Los municipios en la encrucijada de las políticas industriales: Arteixo o qué pasa cuando vives a la sombra del mayor gigante textil del mundo

Inditex

Reuters

  • Arteixo es uno de los paradigmas españoles en cuanto a la relación de municipios con grandes emporios empresariales e industriales.
  • Los líderes políticos de la localidad debaten si el territorio vive o no de espaldas a Inditex y Roy Cobby, autor del informe de El retorno de la política industrial, desgrana las oportunidades perdidas en este ámbito.

Al límite con A Coruña y como puerta de entrada a la afilada Costa da Morte se levanta Arteixo, un municipio en el que en menos de 100 kilómetros cuadrados cohabitan con confuso orden núcleos rurales con urbanos y, especialmente, industriales. 

Porque Arteixo es, a todos los efectos, el gestante y cooperante necesario de un polo industrial que en la década de los 70 lo pondría en el mapa e, irremediablemente, escribiría su futuro.

La gesta no sería tal sin el nombre propio que hay detrás de sus muros: Inditex. Si el primero en llegar fue el pueblo prerromano de Ártabro, el último en quedarse fue Amancio Ortega, padre de un gigante textil con más de 5.800 tiendas por todo el globo y capaz de generar ventas superiores a los 32.000 millones de euros. 

Unos números que, por derecho, convierten a la empresa en la más valiosa de España, por delante de Iberdrola o el Banco Santander, y también en la mayor distribuidora de moda del mundo, con hasta 7 marcas en su porfolio. Todas capitaneadas por Zara, cuyo corazón se asienta en el municipio.

La presencia de Inditex en Sabón, principal polígono de la localidad, se remonta a 1977 con la instalación de confecciones GOA. Su meteórico ascenso ha empujado al grupo a ser la empresa con más suelo en el parque: se estima que supera el millón de metros cuadrados.

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Y aunque no se trata de la única compañía que opera en Arteixo –también lo hace Ferroatlántica o un
40% de la central de Repsol– es indudable su presencia a todos los niveles en la localidad, convertida en la quinta con más facturación empresarial de España, solo por detrás de Madrid, Barcelona o Bilbao. 

Un brío económico que, sin embargo, no evita los escollos más propios de grandes capitales que de un municipio de 30.000 habitantes, y que van desde un tensionado mercado de la vivienda a un nivel de paro mayor al de otros núcleos urbanos similares –y sin un gigante a sus afueras–.

Claroscuros que hacen que las líneas que separan lo empresarial de lo político y meramente social sean casi imperceptibles, pero no invisibles.

Arteixo, un inédito presupuesto de 70 millones que depende de un factor coyuntural: obras

Carlos Calvelo, alcalde de Arteixo por el PP.

Concello de Arteixo

El ayuntamiento está en manos del PP desde el 2011 y es capitaneado, desde ese momento, por Carlos Calvelo, quien repite candidatura el próximo 28M, y que explica con moderado orgullo que la buena marcha de la industria ha elevado el presupuesto del consistorio a niveles nunca vistos. 

Magnitud que también ha servido de satélite a otras empresas: su otro gran polígono, Morás, acogerá la principal planta de cerveza de Estrella Galicia. Lo hará con una inversión cercana a los 400 millones y con el mismo arraigo que Inditex: renunciado a ofertas de otras comunidades autónomas para poder seguir creciendo desde su tierra.

Así, Arteixo ha visto escalar su presupuesto en 49 millones de euros en tan solo 12 años, hasta alcanzar los 70 millones aprobados en las cuentas de 2023. La partida triplica a la de ayuntamientos del mismo tamaño y le sitúa al nivel de Ferrol, el tercer municipio más poblado de la provincia coruñesa. 

Aunque la cifra se explica, principalmente, en la recaudación de impuestos –el que tributa sobre bienes inmuebles (IBI) y el que lo hace sobre actividades económicas (IAE)–, Inditex, explica su alcalde, no es, ni de lejos, la que más aporta sobre ellos.

La razón reside en que lo que se refiere al IAE, un impuesto que responde a cuestiones de carácter industrial como consumo eléctrico o motores instalados. Inditex posa en Arteixo su cerebro, pero no su corazón productivo, que pende, en gran medida, de China. Se perpetúa así el problema de la deslocalización del empleo en un país que ahora ambiciona con reindustrializarse y cambiar su modelo productivo. 

