Lo mejor para Amazon en bolsa aún podría estar por llegar: por qué los 5 billones de capitalización bursátil o los 10.000 dólares por acción pueden ser realidad en 2025

Jeff Bezos, fundador de Amazon
Jeff Bezos, fundador de Amazon

REUTERS/Clodagh Kilcoyne

  • Amazon tiene aún potencial y, según los analistas, podría convertirse en el líder indiscutible de la bolsa estadounidense en menos de 4 años.
  • El impulso de la nube y el comercio electrónico pueden llevar a la compañía a alcanzar los 5 billones de dólares de capitalización bursátil (unos 4,2 billones de euros) o el equivalente a 10.000 dólares por acción.
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Pocas veces en la historia de los mercados el ránking de compañías por capitalización bursátil es una fotografía fija: el cambio es constante.

Sin embargo, la tecnología está cambiando la realidad y hay 3 empresas que parece sobresalir y van a disputarse el trono en la próxima década: Amazon, Apple y Microsoft.

¿Cuál puede estar mejor situada para conseguirlo y, sobre todo, mantenerlo?

Muchos expertos apuntan a Amazon por la diversificación de su negocio y por la previsible evolución de las tendencias en los próximos años. También, por la estrategia que está implementando. 

Parece que la profecía podría cumplirse.

El gigante del comercio electrónico está bien posicionado para ser la primera compañía en alcanzar una capitalización de mercado de 3 billones de dólares (unos 2,5 billones de euros). Algo inédito. Hasta 2025, según los datos del consenso de mercado, Amazon podría conseguir que sus acciones valiesen 10.000 dólares.

¿Qué significa eso? Básicamente, que de aquí a 4 años su valoración en la bolsa podría llegar a ser más de 5 billones de dólares (4,2 billones de euros) y que sus competidores podrían quedarse bastante atrás en esta particular carrera que ahora sí encabezan.

Las acciones de la enseña de la manzana están completamente planas en lo que va de año, mientras que su valoración ronda los 2,2 billones de dólares (1,68 billones de euros). A su vez, los títulos de Microsoft han avanzado en torno al 19% en Wall Street. La capitalización bursátil de la firma fundada por Bill Gates ronda ya los 2 billones de dólares (sobre los 1,68 billones de euros).

La capitalización actual de Amazon es de 1,76 billones de dólares (alrededor de los 1,48 billones de euros) y sus acciones se han revalorizado un 9,5% en 2021.

No es ningún secreto que la valoración de Amazon no tiene mucho sentido usando el análisis fundamental tradicional. “Esto quiere decir que su relación precio-beneficio (PER) y su valor contable siempre han estado en territorio sangrante, pero ninguno de los 2 indicadores sirve para demasiado cuando hablamos de un negocio emergente y de rápido crecimiento”, apuntan los expertos de JPMorgan en un reciente informe. 

Dado que Amazon reinvierte la mayor parte de su capital, el flujo de caja operativo y los múltiplos históricos son indicadores más adecuados para valorar la progresión de la empresa de Jeff Bezos.

Desde 2010, Amazon terminó cada uno de los últimos 11 años en unos múltiplos de entre 23 y 37 veces sus flujos de caja operativos. Nuevamente, desde una perspectiva fundamental, esto podría parecer alto. Pero algunos expertos no lo ven así. 

“Dado el dominio absoluto de Amazon en el comercio electrónico y los servicios de infraestructura en la nube, son unas cifras razonables para Wall Street y los inversores han estado perfectamente dispuestos a darles soporte durante más de una década”, resaltan los expertos de Jefferies.

Varios analistas de Wall Street han elevado recientemente su precio objetivo para Amazon, alegando un entorno favorable para sus unidades de negocio. JPMorgan, que recomienda sobreponderar, elevó la meta para el valor a los 4.600 dólares (3.860 euros) por título desde los 4.400 dólares (3.692 euros).

Con la publicación de los resultados del segundo trimestre del año a la vuelta de la esquina, quizá pueda ser un buen momento para analizar la evolución en ese camino hacia la cima. El consenso de mercado prevé que el beneficio por acción del segundo periodo del año sea de 12,21 dólares, frente a los 15,79 dólares del primer trimestre de 2021. Eso sí, proyecta que sus ingresos sumen 115.290 dólares (96.779 millones de euros) desde los 108.520 millones de dólares (91.096 millones de euros).

