El Asus ProArt Studiobook 16 es el compañero que buscas si quieres lo máximo en rendimiento para explotar y mejorar tu creatividad, aunque le fallan 2 puntos para ser perfecto

Asus ProArt Studiobook

En mediados de septiembre, Asus presentó un lineal de portátiles enfocados al ámbito laboral con prestaciones de vértigo como principales promesas. 

Ya me dejó muy buenas sensaciones en su momento y viendo los números y sobre todo ese curioso Asus Dial —una especie de botón para agilizar los procesos de edición de vídeo y foto con programas de Adobe— tenía muchas ganas de tenerlo entre las manos para ver hasta dónde podían llegar. 

Durante más o menos un mes he tenido la oportunidad de probar en profundidad el Asus ProArt Studiobook 16, el equipo más potente de su nuevo portfolio y, sinceramente, ¿Para qué alargarlo más? 

El ASUS Vivobook Pro 14 es un portátil muy competente que brilla por su panel OLED y que se configura como el compañero ideal para los creativos

Es una absoluta bestia que puede rivalizar cara a cara con el MacBook con el chip M1 Pro sin problema alguno y casi una compra obligada para cualquier creativo profesional que busque rapidez a la hora de importar o exportar proyectos y con una fidelidad de color asombrosa, perfecta para la edición de imágenes. 

Ahora bien, no está exento de pequeños problemas que lo alejan de la excelencia total, a pesar de que se queda muy cerca y tengo claro que es uno de los mejores ordenadores Windows para creativos que han pasado por mis manos

Un diseño excepcional que sorprende en peso y dimensiones, sobre todo por ser un equipo de estas características.

Asus ProArt Studiobook

Lo primero que llama la atención es su cuidado diseño y la atención por el detalle, aunque por lo que realmente me ha sorprendido es que no es un equipo muy armatoste, viendo todo lo que guarda en su interior. 

Al contrario: es un ordenador que entra por los ojos gracias a su acabado francamente profesional y ese ProArt centrado en la tapa que ya deja claro que estás ante algo grande. 

Lo que también entra por los ojos, aunque en este caso de manera negativa, es que es un auténtico imán para las huellas. Tanto en la cubierta, como en el reposa muñecas y en las teclas y como es de un color negro mate de aluminio, todavía se nota más.

Me ha sorprendido también su peso que, aunque lo aleja de la concepción portátil y sube hasta los casi 2,5 kilos, es bastante manejable y cómodo de transportar gracias a que no es excesivamente grueso

Dada su concepción creativa, Asus ha llenado el equipo de ventiladores para disipar el calor: 2 franjas de 3 en la parte trasera y una franja de 3 salidas en cada lateral.

En cuanto a la parte inferior, también tiene otra salida de aire algo elevada gracias a unas gruesas gomas que hacen que la expulsión de aire caliente sea más efectiva al tener espacio

Tristemente, en tareas exigentes, algo con lo que vas a pasar mucho tiempo, suena más de lo que debería, pero incluso aquí hay buenas noticias: no se siente caliente en ningún momento

También viene cargado de puertos para que no necesites de ningún adaptador extra: RJ45, jack de 3.5mm, lector de tarjetas de formato completo —bien por Asus al no apostar por la microSD— HDMI 2.1, 2 USB-C y un USB-C y como no el puerto de carga. 

Y del puerto de carga tengo mis pegas. La disposición es curiosa, ya que está en la mitad del lateral y el cable puede hacer algo más incómodo utilizar las diferentes conexiones

En mi caso hubiese apostado por colocarlo en la parte trasera (mi favorita para evitar problemas y no tener el cable a la vista) o pegado a la parte superior. 

Una pantalla sensacional que es una absoluta delicia en representación de color que falla únicamente en que es demasiado brillante y tiene algún que otro reflejo molesto. 

Asus ProArt Studiobook

Como siempre, primero los números: panel OLED de 16 pulgadas con tasa de refresco de 60 Hz y resolución 4K de 3.840x2.400 píxeles con relación de aspecto 16:10. 

Y lo que te vas a encontrar es simplemente magnífico. No es lo mejor de la máquina, ya que donde han puesto toda la carne en el asador es en el rendimiento, pero sí que es mi segundo factor favorito y algo totalmente decisivo. 

La representación del color es asombrosa gracias a contar con el 100% del espectro DCI-P3 y además cuenta con certificación Pantone. Sencillamente, es un panel asombroso e ideal para la edición fotográfica tanto por la calibración que ofrece Asus con sus herramientas como por la definición que consigue. 

Lo que no me ha terminado de convencer son 2 puntos clave: cuenta con un brillo máximo de 550 nits, algo justo para condiciones de mucha luz —evidentemente con luz artificial en interiores no tiene problemas— y un reflejo excesivo por su acabado brillante que en determinadas ocasiones se hace algo molesto. 

Por suerte, esto lo solventa con una pantalla enorme y muy bien aprovechada, con unos ángulos de visión muy generosos y un contraste espectacular que me ha parecido de lo mejor del año. 

En cuanto al sonido, me ha gustado bastante y deja un registro de agudos y graves muy bien balanceado que suena potente y equilibrado en prácticamente cualquier escenario. ¿Su único inconveniente? Como los ventiladores se pongan a trabajar, olvídate de disfrutar. 

Una absoluta bestia que puede con todo lo que le eches y con la que vas a disfrutar al máximo en programas creativos. 

Asus ProArt Studiobook

En sus tripas guarda un procesador AMD Ryzen 9 5900HX con una gráfica Nvidia RTX 3070 Laptop con 32 GB de RAM acompañada por una AMD Radeon integrada Vega 7. A esto se le suma un almacenamiento de 2 TB SSD NVMe PCIe 3.0. 

