Una Apple AirTag ayuda a descubrir una agencia secreta de la Inteligencia alemana

AIRTAG

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  • Lilith Wittmann, experta en seguridad informática, ha utilizado un AirTag para dar con la ubicación exacta de una institución fantasma del Servicio de Inteligencia de Alemania.
  • Metió en un libro uno de esos dispositivos y rastreó la ubicación de un paquete que mandó al organismo gubernamental.
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Una investigadora experta en seguridad informática, Lilith Wittmann, estaba tras la pista del Servicio Federal de Telecomunicaciones (BST, por sus siglas en alemán), un supuesto organismo gubernamental alemán del que no encontraba ni un teléfono, ni un correo electrónico real. Solo una oficina y una web —que después dejó de funcionar—. 

Wittmann tenía la sospecha de que, por la rareza de que el ente público no tuviera ni siquiera un correo electrónico, que se trataba en realidad parte del Servicio Federal de Inteligencia alemán.

La investigadorá siguió una serie de pasos para confirmar sus sospechas. Para ello, indagó en la informaciones que las páginas webs oficiales del Gobierno alemán ofrecían sobre el organismo. También realizó llamadas telefónicas a las autoridades alemanas, e incluso llegó a preguntar directamente a la Oficina Administrativa Federal, que se negó a responder.

Sin una respuesta concluyente, la experta en ciberseguridad se trasladó en coche hasta el parking de la supuesta oficina y empezó a rastrear las direcciones IP. 

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Quiso comprobar si alguna tenía relación con el Ministerio Federal del Interior o con la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, que es una agencia de inteligencia alemana dedicada a extremismos de derecha y fundamentalismo religioso.

La dirección IP, justamente, le llevaba a Colonia, ciudad donde la agencia de inteligencia alemana tiene un edificio, pero no el Ministerio de Interior. Aún así, necesitaba algo más para comprobar su teoría era cierta.

El Servicio Federal de Telecomunicaciones no tenía un letrero oficial en el buzón, así que decidió enviar un paquete al organismo solo con el nombre, sin ningún tipo de dirección postal. Y para registrar a dónde llegaría exactamente, introdujo en un libro un AirTag para tener total control de la ruta que tomaba el paquete.

Para su sorpresa, el paquete con el libro acabó en la sede de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, en Colonia, demostrando así que el BST forma parte de la inteligencia alemana. 

Tras darse a conocer los resultados de la investigación de Wittmann, los portavoces del Ministerio de Interior alemán han negado rotundamente que el BST sea parte del Servicio Federal de Inteligencia. 

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