La amenaza para la salud que va camino de devolvernos a la "edad oscura de la medicina": la resistencia a los antibióticos podría matar a 10 millones de personas al año en 2050

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"Una de las mayores amenazas" para la salud mundial humana de los próximos años, así califican los expertos a la creciente resistencia a los antibióticos. Un problema acuciante que de no atajarse podría convertirse en la primera causa de muerte para 2050, cobrándose más de 10 millones de vidas en todo el mundo.

El problema de las infecciones resistentes a antibióticos ocurre cuando los patógenos cambian de manera que hacen que los medicamentos resulten ineficaces. Como consecuencia, estos microorganismos (como las bacterias) sobreviven y se propagan.

Desde que hace casi 100 años se llegara al descubrimiento de la penicilina, miles de antibióticos han contribuido a salvar millones de vidas de enfermedades que, como la neumonía o la tuberculosis, el pasado siglo eran comunes y en casos mortales. Una situación que podría regresar si estas superbacterias resistentes a los fármacos no se controlan.

"Si no actuamos, nos enfrentamos a un escenario casi impensable en el que los antibióticos ya no funcionen y volvemos a la era oscura de la medicina", señaló en 2014 David Cameron, ex primer ministro de Reino Unido al respecto. 

Bajo este escenario las cirugías rutinarias y las infecciones menores volverán a poner en peligro la vida de los pacientes. Los tratamientos se alargarán, aumentando los costes sanitarios. 

Pero no es una cuestión a futuro. La pérdida de eficacia de los medicamentos debido a la resistencia a los antimicrobianos está aumentando tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. Especialmente en los primeros, como señala un estudio publicado a principios de año en la revista médica The Lancet. 

Estas 4 enfermedades de transmisión sexual son poco conocidas y están mutando para resistir a antibióticos: la comunidad médica está preocupada

Según esta investigación, solo en 2019, las infecciones resistentes a los medicamentos mataron directamente a 1,2 millones de personas e influyeron en 5 millones de muertes más en todo el mundo. No solo eso, el equipo de científicos descubrió que las bacterias están mutando para evadir los antibióticos a un ritmo mucho más rápido de lo que se había pronosticado previamente.

Estas nuevas cepas mortales de bacterias están causando infecciones intratables en la sangre, neumonía mortal, infecciones persistentes del tracto urinario, heridas gangrenosas y casos terminales de sepsis, entre otras afecciones señaladas por la investigación.

Cómo se produce la resistencia a los antibióticos y cuál es la magnitud del problema

La resistencia a los antibióticos ocurre cuando los microbios ya no responden a los antibióticos creados para eliminarlos. Eso significa que estos no se eliminan y continúan multiplicándose. Es decir, no es el cuerpo el que desarrolla la resistencia a los antibiótico

Como enfatiza la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un fenómeno natural, ya que estos patógenos desarrollan diversos mecanismos para intentar evadir los fármacos. 

Otros factores como el cambio climático, la migración de poblaciones, el transporte de mercancías o la contaminación del medio ambiente también influyen en la diseminación y persistencia de estos supermicrobios.

No obstante, el uso indebido de los antibióticos en el ser humano y los animales está acelerando el proceso. Por ejemplo, abusar de su ingesta o automedicarse contribuyen a ello. Particularmente dañino es no completar el tratamiento, ya que el microorganismo no es eliminado, pero sí ha entrado en contacto con la medicina conociendo cómo combatirla.

Para hacerse una idea, las infecciones de las vías respiratorias inferiores representaron más de 1,5 millones de muertes asociadas con la resistencia en 2019, según el estudio de The Lancet. Los 6 principales patógenos causantes de muertes asociadas con la resistencia (Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Streptococcus pneumoniae, Acinetobacter baumannii y Pseudomonas aeruginosa) fueron responsables de 929.000 muertes atribuibles  y 3,57 millones de muertes asociadas ese año.

Las bacterias desarrollan un curioso mecanismo que aumenta su resistencia frente a antibióticos, según un nuevo estudio

En 2014 las estimaciones apuntaban a que al menos 700.000 personas morían cada año en todo el mundo a causa de este problema. El escenario que manejan los expertos de cara al futuro no es más optimista. Para el año 2050 las muertes relacionadas con la resistencia a los antibióticos podría ascender a 10 millones de personas.

En nuestro país la cifra se coloca hoy en torno a las 3.000 muertes anuales. Una situación que genera un gasto sanitario adicional de 150 millones de euros anuales, cifra la última edición del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN). Pero las predicciones son aún más catastróficas. En 2050, si no se ataja el problema, los fallecimientos anuales por infecciones que antes eran fácilmente curables será de 40.000. 

El escenario que manejan los expertos también prevé consecuencias económicas a escala mundial similares a los de la crisis financiera mundial de 2008. En el mejor de los escenarios, un informe del Banco Mundial calcula que la resistencia a los antibióticos podría generar una caída del PIB mundial de 1,1% hasta 2030. Cifra que podría elevarse hasta el 3,8%  (3,4 billones anuales) en el peor de los casos.

¿Cómo evitar la resistencia bacteriana a los antibióticos?

La lucha contra la resistencia a los antibióticos es un problema a escala mundial que debe encararse de manera conjunta por todos los países desde distintos ámbitos. 

Desde hace años esta cuestión ha pasado del ámbito meramente científico al plano político. La Unión Europea creó en 2011 el Plan de Acción sobre Resistencias Antimicrobianas, España puso en marcha el suyo en 2014.  Un año después, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó un plan de acción mundial centrado en dicha cuestión.

Ahora bien, desde la OMS también marcan algunas pautas que las personas a título individual pueden hacer para reducir el riesgo de resistencia de las bacterias. 

Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario, y durante el tiempo marcado, es una de las maneras claves de abordar la cuestión. También ayuda no pedir antibióticos si los profesionales sanitarios consideran que no son necesarios ni automedicarse.

Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, tomando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día también contribuirán a reducir el impacto de este problema.

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