7 razones por las que 'American Factory', el documental producido por Obama que acaba de ganar un Oscar, ha levantado ampollas en todo el mundo

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Un trabajador de Fuyao exige un sindicato para la plantilla.
Un trabajador de Fuyao exige un sindicato para la plantilla.
  • El matrimonio Obama estrenó en agosto para Netflix American Factory, primer documental de su nueva productora, High Ground.
  • La cinta ha sido ahora galardonada con el premio Oscar a mejor documental de 2020.
  • En 110 minutos relata el cierre de una planta de General Motors en Ohio y la reapertura de la misma bajo la dirección de una multinacional china.
  • Repasa así los fenómenos de los tiempos contemporáneos: crisis económica, choque cultural, precariedad laboral, globalización.
  • Por estos motivos ha levantado ampollas: algunas escenas parecen cómicas por lo absurdo y otras llegan a ser indignantes.
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Netflix estrenó en agosto el primer documental de High Ground, la nueva productora de Barack y Michelle Obama. American Factory es un intenso relato sobre cómo la globalización precariza a la clase media y trabajadora, y lo ejemplifica con el caso de una factoría de Ohio, en los EEUU.

El documental llamó la atención a los críticos, y también a la Academia. Este lunes de madrugada la cinta ha sido galardonada con el premio Oscar a mejor documental.

La sinopsis es bien sencilla: una planta de General Motors cierra en Ohio y por ende, toda la plantilla se va a la calle... hasta que un grupo chino fabricante de cristales para coches decide hacerse con las instalaciones y reabrirlas.

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Así desembarca Fuyao, una multinacional del país asiático, en los Estados Unidos. Y así también lo hace el CEO y fundador de la misma, Cao Dewang, quien ya desde los primeros minutos de metraje protagoniza absurdas escenas con sus trabajadores.

En una, por ejemplo, exige mover de la pared un interruptor para emergencias contra incendios. Un empleado tiene que explicarle a la intérprete de Dewang que el dispositivo está donde está por seguridad —y por cumplir la normativa—. Un argumento que no convence a Dewang.

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Durante los 110 minutos que dura la cinta, el filme ilustra con mucha agudeza algunos de los fenómenos que marcan los tiempos recientes: la grave crisis económica de 2008, la globalización, la precarización de los puestos de trabajo, el choque cultural entre los EEUU y China...

Que su estreno haya tenido lugar en agosto de este año además convierte la obra incluso más oportuna: en plena crisis diplomática mundial por la guerra comercial que enfrenta a los Estados Unidos de Donald Trump con el gigante asiático.

Estas son algunas claves que hacen de este documental una obra que merece la pena atender.

Obama pretende con el documental "elevar" a la gente y que empecemos a sentir "solidaridad los unos con los otros"

Protesta de trabajadores de Fuyao.
Protesta de trabajadores de Fuyao.

El estreno del documental de Netflix viene acompañado de una pequeña entrevista de unos diez minutos de duración en los que, en una cafetería, Michelle y Barack Obama se sientan a conversar con los directores de la película, Steven Bognar y Julia Reichert.

Durante la charla, la exprimera dama insiste en que se sintió reflejada al ver a muchos obreros trabajar sin descanso para la fábrica de Fuyao: vio en ellos, dice, al ejemplo de su padre. El expresidente, por su parte, insiste en la necesidad de que todo el mundo sienta "solidaridad los unos con los otros".

Aunque la película da alas a argumentos de proteccionismo económico —que es el origen de la guerra comercial actual—

Sede de Fuyao América.
Sede de Fuyao América.

Estados Unidos mantiene una guerra comercial en varios frentes, pero sin lugar a dudas el más importante es la tensión y el conflicto que desde marzo vive contra China. Ambos países se han amenazado y subido ya varios aranceles a bienes del otro.

La idea de una fábrica china con un consejero delegado y un plantel de directivos que ríe en reuniones advirtiendo que "los estadounidenses son unos vagos", "tienen los dedos gordos" o "son improductivos" indigna al público.

Más aun cuando en el último tercio del documental la situación se agrava cuando la plantilla empieza a exigir contar con un sindicato en la fábrica.

Revela la peor cara de la globalización y las consecuencias de la última crisis económica

Trabajadores de Fuyao.
Trabajadores de Fuyao.

El cierre de una planta de General Motors es, sin duda, uno de los síntomas que dejó la gran recesión. Cientos de puestos de trabajo se perdieron, y precisamente en ese marco comienza el documental.

Habría que esperar hasta 2014 para que Fuyao anunciara la reapertura de la planta, esta vez convertida en una factoría de cristales para vehículos que proveerían a firmas como la propia General Motors o Chrysler.

