Los cortes de gas de Rusia fuerzan a Alemania a recurrir al carbón para generar energía: por qué el cambio no será tan fácil para otros países europeos

Zahra Tayeb,
Chimeneas de una central eléctrica de carbón. Reuters/Peter Andrews
Chimeneas de una central eléctrica de carbón. Reuters/Peter Andrews

La crisis energética europea, desencadenada por los cortes de gas de Rusia, está obligando a Alemania a recurrir al carbón para asegurarse suficiente energía de cara al invierno. 

Según Rystad Energy, es el país que más ha aumentado su generación de electricidad con carbón este año, un 18,2% en comparación con otros países europeos, lo que demuestra la aceleración del cambio a favor de otra fuente de energía debido a la reducción del suministro energético. 

Austria, Países Bajos e Italia también se están planteando volver a utilizar el carbón, pero la transición posiblemente no sea fácil para otros países europeos en comparación con Alemania.

"La mayoría de los países tienen escasas opciones para cambiar la generación de gas por la de carbón, ya que en los últimos años se ha desmantelado un gran número de centrales eléctricas de carbón", afirma Rystad Energy según una nota a la que ha tenido acceso Business Insider

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Austria, por ejemplo, cerró su última central eléctrica de carbón en 2020 como parte de un plan para reducir el uso de combustibles fósiles intensivos en carbono. 

Pero aunque Alemania cerró muchas centrales de carbón en los últimos años y planeó cerrar todas para 2030 como parte de un impulso a la descarbonización, todavía tiene un parque de centrales de carbón que puede ser reactivado de nuevo.

"Algunas de ellas están en modo de espera, por lo que no están totalmente desactivadas o cerradas del todo y, por lo tanto, será posible reabrirlas con relativamente poco tiempo de antelación", afirma Fabian Rønningen, analista de Rystad Energy. 

El gigante de la energía alemana Uniper, por ejemplo, ha anunciado recientemente que pondrá en marcha temporalmente una central eléctrica de carbón inactiva para producir electricidad, probablemente hasta finales de abril de 2023, en respuesta a la reducción de los flujos de gas hacia el país, debido a las represalias de Rusia a las sanciones occidentales impuestas tras la invasión de Ucrania. 

En este sentido, Alemania va camino de contar con centrales eléctricas de carbón con una capacidad total de 35 sobre gigavatios en funcionamiento a finales de año, según datos de Rystad Energy consultados por Business Insider.

Alemania aún se enfrenta a ciertos obstáculos. Así lo demuestra el bajo nivel de agua del río Rin, uno de los más importantes de Europa, utilizado para el transporte de mercancías como carbón, productos químicos y cereales. El nivel de agua ha bajado debido a las olas de calor récord del verano, lo que ha despertado el temor del Gobierno alemán a una posible escasez de carbón debido a la menor cantidad de envíos domésticos realizados por el río. 

 

Mientras tanto, el mercado mundial del carbón también sigue muy tensionado, lo que dificulta la transición de otros países al carbón, señala Rystad. En julio, la Agencia Internacional de la Energía advirtió que las escasas importaciones de energía procedentes de Rusia hacen prever que el mercado mundial de carbón térmico seguirá siendo "extremadamente tenso" en el tercer y cuarto trimestre de este año.

"Vemos un invierno muy duro por delante. El cuarto y primer trimestre del año 22 serán difíciles y Europa probablemente necesitará todas las alternativas que pueda conseguir de cara a esta tormenta", afirma Ole Hvalbye, analista de SEB Group, en declaraciones a Business Insider

España se resiste a rescatar el carbón

El temor a un invierno sin gas también ha despertado algunas dudas sobre si España podría replantearse su apagón definitivo al carbón. Antes de que estallara la guerra de Ucrania, solo quedaban cuatro centrales térmicas en funcionamiento en España y todas tenían ya una fecha de cierre definitivo, como muy tarde en 2026.

Sin embargo, en plena apuesta por las renovables, el panorama macroeconómico ha llevado a España a incrementar un 108% la electricidad producida con carbón entre enero y julio respecto al año pasado. De hecho, la central térmica de Soto de Ribera, que reabrió en 2021 después de un par de años cerrada, sigue operando a pesar de que su clausura estaba prevista para este año. 

Desde el Gobierno, en todo caso, han dado casi por descartada la opción de reactivar centrales térmicas como la de As Pontes para quemar carbón. "Tenemos garantizado el suministro de gas, por lo que pensar ahora en un escenario de ocho a diez meses de plazo para conseguir carbón y, además, a precios muy elevados tiene poco sentido económico, y ningún sentido ambiental ni energético", explicaba hace unas semanas Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica.

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