"El cuento de hadas de Tesla se ha terminado": Elon Musk ha convertido su preciada joya en un cacharro sobrevalorado

Nora Naughton,
Tesla.

Getty; Marianne Ayala/Insider

  • Tesla se ha pasado las últimas décadas desafiando las expectativas y revolucionando la industria automovilística gracias a su tecnología, la autonomía de sus vehículos y sus diseños, pero está empezando a quedarse rezagada respecto al resto del sector.
  • "Musk debe guiar a la compañía por una oscura tormenta macroeconómica de categoría 5 en lugar de centrarse en su nuevo hijo predilecto Twitter, que sigue siendo una distracción y una sobrecarga para la acción de Tesla", resume un analista.
Análisis Faldón

Mark conduce un Tesla desde 2014. Pero tras casi una década de lealtad a la empresa de vehículos eléctricos de Elon Musk, su fe empieza a tambalearse.

"Me siento estúpido conduciendo mi flamante Tesla Model Y", me dice Mark.

En 2022, Musk subió los precios de los 4 modelos de Tesla, apuntando a la inflación de suministros y las actualizaciones de su sistema de asistencia al conductor. Así que cuando Mark consiguió una rebaja de fin de año para reducir el precio de su nuevo Model Y de 65.990 a 58.490 dólares, pensó que estaba consiguiendo un trato excepcional. 

Pero el 13 de enero, poco más de 2 semanas después de la entrega de su nuevo coche, Tesla anunció que rebajaría el precio del Model Y a 52.990 dólares (49.900 euros), una caída de 13.000 dólares.

Esta drástica reducción provocó una onda expansiva entre los propietarios de Teslas: el valor de sus flamantes coches cayó hasta un 20% de la noche a la mañana. Los defensores de Musk, que lo apoyaron durante el "infierno de la producción", varias investigaciones y casos de volantes que literalmente se caían, habían llegado a su límite.

El mensaje de Mark para el CEO de Tesla fue directo: "Elon, por favor, ayúdanos y haz algo". 

Tesla lleva dos décadas desafiando las expectativas y poniendo patas arriba la industria del automóvil, pero en 2023, ha hecho lo que parecía impensable: poner a sus fans en su contra. El alboroto entre los más leales, que suelen ser también accionistas de la compañía, va más allá de simples quejas. Es una señal de que una empresa que ha tenido una reputación casi mítica durante tanto tiempo como fabricante de automóviles, puede estar perdiendo su ventaja.

Tesla está dejando de ser una empresa joven e innovadora para convertirse en una compañía que se parece mucho más a las que solía poner nerviosas. Y el grandioso Musk, que aparecía en las películas de Iron Man y prometía llevarnos a Marte, parece cada día más humano.

Hasta ahora, Tesla solo ha triunfado por la ausencia de una competencia real y en un entorno económico favorable. Ahora, la ventaja con los vehículos eléctricos se estrecha, y Musk está a punto de descubrir lo difícil que puede ser entrar en guerra con algunas de las marcas más reconocidas del mundo.

El experto en movilidad Jens Andersen (derecha) en el coche híbrido XL 1 de VW en conversación con el autor de Business Insider Henning Krogh.

Perder la ventaja

El fuerte de Tesla desde su lanzamiento en 2003 ha sido la tecnología. La empresa ha estado a la vanguardia de la revolución de los vehículos eléctricos, ofreciendo la primera batería con una autonomía que podía rivalizar con la de un coche de gasolina y la primera infraestructura de recarga generalizada con la red de Supercargadores

Tesla también fue pionera en innovaciones como las actualizaciones de software por aire, las pantallas táctiles gigantes en los coches y el acceso al vehículo sin llave. Pero después de años de ir por delante de las empresas automovilísticas tradicionales, está comenzando a quedarse anticuada.

El coche eléctrico medio de fabricantes como GM, Ford y Hyundai tiene ahora una autonomía que rivaliza con la de Tesla. La pantalla táctil tipo iPad ya es estándar en los vehículos nuevos. Otras empresas automovilísticas incluso se están poniendo al día con el software, destinando miles de millones a nuevas funciones que compiten con Tesla, como la conducción manos libres y las baterías diseñadas para el rendimiento. Pero quizá el ejemplo más flagrante de la innovación de Tesla es su posición en el mundo de la tecnología de conducción autónoma.

