Cumpleaños de la reforma laboral: un año después, España crea empleo fijo a toda pastilla, pero con trampas

Camarero empleado
  • Un año después de la entrada en vigor de la reforma, España crea más empleo fijo que nunca, el paro está en mínimos no vistos desde 2008, y el mercado laboral está resistiendo incluso al embate de la guerra.
  • Pero puede que estos datos estén parcialmente dopados en las estadísticas.

Hoy, la reforma laboral cumple un año de vida legislativa. Fue el 28 de diciembre de 2021, día de los Inocentes, cuando el Gobierno anunciaba el nacimiento de la nueva legislación, aunque ésta no entró en vigor hasta el día 31.

"Hoy es uno de los días más importantes del Gobierno de España. Este es el primer acuerdo en más de 40 años que cambia la tendencia de pérdida de derechos laborales", dijo entonces la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía social, Yolanda Díaz.

La normativa tumbaba parcialmente la reforma de 2012. El objetivo era popularizar los contratos indefinidos y limitar los temporales, y devolver a los trabajadores un poder de negociación perdido con la anterior reforma.

Ya en marzo, el Gobierno aseguraba percibir los primeros frutos de la reforma. Entonces apenas habían pasado 3 meses de vida. 

El resumen es que España crea más empleo fijo que nunca, que el paro está en mínimos no vistos desde 2008, y que el mercado laboral está resistiendo incluso al embate de la guerra. Pero puede que estos datos hayan estado dopados por la recuperación de la economía pospandemia y por el efecto estadístico de los fijos-discontinuos sobre los datos del paro.

Un año después, en Business Insider España analizamos la foto finish de la reforma laboral:

Ilustración sobre productividad y gestión del tiempo

El paro más bajo desde 2007...

El mercado laboral despide 2022 con el paro más bajo en más de una década. Los registros de empleo cerraron noviembre con 2,8 millones de personas en paro, el dato más bajo en un mes de noviembre y la segunda mayor caída en este mes en la última década (solo superada por un 2021 alterado por la recuperación pospandemia y la vuelta a la normalidad). 

Y no es un dato aislado. España lleva 2 o 3 meses encadenando caídas históricas en el número de desempleados. Ocurrió en septiembre, octubre y noviembre, a pesar de la crisis, y de tratarse de meses tradicionalmente malos para el empleo. 

"Es un descenso especialmente significativo teniendo en cuenta la coyuntura económica adversa en el escenario internacional", explican desde el Ministerio de Trabajo. Aun así, España sigue teniendo la tasa de paro más alta de la eurozona.

Así te afectan los cambios de la reforma laboral como trabajador o empresa

...Pero más gente buscando trabajo

Cola en una oficina del SEPE

El problema es que los cambios introducidos por la reforma laboral han alterado las métricas, y los datos de paro de ahora no miden lo mismo que en años anteriores.

Ahora que las empresas no pueden firmar temporales, tiran de fijos-discontinuos, y aquí es donde llega la novedad: cuando un empleado con contrato fijo-discontinuo entra en periodo de inactividad, cobra el paro, pero no cuenta como parado en las estadísticas, sino como demandante de empleo. Como consecuencia, el paro cae... Pero también sube

"La ruptura de las series parece deberse en parte a un ajuste por parte del SEPE en los registros estadísticos de los trabajadores fijos discontinuos", confirma el último Human Capital Outlook, elaborado por Fedea, junto a BBVA Research y EY. 

La prueba más clara de esta anomalía se observó en octubre, cuando el paro se redujo en un mes en el que suele aumentar con fuerza, mientras el número de demandantes de empleo con relación laboral se disparaba. 

Mientras el paro caía en octubre en 27.027 personas, el número de demandantes de empleo ocupados subió en 123.463. En consecuencia, mientras que el paro registrado se mantiene prácticamente constante desde mayo hasta octubre, el paro efectivo (que mide el paro registrado más los demandantes) ha aumentado durante el mismo período.