Con estos números, como podrás imaginar, te vas a encontrar con una máquina realmente poderosa que no tiene problemas en tareas básicas como tener 20 pestañas de Chrome abiertas, Spotify, Slack y muchas otras apps abiertas a la vez —solo faltaba— sino que sube el nivel en programas de edición y lo hace todo de una manera rapidísima

Si estás metido de lleno en un trabajo de estas características —edición de vídeo y fotografía —vas a tener un flujo de trabajo sencillamente espectacular

Para que te hagas una idea, a la hora de importar o exportar elementos gráficos, la velocidad es asombrosa. También es capaz de procesar cambios ligeros al instante sin necesidad de un renderizado extremo que lleve minutos y deja unos resultados sobresalientes. 

Donde no brilla tanto, como ya te he comentado, es en el ruido que hace mientras estás trabajando con este tipo de programas, que en algún momento se puede hacer algo molesto. Eso sí, buena temperatura interna con una excelente disipación del calor. 

Gran versatilidad gracias al Asus Dial que mejora el flujo de trabajo y con un teclado y un ratón realmente cómodos. 

Asus ProArt Studiobook

Asus lleva ya varios años ofreciendo buenos teclados en sus portátiles y aquí no falla. 

Cuenta con teclas con buen tacto, buen recorrido y una retroiluminación blanca muy agradable para cuando lo necesites. 

Además, cuenta con teclado numérico, algo indispensable en un equipo de este tamaño, y aunque eso hace que no esté centrado con respecto al ratón y tengas que acostumbrarte a su posición si no eres un habitual, lo veo totalmente necesario. 

Lo que más me ha gustado es la cruceta de flechas, que está ligeramente elevada para verla con más facilidad y tiene un tacto rugoso muy agradable que le da un toque más personal. 

En cuanto al trackpad, es bastante grande y generoso y es un placer mover el cursor por la pantalla. Lo que no me ha convencido tanto es el clic o doble clic sobre el panel, pero por suerte cuenta con 3 botones que hacen esas funciones —uno de ellos configurable. 

Asus ProArt Studiobook

Lo más interesante, sin duda alguna, es el Asus Dial, una ruedecita de control situada en la parte inferior izquierda que te permite atajos rápidos para programas Adobe, pero que también puedes configurar para elementos básicos del sistema operativo. 

Como podrás imaginar, es útil para subir el brillo o el volumen de una manera más sencilla, pero donde explota es en los programas de edición. Puedes configurar botones para moverte por el timeline del vídeo, crear un punto de zoom, acceder a elementos de manera más rápida y un montón de opciones extra. 

Lo que consigue es lo que intenta con muchas ganas: hacer que el flujo de trabajo sea más cómodo y ágil, así que buen añadido. 

Una batería anecdótica que te obliga a conectarte al cargador y lo aleja algo de la concepción portátil.

Asus ProArt Studiobook

Este es el único punto flaco del equipo, ya que su batería de 4 celdas con potencia de 90 Whr no da para mucho. 

Si por ejemplo vas a utilizar el equipo de manera relajada —uso de internet o programas de ofimática— la autonomía te puede dar entre 5 y 6 horas, con un brillo comedido

Si apuestas por programas más exigentes, se resiente y baja a cerca de 2 horas y media.

Es una pena que un equipo tan interesante e ideado como portátil se quede corto en este punto, ya que se aleja algo de esta concepción, pero siempre se puede llevar —más bien es necesario hacerlo— el cargador contigo y tenerlo siempre conectado a la corriente

Con Windows 11 de serie y con muy poco intrusismo para que personalices la experiencia a tu medida. 

Asus ProArt Studiobook

Como sistema operativo, este Asus ProArt StudioBook viene con Windows 11 de serie. Un sistema operativo que poco a poco va creciendo y mejorando con nuevas funciones y añadidos. 

En este sentido, Asus solo mete lo justo, como un programa para personalizar el Dial y un par de elementos propios que puedes borrar si quieres y que no consumen muchos recursos del sistema, aunque viendo el rendimiento, creo que ni se nota.

Por lo demás, tienes toda la versatilidad que ofrece Microsoft con su sistema operativo y si trabajas en general con Windows no vas a echar nada en falta. 

El Asus ProArt StudioBook 16 es una de las mejores opciones del mercado para creativos y profesionales que puede rivalizar con el Mac con chip M1 Pro sin problema.

Asus ProArt Studiobook

Si buscas un equipo portátil para trabajar en programas creativos, hay pocas opciones que puedan hacerle sombra: pantalla con una representación y fidelidad de color asombrosa, un rendimiento que parece que hace magia y un botón específico que mejora la productividad son sus puntos clave.

Tiene sus cosas negativas, como esos reflejos molestos en pantalla, la casi ausencia de batería como portátil, que te va a obligar a viajar con el cargador a todas partes o el sonido que hacen los ventiladores con tareas exigentes, pero son detalles tan pequeños al lado de todo lo que ofrece que es fácil pasarlo por alto

A día de hoy es uno de los equipos Windows más potentes que hay en el mercado y una de las mejores opciones tanto como alternativa al Mac con chip M1 Pro como para aquellos creativos que busquen lo máximo en especificaciones y quieran mejorar su flujo de trabajo

El ordenador tiene un precio que parte de los 2.500 euros y asciende en función de los extras que puedes meterle y si te lanzas a por él ya te aseguro que te va a enamorar. Un trabajo excelente de Asus

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