Alemania está comprando robots que parecen tanques rusos para practicar el combate con los de verdad

Michael Peck,
Un tanque ruso T-90 en la Plaza Roja de Moscú en 2010.
Un tanque ruso T-90 en la Plaza Roja de Moscú en 2010.

ALEXANDER NEMENOV/AFP via Getty Images

El Ejército alemán ha comprado réplicas robóticas a tamaño real de blindados rusos para utilizarlos en sus entrenamientos y prácticas de tiro. 

La Bundeswehr —las fuerzas armadas de Alemania— acaba de recibir el primero de los vehículos que encargó a la empresa de defensa australiana GaardTech, por un contrato de 385.000 dólares. 

El pedido llega cuando Alemania está revitalizando su ejército tras la invasión rusa de Ucrania, debido a que, por primera vez desde el final de la Guerra Fría, existe una posibilidad real de que las tropas alemanas y rusas entren en combate. 

GaardTech fabrica lo que la empresa llama Vehículos Robóticos Enemigos (REV) para más de 20 diseños inspirados en tanques rusos y chinos.  

Los diseños imitan a los vehículos blindados rusos más comunes, como los tanques T-72, T-880 y T-90; los vehículos de combate de infantería BMP-3 y BMD-4; los transportes de tropas BTR-70, BTR-80 y BTR-90, además de las plataformas de misiles antitanques BRDM. 

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La empresa también ha diseñado vehículos de defensa aérea rusos como el SA-6 y ZSU-23-4. Las réplicas de los tanques chinos se inspiran en los ttipo 59, 85 y 99. 

Una de las curiosidades de la empresa Gaardtech es que también fabrica un vehículo objetivo para el tanque ruso T-14 Armata, de próxima generación, del que no hay mucha información pública disponible. 

Los robots cuentan con "datos abiertos y datos proporcionados por los clientes cuando sea necesario", explica Steen Bisgaard, director y fundador de Gaardtech a Business Insider. 

Los vehículos enemigos simulados no son una novedad. Los aliados utilizaron tanques de goma hinchables en la Segunda Guerra Mundial para engañar a los espías nazis. Ucrania también ha construido señuelos de madera para lanzadores de cohetes móviles HIMARS.  

Tanque robot T-90 de Gaardtech
Tanque robot T-90 de Gaardtech

Gaardtech

Los vehículos de Gaardtech parecen ser mucho más realistas.

Los robots maniobran como los tanques reales y pueden personalizarse con características como torretas que giran. Los tanques son de acero y cada uno pesa un poco más de 585 kilos. Se entregan en kits planos y entre cuatro personas, se montan en una hora. 

Los tanques robóticos están equipados con células térmicas que simulan la de los vehículos reales, lo que permite a los pilotos, artilleros y operadores de sensores reconocer a los robots como verdaderos tanques a través de una mirilla térmica.

Ucrania ha destruido casi el 10% de los tanques rusos, lo que hace que los expertos se pregunten: ¿es el principio del fin de los tanques?

"Las células térmicas activas proporcionan, con mucha fidelidad, el calor del motor para la detección de infrarrojos que funciona con todas las condiciones meteorológicas, incluidas la lluvia y los fuertes vientos", afirma Bisgaard. 

Los vehículos robóticos pueden dirigirse a remoto o de forma autónoma. De hecho, pueden moverse en formación para simular las tácticas del enemigo. 

Un tanque Armata T-14 ruso.
Un tanque Armata T-14 ruso.

Getty Images

"Se pueden programar y controlar más de veinte vehículos enemigos desde un único dispositivo de mando", asegura el fundador de la empresa. "Una vez que se le dice a la formación lo que tiene que hacer, es supervisada por el software de GaardTech de forma autónoma". 

Estas máquinas de GaardTech están preparados para realizar prácticas de tiro reales. "Están diseñados para ser objetos de consumo", explica Bissgaard. "Pueden ser atacados por cualquier cosa. Hemos visto como les disparan HIMARS, F-18, jabalinas, NLWA, proyectiles de tanques de 120 mm, proyectiles inteligentes y de alto explosivo de 155 mm y proyectiles de 40 y 84 mm". 

Aunque la imitación de los tanques sean atacados, pueden ser reutilizados. "Los kits robóticos se fijan al casco del vehículo, lo que permite una rápida sustitución de las piezas si un sistema se daña durante el fuego real", explica el fundador de la empresa. 

Aunque Bisgaard no ha especificado ningún precio, si ha afirmado que cuesta 1/160 de un tanque real. Un M-1A2 Abrams costaba en 2016 unos 9 millones de dólares y hoy cuesta unos 11,1 millones de dólares, aunque Polonia acaba de comprar 250 de las últimas versiones de M1A2 SEPv3 por 4.800 millones de dólares. 

Modelo ruso del tanque T-14 de Gaardtech.
Modelo ruso del tanque T-14 de Gaardtech.

Gaardtech

Los sistemas de entrenamiento de GaardTech han sido utilizados por el Ejército de Australia, la Real Fuerza Aérea Australiana, el Cuerpo de Marines de Estados Unidos y el Ejército Británico. 

Bisgaard, antiguo oficial del ejército australiano que comandó una tropa de tanques M1 Abrams y que sirvió en dos misiones en Afganistán, explica que sus experiencias militares le inspiraron para crear los vehículos de guerra robóticos

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"Me di cuenta de que había un gran problema en cómo las fuerzas conjuntas entrenan y ejecutan todos sus activos. La forma en la que un soldado localiza el objetivo debe hacerse respecto al ciclo de puntería, tanto en el cuartel general como en un avión de combate para ver los objetivos bajo el infrarrojo de visión de futuro (FLIR), con el que los drones y la artillería detectan a las fuerzas enemigas en movimiento", explica a Business Insider. 

Dada la prevalencia de las armas rusas y chinas entre las naciones que se oponen a que la OTAN y otos aliados, es natural que GaardTech se concentre en esos diseños. Sin embargo, Bisgaard afirma que puede simular armas de cualquier nación. 

"GaardTech puede fabricar cualquier vehículo o aeronave como objetivo o señuelo robótico con una alta fidelidad para su uso en combate", comenta Bisgaard. "Nuestro equipo de diseño interno realiza mucho trabajo a medida".

Michael Peck es un escritor especializado en asuntos de defensa cuyo trabajo ha aparecido en Forbes, Defense News, la revista Foreign Policy, entre otras. Tiene un máster en ciencias políticas. Síguele en Twitter y LinkedIn. 

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