Así es como ganar la lotería puede afectar a la felicidad

Una mujer compra un boleto de Powerball, juego de lotería americana.
Una mujer compra un boleto de Powerball, juego de lotería americana.
  • Aunque la mayoría de personas asumen que ganar la lotería les haría más felices, algunas investigaciones indican que los ganadores de estos juegos luchan por disfrutar de los placeres cotidianos.
  • Algunos investigadores piensan que las personas tienen un punto fijo en los niveles de felicidad y los grandes cambios no afectan tanto como imaginamos

Descubrir que se ha ganado el primer premio de lotería puede ser algo que le alegre a cualquiera.

Esto es lo que le ocurrió a Mavis L. Wanczyk tras ser la única ganadora de la lotería más grande jamás en Estados Unidos, celebrada el pasado 23 de agosto de 2017, (aunque hubo un premio mayor jugado anteriormente, este fue dividido por tres acertantes). Wanczyk se hizo con los 758.7 millones de dólares que Powerball sorteaba. El formato del juego es tal que el participante debe seleccionar 5 números sobre 69, más uno más entre 26.

En España, el pasado 6 de octubre caía en España, (Las Palmas de Gran Canaria) el mayor premio de la historia de Euromillones. El dueño percibió 190 millones de euros al ser el único acertante de primera categoría, cinco aciertos más dos estrellas.

Aunque ganar la lotería no es muy probable, y menos unos premios de estas características, sí resulta fácil imaginar la sensación de felicidad que podrías tener si llegaras a ganar aunque solo fuese una parte de esta suma.

Pues según parece, si no se es feliz puede que ganar la lotería no ayude a serlo a largo plazo.

La psicología de nadar en montañas de dinero

Escena de Disney

Existe una investigación fascinante acerca de la psicología en las loterías. Los estudios han encontrado que las personas compran boletos para este tipo de juegos porque al ser humano le cuesta procesar lo poco probable que es una victoria, y  ante esto nos damos razones para pensar que de alguna manera podríamos ganar.

Algunas investigaciones también han sugerido que el deseo de jugar a la lotería puede resultar mayor entre las personas con ingresos más bajos, ya que estos esperan escapar de sus difíciles circunstancias financieras.

Pero quizás lo más interesante de estas investigaciones es que los estudios indican que ganar la lotería no hace que la gente sea más feliz a largo plazo. Contrariamente a la creencia popular, resultar agraciado con una suma elevada no parece hacer que estas personas sean más propensas a seguir gastando, pero tampoco se ha demostrado que los ganadores de lotería sean más tristes e infelices con el tiempo

Los ganadores según parece demostrarse terminan tan felices como antes de ganar.

Un estudio clásico de 1978 sobre esta temática, comparó a 22 ganadores de la lotería con 22 miembros de grupo de control (que no ganaron dinero) y 29 personas que quedaron paralizadas en accidentes.

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En general, los ganadores de la lotería informaron que eran más felices que las personas con paraplejia o cuadriplejia —  4 de 5 frente al 2.96 de 5 de las personas que habían sufrido estos daños— . El grupo control obtuvo una media de 3.82 de 5, algo no muy significativamente diferente de lo indicado por los ganadores de la lotería. Sin embargo, los ganadores de la lotería obtuvieron la puntuación más baja en cuanto a los que los investigadores denominaron  "placeres mundanos" — aspectos agradables de la vida cotidiana, como desayunar o hablar con un amigo.

Los investigadores se sorprendieron de que los ganadores de la lotería no parecieran ser significativamente más felices que los no ganadores. En cuanto a las personas que habían sufrido accidentes, el promedio de estas se situaba por encima de la media de la escala. En general, ganar la lotería no aumentó la felicidad tanto como otros pensaban que haría, y un accidente catastrófico no hizo a las personas tan infelices como cabría esperar.

Como la autora Melissa Dahl observó en Science of Us, así es como los autores describieron de qué manera ganar la lotería puede dificultar el disfrute de la vida cotidiana:

"Eventualmente, la emoción de ganar la lotería desaparecerá. Si todas las cosas se juzgan por el grado en que se alejan de una base de experiencias pasadas, gradualmente incluso los eventos más positivos dejarán de tener impacto ya que estos son absorbidos por la nueva base contra la que se juzgarán los eventos futuros. Por lo tanto, a medida que los ganadores de la lotería se acostumbren a los placeres adicionales que posibilita su nueva riqueza, estos placeres podrían experimentarse como menos intensos y no contribuirían mucho al nivel general de felicidad".

La adaptación hedónica

Aunque la investigación de 1978 fue discreta, un estudio de 2008 sobre ganadores de la lotería holandesa informó hallazgos similares al anterior. Los investigadores encontraron que las personas que ganaban más dinero informaban que estaban más felices, algo que los psicólogos han encontrado cierto hasta cierto umbral de ingresos, pero "las ganancias de la lotería no hacen felices a las familias".

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El concepto que entra en juego aquí se conoce como adaptación hedónica. Se ha demostrado que las personas vuelven a una especie de punto fijo de felicidad tras eventos que suponemos tendrán un gran efecto en cómo éstas se sienten.

"Algunos de nosotros tenemos nuestro termostato listo para ser feliz. Otros estamos deprimidos. Mientras tanto, otros se encuentran en un punto intermedio", escribió el psicólogo Robert Puff en Psychology Today. "Cuando experimentamos un evento importante, digamos ganar la lotería o quedar paralizados tras un accidente, nuestro termostato puede oscilar temporalmente hacia arriba o hacia abajo. Pero con el tiempo, vuelve a su configuración habitual".

Sin embargo, hay cosas que podemos hacer para influir en nuestra felicidad, como cultivar relaciones sociales sólidas, invertir tiempo y dinero en experiencias divertidas y amenas o hacer ejercicio. Tal vez un afortunado ganador de lotería podría dedicar su nueva riqueza a este tipo de objetivos. Pero ganar por sí mismo no parece ser suficiente para aumentar la felicidad a largo plazo.

Aún así, es muy divertido imaginar en qué se podría usar ese dinero —un estado mental que algunos psicólogos dicen que es quizás la mejor razón para jugar la lotería.

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