Apple necesita un nuevo dispositivo de éxito, pero sus gafas de realidad mixta no son lo que busca

Michael Gartenberg,
El CEO de Apple, Tim Cook.
El CEO de Apple, Tim Cook.

AP

  • Se rumorea que Apple lanzará unas gafas de realidad aumentada y virtual en 2023.
  • La empresa necesita otro producto de éxito, pero los visores inmersivos han tenido problemas con los consumidores.
  • Es probable que Apple tampoco tenga éxito en este mercado, y estas son las razones.

ANÁLISIS

El mercado de los smartphones está bastante saturado, por lo que Apple necesita buscar en nuevos mercados su próximo gran producto.

Mientras que el iPod condujo al iPhone, los productos más recientes de la marca, como el Apple Watch o los AirPods, son complementos agradables y de alto margen de beneficios para vender a los usuarios de los iPhone. 

Pero son como pedir patatas fritas y una bebida para acompañar una hamburguesa. No crean un ecosistema que Apple pueda hacer crecer. Dependen del ecosistema ya existente del iPhone.

Hace tiempo que se rumorea que Apple creará un coche para enfrentarse a Tesla. Ese sería un ejemplo de un nuevo mercado para Apple. Pero no creo que vaya a haber un coche de Apple, y ese es un tema para otro momento.

Lo que sí parece probable es que Apple lance unas gafas de realidad aumentada y virtual, que se rumorea que llegarán en 2023 con un sistema operativo llamado xrOS.

Aunque siempre me emociona ver qué innovaciones tienen preparadas empresas como Apple, me preocupa mucho apostar por las gafas de realidad aumentada y realidad virtual como mercado en crecimiento.

Las gafas de realidad virtual de Apple retrasan su fecha de presentación a finales de 2023, según los últimos rumores

Ya hemos visto algunos intentos en este espacio, como Microsoft HoloLens y Magic Leap. No han arrasado precisamente en todo el mundo. 

¿Cuándo fue la última vez que usted o alguien que conoce vio a alguien utilizar esos dispositivos en su lugar de trabajo o al aire libre? Las Google Glass, es seguro decirlo, fueron un fracaso. Y las Spectacles de Snapchat ni siquiera están a la venta para el público en general, según dice el sitio web de la empresa, solo estaban disponibles para desarrolladores.

Luego están los productos de realidad virtual como Quest –las antiguas Oculus– de Meta y los competidores de Valve, Sony y HP. Estos productos se han hecho un hueco entre los gamers, pero años después de su introducción, siguen siendo una pequeña fracción del enorme mercado de los videojuegos

¿Y otros usos? De momento no hemos visto ninguno, a pesar de que Mark Zuckerberg cree a pies juntillas que el metaverso es el futuro de nuestras vidas sociales, reuniones de trabajo y demás.

Sin embargo, existe la creencia de que Apple –que no suele ser el primero en llegar al mercado– puede entrar en un espacio y triunfar donde nadie lo ha hecho antes. 

En lo que respecta a este mercado, soy bastante escéptico. En primer lugar, la duración de la batería de un dispositivo de realidad aumentada es motivo de gran preocupación. La RA, tal y como la concibieron Google Glass y Snapchat Spectacles, está pensada para llevarla puesta durante largos periodos de tiempo y superponer imágenes y funciones digitales al mundo real. 

Aunque Apple no ha publicado especificaciones sobre este aspecto (ni sobre ningún otro), parece muy poco probable que un dispositivo de esta categoría funcione durante periodos prolongados sin recargarse. 

Además, a pesar de todas las maneras en que Apple es líder en diseño elegante de hardware, la duración de la batería no es realmente su punto fuerte. En el mundo de los smartwatches, por ejemplo, algunos dispositivos Garmin duran hasta 2 semanas, según los reviewers, mientras que un Apple Watch, según mi experiencia, da al usuario 2 o 3 días.

También está la cuestión de la comodidad. Las gafas no son lo más cómodo de llevar durante largos periodos de tiempo. Y cuando se añade el peso y el volumen de la tecnología necesaria para la realidad aumentada y la realidad virtual, este tipo de gafas resultan aún más incómodas de llevar. 

Por no hablar de que a mucha gente no le gusta llevar gafas, lo que limitará el mercado de estos productos.

 

El precio es otro problema importante. Las HoloLens de Microsoft cuestan entre 3.800 y 5.000 euros. Se espera que el dispositivo de Apple tenga un precio de entre 1.000 y 1.500 dólares, a pesar de que Apple es conocida por vender dispositivos de gama alta a precios muy elevados. 

Pero incluso en el extremo inferior, se trata de una inversión significativa para un producto que hará mucho menos que un MacBook o un iPad de precio comparable.

Más allá de los problemas prácticos de la duración de la batería, la comodidad y el precio, está la cuestión fundamental de la falta de un caso de uso convincente para las gafas de realidad aumentada o realidad virtual.

Aunque estas tecnologías tienen un potencial apasionante, aún no está claro, más allá de ciertos tipos de videojuegos, cuál será la aplicación definitiva que las convierta en imprescindibles para los consumidores. 

Todo esto viene a decir que, aunque el proyecto de realidad aumentada y realidad virtual de Apple puede ser interesante para los fans acérrimos de Apple y los entusiastas de la tecnología que creen su marketing y hacen cola para comprar sus productos desde el primer día, no creo que sea el próximo gran éxito de la empresa.

Hasta que Apple, o cualquier otra empresa, pueda demostrar una razón realmente convincente para que un gran número de personas quieran llevar la realidad aumentada o añadir la realidad virtual a sus opciones de entretenimiento doméstico, me temo que la tecnología tendrá dificultades para conseguir una adopción generalizada. 

Y es que hay una razón por la que los dispositivos Meta Quest (Oculus) han creado una categoría conocida como closetware, es decir, un producto que acaba guardado y olvidado en algún lugar del armario.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.