"La realidad es que hay casi 100.000 personas más en búsqueda de empleo si agregamos estas dos cifras: las de aquellos que son parados registrados (27.000 menos) y la de los demandantes de empleo con un contrato firmado (123.000 más)", calcula un informe de Randstad.

En noviembre, el número de demandantes de empleo ocupados alcanzó los 1,3 millones de personas, desde los 1,2 millones de octubre, lo que significa que el número de demandantes creció en 110.000 personas en un mes. Esto es una dinámica que no ocurría en los mismos meses de 2021, cuando tanto el número de parados como el de demandantes de empleo cayeron.

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La conclusión es que hay menos parados, pero más personas buscando empleo, y sobre todo que, tras la reforma laboral, no es posible comparar el paro de 2021 y años anteriores con los datos a partir de 2022. Aunque los fijos-discontinuos siempre fueron fijos-discontinuos, la popularización de estos contratos sí que han alterado la forma en que se interpretan las métricas de empleo.

Empleos a toda pastilla

España nunca había creado empleo tan rápido, y lo hace contra viento y marea: a pesar de la guerra y de sus consecuencias en la economía.

Entre enero y noviembre de 2022 se crearon 480.000 puestos de trabajo en España, 825.000 más que en agosto de 2021, cuando ya se superaron los niveles prepandemia. Con ese dato, la afiliación a la Seguridad Social rebasó el máximo histórico de 20 millones de trabajadores.

"Los once primeros meses del año permiten anticipar un crecimiento de la afiliación en el conjunto de 2022 cercano al 4%, el mayor ritmo de crecimiento de los últimos años", explicaban en noviembre desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Lo que no está claro es hasta qué punto España puede seguir creando empleo a este ritmo, teniendo en cuenta el panorama de amenazas que se avecina para 2023. De cara a este año, los expertos coinciden en que es probable que el mercado de trabajo se frene en seco.

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Menos temporales, más indefinidos

Es la noticia del año en el mercado de trabajo: España no sólo crea más empleo que nunca, sino que éste es de mejor calidad. 

En 2011, el porcentaje de indefinidos apenas suponía el 8% de los contratos firmados, frente a un 92% de los temporales. En noviembre de 2022, el porcentaje de indefinidos había aumentado hasta el 42% del total de contratos firmados.

Esta nueva tendencia se observa claramente en la variación de los afiliados a la Seguridad Social por tipo de contrato. Mientras número de trabajadores indefinidos no deja de aumentar, los temporales están en caída libre.

"Desde el inicio de la aplicación de la reciente reforma laboral, la contratación indefinida ha experimentado un crecimiento histórico", destaca el Human Capital Outlook. En los 10 primeros meses de 2022 se firmaron 3,1 veces más contratos indefinidos y un 43% menos contratos temporales que en el mismo período de 2019, llevando a mínimos el peso de los temporales.

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En los 11 primeros meses de 2022 se firmaron 6,5 millones de contratos fijos, lo que supone un aumento del 240% respecto al mismo periodo de 2021.

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En diciembre de 2021, de cada 25 contratos firmados por jóvenes, sólo uno era indefinido. El resto, todo temporales. Apenas 4 meses después, la situación dio un vuelco: casi la mitad de los contratos firmados por jóvenes son indefinidos.

Ahora, un año después de la entrada en vigor de la reforma, la tendencia del empleo fijo en jóvenes se consolida en la afiliación: en noviembre, un 58% de los menores de 29 años afiliados a la Seguridad Social tenían empleo indefinido. Antes de la pandemia, apenas llegaban al 23% de los jóvenes.

La trampa de la temporalidad

Camareros en Madrid fusión

REUTERS/Susana Vera

Es innegable el cambio de tendencia hacia un mercado laboral con más empleo fijo y menos temporales. El problema es que una parte importante de ese nuevo empleo fijo es de baja calidad.

