Un antiguo ejecutivo de WhatsApp se arrepiente de haber vendido la app a Facebook por 22.000 millones: "Nadie sabía que se convertiría en un Frankenstein que devora datos de los usuarios"

Mark Zuckerberg, CEO de Meta (antigua Facebook).
Mark Zuckerberg, CEO de Meta (antigua Facebook).

REUTERS/Leah Millis

"Las empresas tecnológicas tienen que admitir cuando lo han hecho mal. Nadie sabía al principio que Facebook se convertiría en un monstruo de Frankenstein que devora los datos de los usuarios y vomita dinero sucio. Nosotros tampoco lo sabíamos".

Así de contundente y crítico se ha mostrado Neeraj Arora, director de negocios de WhatsApp y empleado de la compañía entre los años 2011 y 2018, en un hilo de Twitter para explicar por qué se arrepiente de haber vendido la compañía a Mark Zuckerberg.

Arora estuvo presente en las negociaciones que se llevaron a cabo entre la app de mensajería y Facebook en el año 2014. Finalmente, la red social compró WhatsApp por la friolera cifra de 22.000 millones de dólares. Un par de años antes, Facebook había comprado Instagram por 1.000 millones.

La compra de WhatsApp fue una de las más grandes en la industria tecnológica de lo que va de siglo, y supone la mitad de lo que ha pagado Elon Musk por Twitter. 

La operación consistió en 4.590 millones de dólares en efectivo y 178 millones en acciones Facebook, además de 46 millones de opciones sobre unidades de acciones restringidas para empleados de WhatsApp por un periodo de 4 años.

"En 2014, fui el director de negocios de WhatsApp. Y ayudé a negociar la venta de 22.000 millones de dólares a Facebook. Hoy, me arrepiento de ello", ha escrito Arora.

WhatsApp había sido fundada en 2009 por Jan Koum y Brian Acton. Entre los años 2012 y 2013, cuenta Arora, Facebook se les acercó varias veces para tantear la posible adquisición. Sin embargo, el equipo de WhatsApp desechó la oferta y se centró en seguir creciendo. 

En los primeros días de la compañía, la app se financiaba gracias al cobro de un dólar por descarga. Su filosofía se resumía entonces en las siguientes 3 frases escritas por Brian Acton, uno de los fundadores: "Ni anuncios, ni juegos, ni trucos".

En 2014, Facebook volvió con fuerza y prometió un acuerdo que parecía más un tipo de asociación entre ambas partes, que una absorción, ha relatado Arora. 

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Compatibilidad total con el cifrado de extremo a extremo, Facebook se compromete a que nunca haya anuncios, WhatsApp tendrá completa independencia en las decisiones sobre el producto, Jan Koum tendría un puesto en el consejo de administración y mantendrían su oficina propia en Mountain View.

"Por supuesto, eso no fue lo que ocurrió. En 2014, WhatsApp fue adquirida por Facebook por 22.000 millones de dólares (en efectivo y acciones). Pero en 2017 y 2018, las cosas empezaron a ser muy diferentes...", ha escrito Arora.

El ejecutivo de WhatsApp se refiere a los escándalos de la consultora política Cambridge Analytica en los que se vio envuelto Facebook por la venta masiva de los datos de sus usuarios. 

Según las investigaciones llevadas a cabo en ese momento, aquellos datos habrían sido utilizados para tratar de influir en las elecciones presidenciales de EEUU en 2016 (en las que ganó Donald Trump) así como en la votación del Brexit.

Tras el escándalo, uno de los fundadores de WhatsApp, Brian Acton tuiteó un mensaje que se hizo rápidamente viral  por lo que decía y por venir de donde venía: “It is time. #deletefacebook.” (Es el momento, borra Facebook).

Acton había salido de WhatsApp (ya bajo el manto de Facebook en ese momento) en 2017. Después de aquel tuit enviado en marzo de 2018, no ha vuelto a escribir ningún mensaje en la red social.

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"Hoy en día, WhatsApp es la segunda plataforma más grande de Facebook (incluso más grande que Instagram o FB Messenger). Pero es una sombra del producto en el que nos volcamos y quisimos construir para el mundo", ha criticado Arora.

"Y no soy el único que lamenta que haya pasado a formar parte de Facebook cuando lo hizo", ha añadido.

Acton salió de Facebook debido a la deriva que, según relató en una entrevista con Forbes, la compañía había tomado, centrada solo en el beneficio e implementado herramientas de monetización en detrimento de la experiencia de usuario.

Arora, apunta ahora en la misma línea y señala que las compañías tecnológicas deben revisar qué están haciendo y cómo lo están haciendo.

"Para que el ecosistema tecnológico evolucione, tenemos que hablar de cómo los modelos de negocio perversos hacen que los productos, servicios e ideas bien intencionados vayan mal. Y hacia dónde nos dirigimos", concluye su hilo.

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