Musk lleva años prometiendo fabricar Teslas que no necesiten conductor, y el año pasado afirmó que su empresa "valdría básicamente cero" si no en caso de no priorizar la tecnología de conducción autónoma. 

Tesla se apresuró a desarrollar un sistema de conducción autónoma de nivel 2, en el que el conductor no necesita tocar el volante, sino solo permanecer atento a la carretera. Pero competidores como GM y Ford ya han introducido sistemas similares, y lo han conseguido sin verse envueltos en investigaciones por parte de los organismos reguladores. 

Tal vez el último clavo en el ataúd de la ambición de automatización de Musk llegó a principios de febrero, cuando Mercedes-Benz recibió la primera certificación de la historia para la automatización de la conducción de nivel 3 (diseñada para requerir la intervención humana solo en condiciones severas) en las carreteras de Estados Unidos.

Que Mercedes superara a Tesla en el nivel 3 de autonomía fue un hecho seguido por otro revés: Tesla retiró más de 362.000 de sus vehículos por temor a que el último software de conducción autónoma aumentara el riesgo de accidentes.

La gama de coches de Tesla se está quedando anticuada y la enorme ventaja tecnológica de la empresa se ha ido reduciendo.
La gama de coches de Tesla se está quedando anticuada y la enorme ventaja tecnológica de la empresa se ha ido reduciendo.

Mike Blake/Reuters

Las empresas automovilísticas han luchado por superar a las demás en tecnología punta desde los tiempos de los sistemas de radio de casete y los frenos antibloqueo. Tesla puso el listón lo bastante alto como para que costara alcanzarlo, pero están empezando a pisarle los talones.

"La competencia está empezando a comerse la cuota de mercado de Tesla. Para el consumidor, es una gran noticia. Hay muchos coches eléctricos muy buenos entre los que elegir", afirma Martin French, CEO de la consultora Berylls. 

Sin embargo, según French, eso no significa que todo esté perdido para Tesla. La empresa ha mantenido su ventaja en las actualizaciones automáticas, lo que significa que aún puede exprimir los ingresos de sus clientes. "No hay nadie más en el mercado que pueda entregar un coche y, 3 meses después, cobrar 11.000 dólares por una actualización", señala French.

Prototipo coche Mercedes

Por otro lado, los problemas técnicos de Tesla no acaban en el interior: el exterior de sus coches también deja mucho que desear. Desde el lanzamiento del Model S en 2012, no ha rediseñado por completo ninguno de sus vehículos. Sus coches más populares, el S y el Model 3, son sedanes, un estilo de carrocería que el resto de la industria dejó atrás hace unos 5 años. 

Recientemente, Tesla ha insinuado que renovará el Model 3 y el Model Y. Sam Fiorani, analista de automoción de AutoForecast Solutions, califica este anuncio de tardío. A medida que Tesla intente mover más y más coches, argumenta el experto, renovar sus diseños será crítico para el negocio.

"Cuando se pasa a vehículos de mayor volumen, hay que empezar a mantenerse al día. Cuando vendes unos 300.000 del mismo vehículo cada año, y se juntan en un aparcamiento, los clientes quieren algo que les diferencie de sus vecinos", afirma Fiorani.

Por si fuera poco, Tesla está perdiendo el control de la novedad en su forma de vender coches. La empresa decidió desde el principio evitar el modelo de concesionario y venderlos directamente a los clientes, lo que le da más control sobre los precios y, por tanto, una ventaja sobre sus competidores en cuanto a beneficios por vehículo. Pero la competencia está encontrando la forma de ganar a Tesla en su propio juego. 

Empresas como Ford y Audi están cambiando sus estrategias de venta para seguir el modelo del innovador estilo de venta directa de Tesla. Y estas empresas tienen algo que Musk no tiene: redes de establecimientos físicos donde los clientes pueden revisar y reparar sus vehículos. 

La red de servicio de Tesla sigue siendo bastante escasa, con solo 670 tiendas en todo EEUU y 1.300 opciones de servicio móvil para atender a los aproximadamente 2 millones de Teslas que circulan. En España solo cuenta con 6 centros de servicio: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y Bilbao.