Al mirar hacia 2021 y los años venideros, la media de los analistas del otro lado del Atlántico tiene muy claro que espera que AWS, en negocio de la nube de Amazon, ayude a generar más del doble del flujo de caja por acción de Amazon. Teniendo en cuenta que las estimaciones de los analistas son dinámicas, cabría esperar un flujo de caja por acción de 153,75 dólares a finales del presente ejercicio y de 341,70 dólares en 2025.

“Esto quiere decir que, si Amazon simplemente mantuviera su valoración en la mediana de su múltiplo de flujo caja operativo (30 veces) durante los últimos 11 años, su acción podría llegar a superar los 10.000 dólares”, expone Sean Williams, analista de TMFUltraLong.

Ese escenario parece casi irreal, pero lo cierto es que es un umbral que encaja con las valoraciones habituales de la empresa.

“Mientras AWS siga creciendo a ritmos del 30% en ingresos, los 10.000 dólares (8.395 euros) por título en 2025 se convertiría en un objetivo muy alcanzable en 4 años”, aventura Williams.

Amazon no tiene rival en el online

¿Y qué puede llevar a Amazon a ser la que tire del carro de Wall Street, por delante de Apple o Microsoft? Especialmente, 2 líneas de negocio: el comercio electrónico y su división de la nube. 

En relación al ecommerce, Amazon sigue generando nuevos usuarios. Amazon tiene ya más de 150 millones de miembros Prime, tal como reflejan los datos de eMarketer

En España, se ha posicionado como la marca que más tráfico generó a su página, con un incremento del 252,41% entre enero de 2019 y septiembre de 2020, según los datos de SEMRush.

“Probablemente podamos asumir con seguridad que esta cifra aumentó sustancialmente durante 2020, con los consumidores atrapados en sus hogares debido a la pandemia de coronavirus”, señala Goldman Sachs.

Pero esta no es la cifra más llamativa. Amazon controla aproximadamente el 40,4% de todas las ventas online de Estados Unidos, según un informe de abril de 2021 de eMarketer. Es decir, de cada dólar gastado en el país norteamericano, 40 centavos van a parar a las arcas de la firma con sede en Seattle. 

En España, Amazon es líder en este segmento con un 15,7% de cuota de mercado. Los ingresos de la compañía ascendieron a 5.400 millones de euros en 2020.

“Amazon es muy consciente de lo estrechos que pueden ser los márgenes minoristas y ha intentado compensarlo impulsando su servicio Prime, que puede crecer durante los próximos años”, comentan los analistas de Goldman Sachs. 

Con más de 200 millones de miembros Prime en todo el mundo, Amazon puede utilizar los ingresos derivados de este servicio para rebajar el precio de los artículos. 

AWS se está convirtiendo en la pieza del rompecabezas más importante

Pero Amazon va mucho más allá del comercio electrónico. 

El negocio de la infraestructura en la nube de la compañía, Amazon Web Services (AWS), también es un auténtico transatlántico.

Según los datos de la empresa de análisis Canalys, el gasto de ingresos en la nube en todo el mundo en el primer trimestre de 2021 ascendió a 41.800 millones de dólares. Google Cloud aglutinó el 7% de ese negocio, Microsoft Azure fue responsable del 19% y AWS se mantuvo firme con una cuota de mercado del 32%.

Lo que es importante tener en cuenta sobre AWS es que los márgenes asociados a los servicios de infraestructura en la nube son mucho más altos que las ventas online de Amazon. 

Aunque AWS representó 13.500 millones de dólares de los 108.500 millones de la compañía en ventas netas en el primer trimestre de 2021, generó cerca de 4.200 millones de dólares en ingresos operativos. Los otros negocios de Amazon, que aportaron 95.000 millones en ingresos, contribuyeron con 4.700 millones de ingresos operativos. 

“A medida que AWS represente un gran porcentaje de las ventas totales, los ingresos operativos y el flujo de caja crecerán a un ritmo mucho más rápido que la facturación total de la empresa”, concluye Goldman Sachs.

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