La reforma laboral puede combatir la temporalidad, pero no la estacionalidad inherente a algunos sectores, como la agricultura, el turismo o la construcción. Por eso en 2022 aumenta la contratación indefinida, pero a medias.

Si en noviembre se firmaron 616.236 contratos indefinidos, resulta que un 24,3% eran contratos de jornada parcial, y un 34,6% eran fijos-discontinuos. 

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"El secreto de los buenos datos de empleo se basa en cambiar temporales por fijos-discontinuos y el contrato por obra y servicio por el indefinido especial de la construcción. Ese es el efecto estadístico de la reforma laboral", observa Gonzalo Bernardos, profesor Titular de Economía de la Universidad de Barcelona.

Sin embargo, como Bernardos matiza, eso no significa que la reforma laboral no esté funcionando, es sólo que sus efectos más inmediatos tienen que ver más con un efecto estadístico que con un cambio estructural. 

En lo que va de año, más de la mitad del nuevo empleo indefinido de 2022 lleva aparejado algún tipo de temporalidad. Entre enero y octubre se han registrado cerca de 2 millones de contratos fijos-discontinuos, ocho veces más que en el mismo período de 2019, lo que ha elevado su peso en el total de contratos registrados desde el 1,2% hasta el 13%. 

La reforma laboral nació con el objetivo de ampliar la duración de los contratos y poner coto a la temporalidad, y la realidad es que los contratos temporales caen, y los indefinidos suben. Lo corrobora el Banco de España, y casas de análisis como BBVA Research o Fedea. 

Que parte de ese empleo indefinido sea de peor calidad no tiene tanto que ver con los defectos de la regulación, cuanto con el propio carácter estacional intrínseco a determinados sectores y actividades, y la estructura productiva no puede cambiarse con una ley.

Efectos secundarios sobre el PIB

La prueba de esta mayor parcialidad en el empleo indefinido se observa en el número de horas trabajadas, que en el sector privado siguen por debajo de los niveles de 2019. 

"La caída resultante de la intensidad en el empleo (horas por ocupado) redujo en un 1,2% el PIB por trabajador pese al ligero avance de la productividad por hora trabajada", calcula el Human Capital Outlook.

Y esta menor productividad, a su vez, recala en la evolución del PIB. El empuje del empleo en España, de hecho, contrasta con un avance del PIB muy moderado.

Mientras el empleo se disparaba un 1,4%, el PIB apenas creció un 0,2% en el tercer trimestre en España. Esto no es nuevo. España lleva ya un año creando empleo como un tiro, mientras que la economía avanza a trompicones y ni siquiera ha alcanzado niveles prepandemia.

Entre julio y septiembre las horas trabajadas cayeron un 0,1% en España, a pesar del aumento en el número de empleados. Si hay más empleados, pero estos trabajan menos horas que antes, es normal que el PIB no crezca como antes.

 

¿Más poder de negociación para los empleados?

Queda por resolver qué ocurre con otro de los grandes cambios de la reforma laboral: devolver a los trabajadores un poder de negociación perdido con la reforma de 2012, al darle prioridad al convenio sectorial frente al de empresa.

Eso significa que las condiciones salariales establecidas en el convenio de empresa no podrán ser peores que las del convenio sectorial, y si fuera así, mandan las del convenio sectorial. El cambio hace más fácil que los empleados puedan negociar subidas salariales, y más difícil que las empresas puedan impedirlo.

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En un momento en que la inflación se lleva por delante el poder adquisitivo de los hogares, que los trabajadores recuperen poder de negociación es un cambio importante. Sin embargo, por el momento no se observan grandes diferencias: los salarios por convenio apenas están subiendo alrededor del 2% de media en 2022, a años luz de la subida de precios, lo que garantiza la pérdida de nivel de vida.

En todo caso, hay que tener en cuenta que la mayor parte de los convenios registrados hasta julio se firmaron en años anteriores, aunque tengan efectos en 2022. Eso significa que, en caso de que la reforma dé sus frutos, todavía tardarán en verse esos efectos.

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