Esto está dando a las empresas consolidadas la oportunidad de arrebatarle un lucrativo negocio (y acceder al interior de los vehículos) a través de las reparaciones. 

 

Elon sigue haciendo de Elon, y Tesla recibe los golpes

Una de las señales más claras de que un fabricante de automóviles se enfrenta a graves problemas es el exceso de oferta. Los coches pueden dejar de venderse por muchas razones: los clientes no están satisfechos con los diseños, otros fabricantes han lanzado nuevas tecnologías o la reputación de la marca se ha visto dañada. 

Tesla, que en su día tuvo que construir vehículos en tiendas de campaña fuera de su planta de montaje de Fremont (California, Estados Unidos) en un intento de satisfacer la abrumadora demanda, parecía hasta ahora ser inmune a este tipo de problemas.

Pero las grietas empezaron a aparecer a finales de 2021, cuando la empresa firmó un acuerdo para suministrar 100.000 vehículos a Hertz. Mientras que lmuchos alabaron el movimiento (días más tarde la capitalización bursátil de Tesla alcanzó el billón de dólares), otros se preguntaron si el acuerdo era una señal de que Tesla tenía un problema de exceso de construcción.

"Estamos viendo a Tesla caer en estas trampas en las que todos los fabricantes de automóviles acaban cayendo, y todo comienza con las ventas de alquiler. Es un medio bastante tradicional de mover metal", indicaba Ivan Drury, analista de automoción para el sitio de compra de coches Edmunds, en una entrevista con Business Insider en diciembre.

Cuando los Teslas empezaron a acumularse y la ventaja de la empresa empezó a decaer, Musk perdió el foco. La primavera pasada, se obsesionó cada vez más con la adquisición de Twitter. Para financiar su búsqueda de 44.000 millones de dólares para hacerse con la red social, Musk pasó gran parte del año pasado vendiendo acciones de Tesla (por valor de 22.900 millones de dólares) y contrajo una enorme deuda nueva. Por culpa de estos tejemanejes financieros, su comportamiento y las informaciones que apuntaban al caos interno reinante en Twitter tras su adquisición, las acciones de Tesla se desplomaron.

Elon Musk ha pasado de ser uno de los mayores activos de Tesla a uno de sus mayores problemas.
Elon Musk ha pasado de ser uno de los mayores activos de Tesla a uno de sus mayores problemas.

Getty

A finales de 2022, los rumores de sobreconstrucción aumentaron. Mientras el resto de la industria se enfrentaba a un inventario más ajustado y se contenía en las ofertas de fin de año, Tesla ofreció un descuento sin precedentes de 7.500 dólares en sus vehículos Model 3 y Model Y

Los inversores se asustaron, los clientes se enfadaron y las acciones de Tesla cerraron 2022 con una caída del 65%, ya que incluso los mayores alcistas se preguntaban si Musk estaba preparado para afrontar una recesión económica en 2023.

La caída de Tesla, no obstante, no significa que la empresa esté condenada. Una dosis de competencia puede ser justo lo que necesita para salir de este estancamiento, según French. "Siempre es bueno mantenerse alerta. Tienen el efectivo para hacer lo que quieran; ahora veremos cómo lo utilizan para mantenerse a la cabeza", señala.

Sin embargo, la nueva posición de la empresa ha dejado preocupados a otros analistas del sector.

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"El paseo de hadas ha terminado para Tesla", escribió el analista de Wedbush Dan Ives en una nota previa al comunicado de resultados de Tesla en enero. "Musk ahora debe guiar a la compañía por esta oscura tormenta macroeconómica de categoría 5 en lugar de centrarse en su nuevo hijo predilecto Twitter, que sigue siendo una distracción y una sobrecarga para la historia/acción de Tesla en nuestra opinión".

Musk fue capaz de calmar parte de esta preocupación de los inversores en la conferencia de resultados de la compañía, presentando con confianza una imagen optimista del año que se avecina para Tesla.

La calma y la serenidad de Musk han ayudado a frenar el desplome de las acciones de Tesla durante todo el año, pero los problemas de la empresa persisten. En casi todas las áreas en las que se ha labrado una ventaja en los últimos 20 años —diseño de vehículos, tecnología, estrategia de ventas— está siendo superada. Los competidores de Musk le pisan los talones.

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