En lo que inditex sí resulta capital al consistorio es en el tributo referente a las construcciones —conocido como ICIO—. "Está ejecutando una de las obras más importantes de Galicia", apunta Calvelo. Se refiere a la inversión de 238 millones de euros para forjar un nuevo cuartel general para Zara.

"En 2021, fueron 1,5 millones. Por esta obra hemos ingresado 6,5 millones de euros. Ahora, estamos en el tributo por obras más grande anotado por el concello", relata. Arteixo es, además, el tercer ayuntamiento de Galicia en ejecución de obras e infraestructuras. Se trata, no obstante, de un gravamen coyuntural.

Tampoco es menor el empuje económico que recibe Arteixo gracias a la fundación que lleva el mismo nombre del patrón: Amancio Ortega.

"Hablaron con nosotros y nos preguntaron qué demandas había en el municipio", detalla el regidor. La conversación se ha materializado en la nueva residencia de mayores con un presupuesto de 10 millones de euros. Poco antes, llegó la compra del Balneario de Arteixo, con 3 millones de euros de fondos cedidos.

La implicación con el Concello es total por parte de Inditex y de la fundación. Lo único que sí piden, sostiene Calvelo, es que haya una mínima capacidad de gestión del dinero invertido. En sus palabras se trasluce la crítica al centro tecnológico levantado por Ortega y cerrado 4 años durante el mandato del partido socialista.

La vida entre mozos de almacén y directivos pero sin tiendas Inditex

Casco urbano de Arteixo

Psoe- Arteixo

"¿La profesión por defecto de Arteixo? Mozo de almacén", el que responde es Martín Seco, secretario general del PSOE en Arteixo y diputado en el parlamento autonómico."No se potencia nuestra bolsa de empleo", apunta.

"Hemos presentado muchas iniciativas para que en Arteixo haya formación del sector textil que se está quedando sin mano de obra y deslocalizada", coincide Loli Rega, tercera en la carrera por la alcaldía por el Bloque Nacionalista Galego (BNG).

Unas críticas que el propio alcalde encaja pero rebate: "La oposición no conoce la realidad de Arteixo. No hay fabricación de Inditex aquí. Es un desconocimiento de cómo funciona el sector".

Calvelo defiende que el municipio tiene su propia bolsa de empleo, pero vinculada a las empresas del polígono: "No nos enfocamos en la confección, hacemos, por ejemplo, cursos de plataforma logística de carretillero".

El objetivo es claro: "Vamos donde existe una demanda real de empleo". Tampoco obvia que Inditex es un empresa privada con sus propias políticas laborales.

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Sobre estas lindes, Inditex emplea de forma directa a 5.000 personas a través de su central –donde trabajan desde el equipo creativo de su principal firma a un nutrido grupo de ingenieros–. De igual forma, destaca los más 1.200 trabajadores de la plataforma logística que opera Zara.

Sede de Inditex, en Arteixo, Galicia
Sede de Inditex, en Arteixo, Galicia

Inditex

Quizá sí sorprenda que en los 93 kilómetros sobre los que reposa Arteixo no existe ni una sola tienda del grupo gallego. Se produjo un discreto intento hace años, lo que, sostienen sus críticos, hubiera sido un importante factor tractor para el resto del comercio local. El movimiento nunca avanzó.

"No estamos sabiendo absorber a nivel comercial y turístico este músculo industrial. La oferta siempre fue pobre y no correspondiente a lo que tendría que ser el pueblo", critica Seco. 

Desde el concello, Calvelo no duda en señalar el culpable: "¿Cómo vas a proponer una tienda en Arteixo cuando la política de los socialistas ha sido precisamente la expansión de macrocentros comerciales cerca?". 

Se refiere a los 12 kilómetros que separan el municipio de los centros Marineda City o Espacio Coruña, donde sí opera el grupo. La denuncia es clara: "Esto destroza el comercio local e imposibilita que pueda haber algún tipo de tienda en otro sitio". 

La nota positiva, insisten desde el BNG, la aporta la hostelería, que sobrevive en gran medida por los mandos medios de Inditex que salen a comer de forma diaria de la central. 

La calidad de vida tener de vecino a un gigante textil en cifras

Martín Seco, secretario general del PSdeG de Arteixo.
Martín Seco, secretario general del PSdeG de Arteixo.

