Al menos un contratista federal añade el software de rastreo del gobierno estadounidense en más de 500 aplicaciones móviles, según ha publicado The Wall Street Journal.
El contratista, una compañía con sede en Virginia llamada Anomaly Six, paga a los desarrolladores de móviles para incluir su código de seguimiento interno dentro de sus aplicaciones. Los rastreadores luego recogen datos anónimos de los móviles y Anomaly Six agrega esos datos y los vende al gobierno de Estados Unidos.
La publicación deja claro que el software de rastreo de Anomaly Six aparece en más de 500 aplicaciones móviles. Sin embargo, Anomaly Six no ha revelado las aplicaciones con las que se ha asociado.
Es normal pensar que pueden encontrarse referencias a Anomaly Six dentro de algún párrafo de los términos y condiciones de algunas populares apps. Sin embargo, eso sería una pérdida de tiempo, porque los desarrolladores de aplicaciones no necesitan revelar el rastreador de Anomaly Six a los usuarios.
Los datos recogidos por dicha compañía son anónimos, ya que cada smartphone está conectado a un identificador alfanumérico que no está vinculado al nombre del propietario del mismo. Eso sí, existen maneras de averiguar la identidad que se esconde detrás de estos datos. Un ejemplo sería que la ubicación del dispositivo durante la noche es probable que sea la casa del dueño del móvil. Una vez que se tiene esa información, no es difícil averiguar más datos.
Lo más preocupante de todo esto, es que parece ser legal.
Como la idea de rastrear datos de localización a través de los smartphones es todavía nueva, las leyes y regulaciones relacionadas con esta práctica no se han concretado aún. Dado que los datos que la compañía recoge son técnicamente anónimos y dado que no está vendiendo los datos con fines comerciales, no presentan ninguna ilegalidad.
La gran pregunta es qué está haciendo el gobierno estadounidense con estos datos, algo que Anomaly Six no piensa revelar.