Los anticuerpos tras haber superado el coronavirus pueden durar hasta 12 meses y la vacuna potencia esta inmunidad, según desvela un estudio reciente

Si te has contagiado de coronavirus y has superado la enfermedad seguro que te preguntas cuánto duran los anticuerpos que te protegen frente a la infección. Otra duda habitual en estas circunstancias es si resulta necesario recibir la vacuna para seguir siendo inmune a largo plazo.

Todavía no es posible conocer con certeza cuánto dura la inmunidad de las vacunas, y debido a este motivo las farmacéuticas creen que tendrán que inocularse dosis de refuerzo a las personas más vulnerables.

Por estos motivos es tan importante conocer cuánto dura la protección tras haber pasado la enfermedad y la de después de ser administrada la vacuna. Un estudio reciente publicado en la revista Nature desvela que los anticuerpos tras haber superado la infección duran entre 6 y 12 meses en el organismo, y que las vacunas potencian esta protección.

La investigación ha sido llevada a cabo por el científico estadounidense Michel Nussenzweig, jefe del Laboratorio de Inmunología Molecular de la Universidad Rockefeller. Para llegar a esta conclusión su equipo ha analizado las muestras de sangre de 63 personas que se han recuperado tras una infección por COVID-19. De ellas, 29 habían recibido además al menos una dosis de la vacuna de Pfizer o Moderna.

Si bien todas las muestras analizadas mantenían anticuerpos tras haber transcurrido 12 meses de la infección, las de aquellos individuos que además habían sido vacunados mostraban una producción más elevada y robusta.

Además, hay que destacar que los anticuerpos generados por las personas vacunadas han resultado ser más eficaces contra las variantes del coronavirus surgidas a lo largo de los últimos meses, mientras que aquellos que han superado la infección pero no están vacunados tienen una actividad neutralizadora menor en este sentido.

El estudio demuestra la importancia de recibir alguna de las vacunas contra el coronavirus incluso en las personas que se han curado de la enfermedad y que por lo tanto han generado sus propios anticuerpos. No en vano, la aparición de nuevas cepas podría hacer algo más alto el riesgo de reinfección.