Tesla y Apple son empresas increíblemente importantes, pero sus avances en la industria de los coches autónomos son patéticos

Tesla Model 3

Hollis Johnson/Business Insider

  • Tesla y Apple están comprometidos con proyectos de coches autónomos, pero ambos está por detrás de los verdaderos líderes.
  • Tesla está investigando una tecnología diferente de Waymo y Cruise.
  • Apple está probando la tecnología, pero acumula muy pocos kilómetros.
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Análisis Faldón

Cada año, el Departamento de vehículos de motor de California publica un informe sobre las compañías que están autorizadas a operar y probar vehículos autónomos en las carreteras del estado. El estudio es polémico, básicamente porque solo son datos, nada más. Pero en algunos casos puede dar perspectiva sobre cómo lo están haciendo estas empresas, a medida que se acercan a comercializar sus tecnologías y servicios.

Por ejemplo, el proyecto de General Motors, Cruise, acumuló más de 1,2 millones de kilómetros de conducción autónoma el año pasado, según señaló la empresa en un artículo en Medium la semana pasada. Cruise señala que las desconexiones —cuando el sistema autónomo se desconecta y el humano al volante tiene que tomar el control— se redujeron a cero en los últimos 3 meses del año.

Cruise lleva haciendo pruebas en la zona de la Bahía de San Francisco desde que General Motors adquirió la compañía en 2016, con resultados lo suficientemente prometedores como para asegurarse más de 7.000 millones de dólares (5.800 millones de euros) de inversión y una valoración de 30.000 millones (24.800 millones de euros).

Mientras tanto, Apple solamente ha conducido unos 30.500 kilómetros en California, con una mayor tasa de desconexión. Las cifras de 2020 suponen una gran mejora respecto a las de 2019, pero si alguien espera que el coche de Apple — denominado proyecto Titán — sea capaz de conducirse solo, necesitará mucha paciencia.

Cruise cuenta con 5 años de experiencia y su principal competidor, el Waymo de Alphabet, lleva a prueba más de una década.

Tesla y Apple están atascadas

¿Qué pasa con Tesla? Bueno, ni siquiera aparece en el informe porque su tecnología, conocida como full self-driving (FSD, por sus siglas en inglés), sigue siendo una característica de hardware y software que no han sacado todavía (aunque Tesla sí se la ha cobrado a sus usuarios). 

Tesla cuenta con una flota de vehículos propiedad de civiles que recorren las carreteras de todo el mundo y que aportan una gran cantidad de datos visuales. La compañía espera ser capaz de usarla para una oferta de conducción autónoma que permitiese al cliente ir a cualquier parte y que podría desafiar los sistemas de láser que están desarrollando compañías como Cruise, Waymo y otras empresas de la industria.

Es tentador dar un pase a Apple y Tesla, dado que la primera es una de las compañías mejor gestionadas de la historia y podría recuperar el terreno perdido solo con unos cuantos miles de millones. La segunda tiene un largo historial de desafío a sus detractores.

En cambio, los últimos rumores sobre la llegada del Apple Car y su promesa de cambiar el mundo del transporte, al igual que los que se han ido conociendo en los últimos 5 años, hacen que el proyecto se desmorone. Hyundai-Kia y Apple no están manteniendo conversaciones para construir el vehículo. No se ha designado ningún alto directivo de la tecnológica para salvar el proyecto Titán, algo que sí se ha hecho en otro de realidad virtual mucho más sensato.

El coche autónomo de Cruise, la startup que financia General Motors, podría suponer el fin de los automóviles tal y como los conoces

Yo creo que nunca llegará a haber un Apple Car, y menos autónomo, y los últimos datos del informe del Departamento de vehículos de motor de California lo confirman.

Cruise y Waymo van en serio, Apple no.

Tesla, sin embargo, tiene un CEO que no quiere quedarse fuera de la conducción autónoma. La motivación de Elon Musk está enfocada al negocio: si Tesla puede desarrollar su propio servicio de transporte autónomo, puede hacerse con buena parte de lo que podría llegar a ser en el futuro un mercado multimillonario y muy rentable.

Pero de momento, Tesla está avanzando mucho más como pionera del coche eléctrico, dominando la subida de esta alternativa frente a los vehículos de combustibles fósiles. Lo mayor que se haga Tesla en este ámbito, menos se tiene que preocupar por servicios en desarrollo de rivales como Waymo y Cruise quien, a pesar de sus resultados prometedores, aún tienen que crear ingresos significativos.

El regreso de la distorsión de la realidad

Para entender por qué nadie está hablando de Apple y Tesla en este contexto, hay que volver a la era Steve Jobsy su "campo de la realidad distorsionada". Jobs, como uno de los líderes más carismáticos que el capitalismo ha producido, fue legendario por su habilidad para hacer a la gente creer en fantasías. Afortunadamente para él, Apple se hizo excepcional a la hora de transformar esas creencias en productos tangibles que diesen beneficios masivos.

Esta perspectiva persiste, incluso con el CEO Tim Cook, un ejecutivo muy capaz pero regido por una firme conexión con el mundo real. Esa es la razón por la que los últimos rumores sobre el proyecto Titán son tan tristes: Cook nunca respaldaría algo tan descabellado. La fantasía se desmorona en cuanto se investigan los detalles.

La distorsión de la realidad de Musk es algo totalmente distinto, una especie de expansión radical de la visión que tenía Jobs. Tesla ha puesto todo su empeño en la autonomía y la tecnología que ha desarrollado es espectacular y muy interesante: cambiará las reglas del juego si llega a ponerse en marcha.

Pero de momento, Tesla ha entregado lo que es, en el mejor de los casos, un sistema de control crucero avanzado, no mucho mejor de los que venden General Motors, Mercedes, Volvo y otros fabricantes de coches.

Creo que Apple va a retirar de nuevo el proyecto de fabricar un coche 100% eléctrico y autónomo, como ya ha hecho en varias ocasiones. Los últimos rumores sirvieron para que se siguiese hablando de la empresa y no ha costado nada.

El ajuste de Tesla 

Tesla aún debe de hacer algunos ajustes. Waymo ya está a punto de comercializar sus sistemas a pequeña escala y Cruise seguirá sus pasos el año que viene. La capitalización bursátil de Tesla y el auge de sus acciones son un indicio de que los inversores creen que los vehículos eléctricos han alcanzado por fin un punto de inflexión. Su previsión ha sido respaldada por empresas como General Motors y Ford, que han anunciado una inversión de casi 60.000 millones de dólares (69.600 millones de euros) en vehículos eléctricos para las próximas décadas.

La última actualización del sistema de conducción autónoma de Tesla no es tan autónoma: pide al conductor que mantenga las manos en el volante

La influencia de la compañía en este sentido es impresionante. Tanto que, en comparación, sus pobres intentos de fabricar un coche con conducción autónoma son patéticos: un proyecto científico quijotesco en el mejor de los casos, y un estúpido despilfarro de dinero en el peor. 

Eso no es suficiente para que Musk tire la toalla, pero en los próximos años va a tener que guiar a Tesla hacia un destino más lógico. Gobernar el mundo de los vehículos eléctricos tiene mucho más sentido que seguir  empujando a la compañía hacia un futuro de conducción autónoma, que parece cada vez menos prometedor a medida que pasa el tiempo.

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