Cedida

El contexto anterior hace viajar el debate a otro punto: la empleabilidad y calidad de vida de los arteixanos. 

El socialista Martín Seco no titubea: "El ciudadano de Arteixo no recibe ni en empleo ni en calidad de vida directa lo que significa tener una industria de este calado". 

Lo normal, prosigue, es pensar que Arteixo tiene uno de los índices de paro más bajos de la zona al absorber el empleo que genera la industria. No es del todo así. La tasa de desempleo del municipio se mueve en el 11,5%, frente a la de núcleos cercanos y de la misma magnitud, como es el 9,3% de Ames o de Oleiros, con un 9%.

Su alcalde se defiende, aunque no niega la evidencia: "Hay un porcentaje elevado, pero estamos en las cifras históricamente más bajas de paro". Entre 2010 y 2015, la tasa llegó a moverse en niveles del 20%.

No es diferente el panorama si se atiende a la renta bruta media por ciudadano, la cual se sitúa, según los últimos datos del INE, sobre los 13.500 euros, cerca de 2.000 euros menos del ingreso medio de poblaciones análogas.

La vivienda es otro de los puntos que copa el debate entre las diferentes fuerzas políticas: Seco explica que se desarrolla muy poca vivienda y la que sale a la venta, los propios promotores ya saben cuál es su público objetivo: la gente de inditex

La visión del alcalde apunta también a los promotores inmobiliarios como los responsable de hacer del cinturón cercano de A Coruña un desierto urbanístico a favor de la ciudad, donde, insiste, pueden vender un inmueble a un precio mucho más elevado.

No obstante, un gran grueso de los altos mandos de Inditex no viven en el pueblo, lo hacen en la capital o en el cercano municipio de Oleiros, cuya renta media es una de las más altas de la provincia: por encima de los 20.000 euros.

Arteixo.
Arteixo.

PSOE

El problema radica en la escasez: Arteixo dispone, de acuerdo al análisis Fotocasa, tan solo de 248 de inmuebles en venta frente a los más 1.500 de A Coruña. Su precio por metro cuadrado —casi 1.300 euros— es un 50% más bajo que el de su ciudad cercana. Una escasa diferencia económica para la distancia social que separan ambos núcleos.

Más evidente es el problema si se atiende al alquiler: Arteixo dispone de un 92% menos de vivienda que la ciudad gallega, pero su valor por metro cuadrado tan solo difiere en 3 euros. El valor medio de un inmueble se eleva a los 642 euros. 

Todo ello, sostienen desde el PSOE, genera una tensión en el mercado de la vivienda y hace que los precios estén muy por encima de lo que puede absorber la población: "A un chaval joven que busca emanciparse o a un trabajador medio de la zona les es bastante poco asumible". 

Que la fábrica se acerque al pueblo: hacer movimiento de la brecha

¿Inditex es por Arteixo o Arteixo es por Inditex? La cuestión, complicada de responder, genera controversia en la calle pero también en más de un despacho.

Prueba de ello es el viejo debate que reina en el BNG, desde que en 2001 se produjo un encuentro entre Xosé Manuel Beiras, histórico del nacionalismo gallego, y Amancio Ortega. La reciente visita de la actual portavoz del grupo político, Ana Pontón, a Inditex y sus alabanzas a la compañía vuelven abrir la herida.

Sobre ello habla Rega, también del Bloque: "No podemos negar el impulso económico de Inditex como tampoco podemos obviar que existe un debate interno sobre nuestro posicionamiento". Entre la ciudadanía, añade, también lo hay y se mezcla lo económico y lo emocional.

En el PSOE el debate no es menor: "No ayuda el perfil tan bajo que practican, solo formalizar una visita oficial ya es complejo". 

Es innegable, resumen, la actividad económica que Inditex genera y los impuestos y beneficios que redundan en el municipio, pero la falta conexión del pueblo con el propio polígono es un hecho. 

"Tenemos la tendencia de que el personal de Inditex, si tiene los servicios, no se acerque al pueblo, y esto genera una brecha social". A revitalizar el comercio local, insisten, tampoco ayuda que el único Mercadona de la zona se alce a pocos metros de la central de Inditex.

