Así es cómo China obtiene energía solar de sus autopistas

La autopista solar de Jinan, China
  • China está empezando a tener más éxito que EE.UU. con sus proyectos de autopistas solares.
  • Quienes defienden las carreteras solares argumentan que suponen una manera de generar energía solar sin pagar por un lugar donde instalar los paneles.
  • Los críticos aseguran que las carreteras solares no generan la suficiente energía como para compensar su coste, ya que los paneles no se inclinan hacia el sol.
  • Ambos países se enfrentan a desafíos como reducir los costes de instalación y de reparación.

China, el mayo emisor del mundo de carbono, es también el mayor inversor en energía solar.

En 2017, el país destinó 126.600 millones de dólares a la industria solar ─un incremento del 30% respecto al año anterior─, en un esfuerzo por reducir la polución urbana, un problema detrás de algunas epidemias en muchas ciudades de China.

La mayoría de los megaproyectos solares de China se concentran en masificadas granjas sobre el agua o en campos abiertos, donde el país utiliza cientos de hectáreas para construir granjas solares.

Una compañía china llamada Pavenergy presume de estar inmersa  en proyectos igualmente ambiciosos en las carreteras del país, donde la infraestructura existente puede servir para un nuevo cometido.

A finales de 2017, Pavenergy se alió con Qilu Transportation, una empresa estatal de construcción, para crear la primera autopista solar del país. Como The New York Times señala, las dos compañías son líderes en el desarrollo de carreteras solares.

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Los paneles cubiertos de plástico de Pavenergy ya se extienden sobre aproximadamente un kilómetro de una autopista de Jinan, la capital de la provincia de Shandong. La autopista cubierta de paneles está diseñada para aguantar la presión de los 45.000 vehículos que la recorren diariamente.

Las carreteras solares están más cerca que nunca. Gracias en gran parte al incremento de la producción solar de China, un panel cuesta hoy una décima parte de lo que costaba hace una década.

EE.UU. se enfrenta una infraestructura única para las carreteras solares con la que China no tiene que hacerlo. La mayoría de las carreteras estadounidenses incluyen mucho asfalto, que se comprime bajo el peso de los camiones. En alguna carretera, paneles solares con el grosor de un folio pueden soportar el peso de un camión. Pero en el asfalto los paneles se rompen fácilmente cuando se doblan.

Esto no es un problema para China, donde la mayoría de las autopistas se cimentan sobre una base más resistente, según The Times.

En EE.UU., los proyectos de carreteras solares han tenido problemas para despegar. Una compañía llamada Solar Roadways fue noticia en 2016 cuando instaló el primer prototipo (muy pequeño) de una carretera solar. El proyecto recibió varias becas de investigación del Departamento de Transporte de EE.UU. y recaudó 2,2 millones de dólares adicionales en una campaña de crowdfunding.

Paneles solares utilizados en Idaho

La prueba se desarrolló en una plaza peatonal en Sandpoint, Idaho, cortada al tráfico. Por ser un proyecto a baja escala, genera sólo suficiente electricidad para mantener una fuente cercana y unos aseos, según KREM 2, una emisora local.

Kansas City, en Missouri, empezó un proyecto solar más ambicioso con Solar Roadways en 2016, y el Estado inició una campaña para iniciar su instalación a lo largo de la Ruta 66. Pero a finales de 2017 el Departamento de Transporte de Missouri interrumpió el proyecto.

China afronta sus propios obstáculos en la construcción de autopistas solares. Como los paneles se encuentran en posición horizontal y no se inclinan hacia los rayos del sol, en promedio producen la mitad de la energía solar que las instalaciones en las azoteas. Las carreteras solares son también más caras que el asfalto tradicional. Cada década, cuesta alrededor de 120 dólares por metro cuadrado reparar una carretera de asfalto. Es más de cuatro veces más caro reemplazar los paneles solares de una carretera.

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Si las compañías de carreteras solares pueden reducir los costes, sus productos presentan varias ventajas para las ciudades.

No hay un coste de construcción adicional para la tierra, porque las carreteras ya existen. Dado que las carreteras circulan a través de las ciudades, se pierde poca potencia al transmitir la electricidad. Y, como ha observado Dana Varinsky, de Business Insider USA, las carreteras solares podrían hacer que conducir sea más seguro. Las bandas calefactoras eléctricas podrían derretir los caminos nevados y las luces instaladas podrían alertar a los conductores sobre obras en la calzada, los peligros del tránsito y las salidas.

Bob Brendel, el coordinador de asignaciones especiales del Departamento de Transporte de Missouri, aseguraba recientemente que el Estado no se oponía a la exploración de proyectos de carreteras solares en el futuro. Pero su equipo se plantea trabajar con una empresa extranjera la próxima vez.

El futuro de las carreteras solares parece ser más optimista en el exterior. En la carretera solar en China, Qilu y Pavenergy han asegurado que pronto incorporarán sensores que podrían interactuar y cargar vehículos eléctricos autónomos. Y este mes, el gobierno de Tokio anunció sus planes para probar la tecnología de la carretera solar ya en 2019.

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