7 alimentos que debes dejar de comer ahora mismo si no quieres envejecer antes de tiempo

Andrea Núñez-Torrón Stock,
Hombre comiendo
  • El régimen y dieta que llevemos puede condicionar nuestro envejecimiento, retrasando el deterioro celular
  • Evita los malos hábitos alimenticios para que los años no te cobren factura más pronto de lo que imaginabas.
  • Estos son algunos de los alimentos que pueden resultar más dañinos si de lo que aparentar joven se trata.
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Cada alimento es un universo si atendemos a las propiedades y beneficios que puede proporcionar a tu organismo. Mientras que algunos productos son idóneos para reducir el dolor y hacer frente a procesos inflamatorios, otros ingredientes contribuyen a la prevención del Alzheimer y otras enfermedades degenerativas u otros alimentos te protegen ante la aparición de enfermedades como el cáncer.

Sin embargo, en el otro lado de la balanza, existen determinados alimentos que pueden incrementar acelerar el proceso de envejecimiento, además de otras contraindicaciones como multiplicar el riesgo de sufrir cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes. A continuación hay una recopilación siete de ellos, que deberías apartar hacia un consumo residual frente a alternativas más ricas y saludables.

 

Patatas fritas

Patatas fritas

Son el placer culpable de muchos domingueros, estudiantes y a la hora de picotear en una terreza, pero este indiscutible complemento de la comida basura contiene grasas trans y radicales libres. Las investigaciones han demostrado que comer alimentos fritos al menos una vez por semana aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 y problemas de corazón.

Por otro lado, las enfermedades crónicas asociadas con el envejecimiento del cuerpo pueden aparecer a edades más tempranas con la ingesta de productos como las patatas fritas. En todo caso, es recomendable no reutilizar el aceite y que la temperatura no esté demasiado alta.

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Sopas y conservas en lata

Comida enlatada

Es mucho más recomendable preparar en casa las sopas, estofados  guisos, ya que sus variantes industriales contienen elevados niveles de sodio que provocan deshidratación, lo que puede multiplicar la presencia de arrugas y generar estrés en el sistema cardiovascular, subiendo la presión arterial.

En muchas conservas enlatadas también abundan las grasas trans, que elevan los niveles de colesterol LDL (malo), reducen los niveles de colesterol HDL (bueno) y aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y diabetes tipo 2. Lee con detenimiento las etiquetas antes de comprar y opta por cocinar en tu hogar sopas de verduras ricas en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.

Embutidos y carnes procesadas

Embutidos procesados

En esta categoría entran el tocino, el bacon, las salchichas y los embutidos como la mortadela o el jamón york. Todos los productos cárnicos que han sido ahumados, curados y salados se considera carne procesada, según el Instituto Estadounidense de Investigación del Cáncer. Su consumo regular incrementa el riesgo de muerte en un 16% y las sustancias que contienen como los conservantes y las grasas trans se relacionan con problemas como el cáncer colorrectal, la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas y la EPOC.

Las carnes procesadas también pueden contribuir al envejecimiento al reducir nuestros telómeros de ADN protectores, las estructuras que se encuentran al final de nuestros cromosomas, mientras el exceso de sodio que se encuentra en las carnes procesadas puede aumentar el proceso de envejecimiento al causar hinchazón, hinchazón y deshidratación.

Comidas a la barbacoa

Barbacoa

Seguramente te encante celebrar una barbacoa con tus amistades, pero si te alimentas con esta clase de comida de forma muy habitual, los restos de carbón adheridos a la parrilla o a la hamburguesa podrían contribuir al envejecimiento, ya que contribuyen a la descomposición de la composición de la piel, lo que conduce a la reducción de la elasticidad.

Por ello, es importante asegurarse de raspar las partes ennegrecidas antes de comer o probar alternativas más saludables. De lo contrario, las sustancias dañinas propiciarán niveles elevados de marcadores inflamatorios, junto con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, tanto cardíacas como digestivas e intestinales.

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Sirope de agave (y otros tipos de azúcar)

Sirope de agave

El jarabe de agave es un ejemplo de azúcar que las personas a menudo consideran saludable porque proviene de una planta, pero su consumo excesivo es equiparable a cualquier azúcar, asociado con problemas como la obesidad, la diabetes y múltiples enfermedades cardíacas e autoinmunes. En concreto, el sirope de agave o la miel pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre y promover la inflamación. Prueba a añadir canela a tu café o bayas al yogur natural.

Bollería, galletas y pasteles

Bollería industrial: donut

Las grasas trans hacen que las tartas, galletas, pasteles, galletas y dulces tengan buen sabor y también hacen que los productos sean más estables, pero en contrapartida perjudican seriamente tu salud cardíaca. Los expertos recomiendan que para desayunar, picotear o merendar pruebes con productos alternativos como la avena y la fruta, pan integral con mantequilla de nueces o salmón ahumado, o huevos y aguacate, que proporcionan proteínas y grasas saludables.

Bebidas con “colorante caramelo”

Bebidas con colorante

Se ha demostrado que el 4-metilimidazol (4-MEI) artificial utilizado para dar a diversas bebidas su color marrón, causa cáncer e inflamación. En California, los fabricantes deben etiquetar los productos vendidos en el estado con una advertencia si exponen a los consumidores a más de 29 microgramos de 4-MEI por día, lo que equivale a beber una lata de refresco entre algunas marcas.

No solamente deberías pensar en los refrescos, sino que el “color caramelo” se encuentra en otras bebidas como la cerveza o el whisky, así como en alimentos comerciales como el chocolate o las galletas. Por ello, es importante escoger bebidas que sean naturalmente transparentes o que obtengan su color de extractos de frutas o vegetales, así como polifenoles naturales como el té.

Fuente: Reader´s Digest

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