Entre los testimonios que recoge el documental se encuentra el de una trabajadora que ya estuvo empleada en la planta de GM. Jill Forklift cuenta, visiblemente emocionada, que cuando cerró la fábrica le embargaron su casa y tuvo que irse a vivir al sótano de su hermana.

Sin embargo, esto no queda ahí: cuando reabre la planta bajo la dirección de Fuyao, muchos empleados lamentan que con General Motors cobraban 29 dólares la hora, y con Fuyao solo cobran 12,84 dólares la hora. "Antes podía comprarle zapatillas a mis hijos cuando me las pedían. Ya no".

El choque cultural con China nos hace preguntarnos cosas sobre un enorme país del que ignoramos mucho

Una fiesta en la sede china de Fuyao.
Una fiesta en la sede china de Fuyao.

En un momento del documental, varios miembros de la plantilla de Fuyao America se embarcan en un viaje de trabajo hasta la sede central de la compañía en Fuqing, provincia de Fujian. Allí, la plantilla está preparándose para una fiesta.

Mientras tanto, en plena jornada laboral, los estadounidenses comprueban atónitos la disciplina casi militar con la que la plantilla trabaja. Va más allá de líneas de producción con una coordinación perfecta: antes de empezar a trabajar, los empleados se organizan en brigadas que rinden cuentas ante un trabajador de más rango.

Los estadounidenses intentan emular eso mismo de vuelta a Ohio, sin visible éxito.

Además, muchos trabajadores chinos cuentan satisfechos como descansan tan solo un par de días al mes, no pueden viajar a sus casas en sus pueblos natales a ver a sus familiares, o asumen jornadas laborales de 12 horas.

De hecho, el documental retrata cómo la propia empresa tiene un himno propio que la plantilla canta.

La cultura del trabajo en China es muy distinta a la que hay en occidente. Y probablemente no sea mejor.

Sin embargo, también hay tiempo para la emotividad. En esa misma fiesta, se celebran las bodas recientes de varios empleados, lo que lleva a uno de los estadounidenses a emocionarse hasta llegar a soltar algunas lágrimas.

Sin buscarlo, el documental también se convierte en una llamada a la necesidad de defender los derechos laborales

El CEO de Fuyao, Cao Dewang.
El CEO de Fuyao, Cao Dewang.

Las escenas en los que varios empleados empiezan a hacer campaña por un sindicato se tornan emotivas, al tiempo que las consideraciones de los directivos chinos acerca de la idea son indignantes.

Mientras varios trabajadores tienen que operar varias horas al día junto a un horno a 600 grados —y ellos lo hacen en una sala que inevitablemente está a 90 grados centígrados— se puede ver cómo el CEO de la firma rechaza la idea de que la plantilla se sindicalice porque afectaría a "su" producción.

Las a veces tensas relaciones entre un político y un directivo empresarial

Apertura de la sede de Fuyao América con la presencia del senador Sherrod Brown.
Apertura de la sede de Fuyao América con la presencia del senador Sherrod Brown.

Cuando se reinauguró la fábrica, la firma apostó por crear una gran fiesta a la que acudió, entre otros empresarios de la zona, un político. Se trataba del senador —que sigue en el cargo— Sherrod Brown. Es el representante de Ohio en la Cámara de los Representantes y pertenece al Partido Demócrata.

En el acto de reinauguración, y delante del consejero delegado de la empresa china, Brown tuvo la pertinente ocurrencia de decir delante de todo el mundo en su turno de palabra lo siguiente:

"Sé que muchos trabajadores intentan crear un sindicato en Fuyao para reforzar su voz en la empresa. Ohio tiene una gran historia de sindicatos y empresarios trabajando juntos. Apoyo a los que en esta comunidad, en esta planta, o entre el público, quieran entrar en el sindicato. También a los que no. Espero que Fuyao lo vea igual".

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La reacción del por entonces presidente estadounidense de Fuyao América —que acabaría siendo fulminado— muestra su malestar en repetidas ocasiones a cámara, e incluso advierte que Brown no acudirá a más actos de la compañía. "Están vetados".

Es el debut de la productora de los Obama, y ahora queda saber si seguirán apostando por este tipo de contenidos

Dos trabajadores, un instructor chino y un empleado estadounidense, en Fuyao.
Dos trabajadores, un instructor chino y un empleado estadounidense, en Fuyao.

En la entrevista de diez minutos entre los directores y los Obama, el expresidente de los Estados Unidos explicaba cómo el nombre de la productora —Higher Ground, en español alto terreno— viene a responder a su deseo de "elevar" al público para que empaticen más con los demás y vean cómo es la vida de los demás.

El debut de esta productora es un documental que retrata los pormenores y desafíos de una comunidad de clase trabajadora estadounidense de Ohio. Ahora queda por saber si sus próximas producciones seguirán esta misma línea.

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