"No se potencia que Arteixo tenga identidad propia, que se genere municipio. Da la sensación que es más cómodo que se cree un pueblo dormitorio, que no te exija servicios y se mantenga ahí flotando". 

Visión que el alcalde vuelve a rebatir: "Tener una multinacional como Inditex, donde el corazón y el cerebro están aquí, creo que garantiza el futuro de Arteixo y sus ciudadanos". 

Urbes ante la gran industria: lo logrado y las oportunidades perdidas

El desarrollo de Inditex en todo el mundo, pero también en Arteixo, también se puede explicar con las políticas industriales que ha ejecutado España en las últimas décadas. O más bien por la ausencia de algunas de ellas.

Roy Cobby, investigador del King's College de Londres (Reino Unido) y parte del think tank Future Policy Lab, publicó hace unas semanas un informe titulado El retorno de la política industrial en el que desgranaba las carencias de la política industrial española de los últimos años, así como sus desafíos más inmediatos.

Unos retos que se tornan urgentes en un momento en el que llueven los millones de Bruselas. Arteixo sí ha sabido jugar sus cartas, y lo reconocen, incluso, desde la oposición local. El socialista Martín Seco explica que el municipio ha absorbido varios millones de euros en fondos europeos en los últimos años.

Sin embargo, esto no siempre ha sido así. Prueba de ello es el proyecto estrella que abanderó Alberto Núñez Feijóo junto a, en un primer momento, Inditex para gestar una fábrica de fibra textil a partir de la celulosa de los eucaliptos que pueblan los montes gallegos. 

El plan, que nacía al amparo de la captación de fondos europeos Next Generation, viró hasta desaparecer de él los Ortega y alzarse la portuguesa Altri. Como resultado, será Palas de Rei, en Lugo, y no Arteixo la que acoja la fábrica, declarada proyecto industrial estratégico de Galicia. Empleará a 2.500 personas. 

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El análisis de Cobby y el resto de investigadores abunda, precisamente, en cómo el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia pretende fomentar el diálogo entre Administraciones y actores privados, pero ni el propio plan ni los PERTE que han nacido de su abrigo proponen mecanismos concretos para institucionalizar esas relaciones.

Future Policy Lab propone la creación de una comisión delegada entre instituciones públicas, empresas, entidades financieras y trabajadores. Cobby, en conversación con este medio, reconoce que un foro similar se propone en la futura ley industrial, pero la medida podría ser mucho más ambiciosa.

Ambiciosa porque, de haber existido antes, quizá ejemplos como el de Arteixo, que vive casi de espaldas a Inditex, no se habrían dado. "En España, hemos sido siempre muy cortoplacistas en el desarrollo de políticas industriales", reconoce. "Las políticas públicas que se desarrollan muchas veces carecen de coherencia".

"Pueden ser improvisaciones que no están aprovechando de manera clara esa traducción en el territorio que puede tener la implantación de una empresa". Con todo, el ejemplo de Inditex y la fundación Amancio Ortega demuestra que hay ejemplos de convivencia, a pesar de esa ausencia de políticas industriales que, en todo caso, superaría el ámbito competencial de un concello.

 El propio alcalde, Carlos Calvelo, reconocía que el municipio agradecería una mayor "capacidad de gestión" de ese capital privado que apuesta por Arteixo. Y la sugerencia deslizada no es ninguna quimera. "Existen enfoques con mirada local", apostilla Cobby, "con paradigmas como Preston, en Reino Unido".

"Lugares en los que se moviliza a la sociedad civil, pero también el gasto público y se logra coordinar agencias públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales, representantes de la sociedad civil y sindicatos". "Se puede contribuir así a localizar inversiones. No solo "gastar", a veces existen eficiencias que están por descubrir".

Así, con ideas claras y otras en las antípodas, el porvenir político del municipio se resolverá el próximo 28 de mayo. Pero las particulares de Arteixo no son las del resto de España y poco cambiarán con su resultado: todo vecino sabe que Arteixo está y estará flanqueado por 13 parroquias y por un gigante textil por el que todo pasa. 

Y la tarea de cualquier formación que llegue o se quede, por tanto, seguirá siendo la misma: hacer que Inditex sea respuesta y no consecuencia o lo que es lo mismo: que su magnitud económica e industrial sirva de agente transformador de la sociedad y no la convierta en una mera oyente.

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