'Allen V. Farrow', el polémico documental de HBO que ataca con ferocidad a Woody Allen y que reabre el caso de los supuestos abusos sexuales del cineasta a su hija adoptiva

Toda historia tiene dos partes. 

Una ya la contó Woody Allen en su biografía. La otra, la de Mia Farrow, es la que faltaba y el pasado 22 de febrero aterrizó en HBO el primer capítulo de un documental de 4 partes que explica la versión de la actriz estadounidense. 

Bajo el nombre Allen V. Farrow viene con la intención de levantar ampollas y echar más leña al fuego al supuesto caso de abuso sexual por parte de Woody Allen a su hija adoptiva Dylan Farrow.  

El gran problema de este documental creado por Kirby Dick y Amy Ziering, que se centra en uno de los mayores escándalos de la historia de Hollywood es que narra la historia pero solo desde uno de los dos puntos de vista: el de Mia Farrow y sus allegados. 

Está claro que será imposible esclarecer qué ocurrió exactamente el fatídico 4 de julio de 1992, pero este documental no viene a dar respuesta a ello, sino que tiene la intención de convertir esta versión en la oficial. 

El documental solo se apoya en los testimonios de amigas de Farrow, la propia Mia y Ronan y Woody Allen ni aparece, ni quiere estar. 

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Para ser más precisos, el documental Allen V. Farrow no tiene la intención de jugar limpio ni en igualdad de condiciones. Poco antes de terminar la producción, Allen solo tuvo un par de días para decidir si aparecer en el montaje final, cuando la cadena y los Farrow llevaban años con el proyecto. 

El único punto que arroja algo de luz sobre Allen de la nueva producción de HBO es la carta abierta que escribió Moses Farrow, en donde apoyaba fervientemente a su padre y detallaba los trucos y maltratos de su madre, pero queda relegada a un par de minutos finales y como conclusión del primer episodio. 

El proyecto, además, explora constantemente la tendencia de la obra de Allen de mostrar relaciones sentimentales entre hombres de mediana edad y mujeres jóvenes, que en ocasiones son menores de edad, que ponen el foco en la historia real que supuestamente inspiró Manhattan. 

Por el camino, además, se ha perdido la oportunidad de que Dylan Farrowcuente su historia, independientemente de cuál sea la verdad y de sí su madre se encargó de lavarle el cerebro a su hija o si el director verdaderamente cruzó la línea. 

Las reacciones del cineasta no se han hecho esperar ya ha explicado que el documental "está plagado de falsedades", pero el daño ya está hecho desde hace bastante tiempo. 

El director perdió la custodia de sus hijos, así como el respeto de la industria cinematográfica. Miles de actores se han arrepentido de trabajar con él y sus dos últimas películas no se han estrenado en Estados Unidos, ya que hay un bloqueo total hacia sus proyectos por este supuesto abuso. 

De momento y a la espera de los 3 episodios restantes que irán llegando a HBO en las próximas semanas, Allen V. Farrow no logra esclarecer nada del caso y se queda en una mirada simplista de un caso tan complejo como este. 

Está claro que todo el mundo tiene derecho a contar su historia. Allen ya lo hizo, así que le tocaba a los Farrow. De todas formas, la principal afectada de todo este caso no ha podido hacer nada.