Los aranceles europeos que planea Trump perjudicarán a los estadounidenses amantes del queso y el aceite de oliva, y afectarán hasta a 100.000 puestos de trabajo

Un escaparate especializado en queso en Manhattan.
Un escaparate especializado en queso en Manhattan.Business Insider/Shoshy Ciment
  • Los Estados Unidos proponen tasas de importación sobre una docena de productos europeos como el queso, el vino o el aceite de oliva.
  • Si se implementa, estos aranceles podrían disparar los precios de estos bienes, perjudicando a los consumidores estadounidenses.
  • Expertos de la industria estiman que si aplican estas tasas, podrían perderse 100.000 puestos de trabajo en los EEUU.
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Hay malas noticias para los amantes del queso y del vino en los Estados Unidos —por no hablar de los 100.000 trabajadores que el país norteamericano tiene en estas industrias—.

Los Estados Unidos han propuesto aranceles de represalia sobre una docena de productos europeos como respuesta a las subvenciones que la Unión Europea destina al principal competidor de Boeing, Airbus. La Organización Mundial del Comercio consideró impertinentes estas ayudas en mayo de 2018.

Ahora, tanto los Estados Unidos como la Unión Europea están a la espera de que la OMC se pronuncie sobre estos aranceles. Pero mientras los dos fabricantes de aviones continúan su disputa comercial, el fuego cruzado ha sorprendido a la industria alimentaria.

Una lista preliminar de productos que podrían ser tasados incluyen el queso, el aceite de oliva y el vino. Otros productos fueron listados en otro documento en julio. Los impuestos sobre estos productos podrían incrementar hasta en un 100%.

De aplicarse estos nuevos aranceles, los efectos podrían ser devastadores tanto para las compañías como para los consumidores, según un experto de la industria.

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El precio de algunos quesos podría subir más del doble

"Perdería la mitad de mis empleados", lamenta Philip Marfuggi, el presidente y CEO de Ambriola, una compañía que se dedica casi en exclusiva a la importación de quesos de Italia.

Estima que con un 100% de impuestos sobre quesos europeos, los precios de algunas especialidades de queso supondría duplicar prácticamente su precio de cara al consumidor, sobre todo en cadenas de supermercados extendidas en los EEUU como Walmart, Whole Foods o Kroger.

"Si se impone un 100% de impuestos en todos los productos que importo, mis ventas se detendrían virtualmente", incide Marfuggi.

Precios más altos implicarían en la práctica menos queso a la venta en las tiendas, lo que se traduciría en menos importaciones y menos puestos de trabajo disponibles en la cadena de suministro: desde en el embalaje hasta en su transporte por carretera.

Marfuggi estima que hasta 20.000 puestos de trabajo en la industria del queso podrían verse afectados por estos nuevos aranceles.

A nivel de consumo, esto también se traduciría en que habría menos oferta de queso, menos especialidades y precios desorbitados.

Marfuggi lo ejemplifica con el caso del queso parmesano: medio kilo se vende entre 15 y 22 dólares, por ejemplo.

"Es decir, ¿quién va a pagar hasta 45 dólares por una libra de parmesano?", cuestiona Marfuggi, quien también es el presidente de la Asociación de Importadores de Queso de los Estados Unidos.

El precio de ciertas especialidades de queso podría aumentar su precio en más del doble.
El precio de ciertas especialidades de queso podría aumentar su precio en más del doble.Getty Images/Andia/UIG

Para Marfuggi y muchos otros empresarios que hacen negocio con la importación de queso, los aranceles serían devastadores.

"Es una forma de paralizarnos", apunta Thomas Gellert, presidente de Atalanta, otra empresa especializada en la importación de quesos y comida.

Hasta que se alcance una decisión sobre los aranceles, ejecutivos del sector como Gellert no están seguros sobre cuánto invertir en un negocio que podría convertirse pronto en un caos.

Solo el 5% del aceite de oliva que se consume en los Estados Unidos se produce en el país

El aceite de oliva también está en el listado de bienes que podrían estar sujetos a los nuevos aranceles.

Si las tasas en el aceite de oliva aumentan, depender de la producción estadounidense no sería un simple inconveniente: según expertos de la industria, sería prácticamente imposible.

"No se puede darle a un botón y que de repente aparezcan muchos olivos que trabajen horas extras", recuerda Joseph R. Profaci, director ejecutivo de la Asociación Norteamericana del Aceite de Oliva. Estima que solo el 5% del aceite de oliva consumido en los Estados Unidos se produce en el país. La mayoría del aceite proviene de Europa.

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El aceite de oliva es un básico de los hogares, supermercados y restaurantes estadounidenses. De hecho, Profaci bromea en que si falta el suficiente aceite de oliva, la cadena de restaurantes italianos que pueblan el país, Oliva Garden podría pasar a llamarse Canola Garden —el aceite de canola es más conocido como aceite de colza en España—.

Muchos restaurantes dependen del aceite de oliva importado.
Muchos restaurantes dependen del aceite de oliva importado.Steve Helber/AP Photo

Varios legisladores enviaron recientemente una carta a la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos con una petición para eliminar el aceite de oliva de los bienes que se verían afectados por los nuevos aranceles.

"Sin las importaciones europeas de aceite de oliva, los Estados Unidos no pueden suplir por sí solos la demanda de este bien", detalla la carta, rubricada por catorce demócratas y cinco republicanos de la Cámara de Representantes.

La Oficina del Representante del Comercio de los EEUU no ha respondido a las preguntas de Business Insider.

Gianfranco Sorrentino posee tres restaurantes italianos en Nueva York, de los cuales todos importan vinos y quesos casi exclusivamente de Italia. Sorrentino dice que el 100% de los impuestos que se van a aplicar sobre estos bienes le obligarán a subir los precios y advierte de las represalias que tendrá la UE.

"Nadie va a ganar con esto", lamenta.

Expertos de la industria del vino y de las bebidas espirituosas de los Estados Unidos estiman que los aranceles podrían afectar a 78.000 puestos de trabajo.

La OMC todavía tiene que tomar una decisión. Mientras tanto, trabajadores de la industria alimentaria y expertos de la misma por ahora solo pueden rezar porque sus productos no se vean afectados en esta batalla que comenzó en la industria de la aviación.

Ejecutivos de la industria como Marfuggi dicen que los aranceles de represalia que se han propuestos no cumplirían con su pretendido objetivo de dañar a Europa.

"Son los consumidores y los trabajadores estadounidenses los que serán dañados".

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