más a fondo. Al final se descubrió un tesoro de activos ocultos y se demostró que el cónyuge había mentido sobre su valor.

"En el juicio, acabamos obteniendo mucho más de lo que mi cliente iba a obtener en un principio si firmaba un acuerdo", añade Radna.

En la actualidad, Radna y su equipo se ocupan de unos 40 casos al año, y cobra 700 dólares la hora por sus servicios.

A continuación puedes echar un vistazo a cómo ha cambiado su trabajo desde que las criptomonedas, los tokens no fungibles y otros activos digitales entraron en la esfera de los divorcios.

Las criptomonedas se convirtieron en un tema polémico en los divorcios hace 18 meses, según Radna

Rada explica que a finales de 2020 empezó a notar que los criptoactivos comenzaron a ser un factor importante en las separaciones.

"Algunas industrias están pagando a la gente en criptoactivos —atletas y famosos a menudo eligen cobrar de esa manera— quizás están invirtiendo en su jubilación mediante activos digitales. Así que es realmente importante saber que probablemente no solo reciban pagos en dólares".

En el año 2021, varios de sus casos tuvieron que ver con riquezas intangibles, especialmente entre parejas sin hijos de 30 años.

"Cuando vas a ser un padre soltero después de un divorcio, eres más cauteloso sobre la seguridad futura y no quieres arriesgarte a que el dinero vaya a algo tan aparentemente volátil como el cripto", dice sobre la razón por la que el cripto es más común entre sus clientes más jóvenes frente a los que son de mediana edad con familias ya acomodadas.

Los divorcios entre las personas ricas han incluido durante mucho tiempo activos difíciles de descubrir, sean cuentas en el extranjero o cajas fuertes secretas llenas de dinero escondidas debajo de la cama, apunta Radna.

"Cuando empezamos a ver clientes que venían con cónyuges que ganaban mucho y tenían pocos activos, eso no tenía sentido, y empezamos a preocuparnos de que tal vez no fuera dinero en efectivo, sino criptomonedas", añade. "Es tan fácil comprar. Puedes estar sentado al lado de tu cónyuge y comprar directamente desde tu teléfono, y solo piensan que estás escribiendo un mensaje a alguien".

Cómo desentierran los abogados las criptomonedas ocultas con la ayuda de contables forenses

Para poder tener en cuenta esto, afirma, empezó a preguntar si había habido inversiones en criptomonedas en plataformas de intercambio como parte de su proceso de investigación de los clientes, junto con las preguntas habituales sobre propiedades comerciales o acciones.

"Muchas veces, la respuesta es: 'No lo sé'". Así que profundizamos y hacemos otras preguntas: ¿su cónyuge ha expresado interés en las criptomonedas o ha hablado de bitcoin? ¿Tienen un asesor financiero diferente del que utiliza contigo y tu familia? Por lo general eso desencadena un recuerdo, algo así como: 'Recuerdo que mi marido tenía un ordenador especial que no me permitía tocar, sobre el que decía que sería una fuente de ingresos para nosotros'".

Después de hacer a los clientes las preguntas difíciles, es posible que necesite conseguir una orden judicial de emergencia que congele todos los bienes del matrimonio, incluidos los digitales, y pedir que se conserven todos los discos duros y carteras digitales.

A continuación, trabaja con todos los asesores financieros implicados en la vida de la pareja. Por lo general, puede revisar hasta los últimos cinco años de datos financieros; después de hacerlo, se lo entrega todo a un contable forense que pueda analizar los detalles.

"Son como un perro de presa una vez contratados. Si ven que el dinero va a una cuenta que no reconocen, o ven que el dinero se ha retirado pero no lo que se hace con él, eso les lleva a las criptomonedas", cuenta, añadiendo que es vital trabajar con un investigador forense que esté bien versado en el universo del bitcoin y las criptomonedas. "Cuando están buscando a través de los correos electrónicos en un disco duro necesitan saber que, por ejemplo, polkadot es en realidad una forma de moneda digital".

Cómo suele ser un caso de divorcio con activos cripto

La mayoría de los casos que ha llevado relacionados con las criptomonedas, dice, han sido de parejas heterosexuales en las que el hombre es el cónyuge con dinero y el titular de los activos digitales. En una ocasión, la esposa de una pareja contrató a Radna para que descubriera si su marido había cerrado su cuenta de minería de bitcoins cuando empezaron a discutir el divorcio.

"Ya no vivían juntos, así que, a través de la presentación de pruebas, solicitamos los discos duros de su ordenador", dice Radna, refiriéndose al periodo de prejuicio del litigio en el que las partes solicitan la revelación de información y documentos pertinentes para el caso. "Dijo: 'Oh, en realidad, todavía lo tengo. He vuelto a empezar'", añade. De hecho, dice, se había deshecho de gran parte de sus posesiones de bitcoin y había invertido los fondos en otras criptodivisas.

En otra ocasión el marido de una mujer sí admitió tener bitcoins. Radna y su equipo descubrieron que poseía criptomonedas como ethereum, monero y polkadot. Su enfoque, según ella, era aprovechar el valor impredecible de la moneda en su beneficio, y sugirió que llegaran a un acuerdo en el que pagara a su mujer la mitad del valor actual de las existencias de su cartera digital.

Fue una jugada astuta, ya que las discusiones de divorcio tuvieron lugar durante un mercado a la baja, explica Radna. Con el consejo de Radna, la futura exmujer contraatacó pidiendo el 50% de los activos para poder conservarlos hasta que el mercado cambiara y obtener un mejor rendimiento. Es el mismo planteamiento que un abogado de divorcio habría adoptado tradicionalmente para repartirse las acciones.

"Mi consejo fue que era mejor obtener el 50% de los activos y decidir lo que quería hacer con ellos más adelante: venderlos, conservarlos o invertirlos en otra cosa", comenta Radna, añadiendo que incluyó una cláusula en este acuerdo que establecía que si se descubría que el exmarido había ocultado cualquier activo adicional en una fecha posterior, no solo perdería el 50% de la participación, sino que también cubriría los costes de su exmujer y los honorarios de los abogados involucrados en cualquier transacción que implicara los nuevos fondos.

"La gente miente más sobre esto porque puede, y la gente piensa en el nombre de cripto: es críptico, está oculto. Pero la gente que es más sofisticada en el mundo de los activos digitales sabe que la realidad es que cada transacción está justo en la cadena de bloques. Se puede ver. Pero podrían hacer una jugada rápida con mucho éxito si el cónyuge consigue un abogado que no piense en cómo funcionan los activos digitales".

A medida que los criptoactivos se convierten en un pilar de las parejas adineradas, es probable que el bitcoin y otras monedas digitales formen parte de cualquier acuerdo prenupcial, o deberían hacerlo, según Radna. Estos documentos, añade, protegen las finanzas de cada parte en caso de divorcio y suelen enumerar los activos de cada persona, especificando los números de las cuentas bancarias y los saldos.

"Como la criptodivisa es un activo financiero que no lleva un número de cuenta bancaria, el tipo de criptodivisa - bitcoin, ethereum - así como la dirección de la cadena de bloques y la clave pública con el valor de la criptodivisa en la fecha en que se firma el acuerdo prenupcial, debe incluirse en la lista de activos de cada parte", dice.

El tema de las criptodivisas en casos como el divorcio podría ser aún más importante si el gobierno sigue adelante con los planes que ha planteado recientemente de introducir una moneda digital para los Estados Unidos.

"Todos tendremos que estar atentos, y la gente que se queda anclada pensando que nunca va a despegar. En Venmo puedes comprar moneda digital. En todos los eventos deportivos se anuncia Coinbase", señala. "Está aquí, y es necesaria alguna regulación para que la gente no sea estafada con millones de dólares".

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