Consiguen que la bacteria E. coli capture el CO₂ atmosférico y lo transforme en un ácido orgánico

Dióxido de carbono

Marek Piwnicki/Unsplash

  • Investigadores de la Universidad de Newcastle en Reino Unido consiguen que la bacteria Escherichia coli (E. coli) capture de la atmósfera dióxido de carbono utilizando hidrógeno para convertirlo en ácido fórmico.
  • Su descubrimiento podría ser el punto de partida para reducir los desechos y transformar el CO₂ en combustible, plástico o productos químicos básicos.
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La bacteria E.coli, que vive en los intestinos de personas y animales, también guarda la llave para capturar el CO₂ de la atmósfera, uno de los grandes causantes del calentamiento global.  

Es el nuevo descubrimiento científico de un equipo de la Universidad de Newcastle en Reino Unido. Según explican en el comunicado oficial, utilizando gas hidrógeno han conseguido que la bacteria atrape el dióxido de carbono y lo convierta en ácido fórmico, el mismo compuesto orgánico que usan las hormigas para protegerse de los depredadores.

La investigación, publicada en la revista Applied and Environmental Microbiology, plantea la interesante posibilidad de convertir el CO₂ atmosférico en productos químicos básicos.

Los investigadores consiguieron revertir la acción normal en la bacteria, consistente en que una enzima produce hidrógeno y dióxido de carbono a partir del ácido fórmico. Para ello lograron que la E.coli cambiase el molibdeno, un metal crítico de la enzima, por tungsteno, al hacer crecer las bacterias en un exceso de este último. 

"Esto es bastante fácil de hacer, ya que la bacteria no puede distinguir fácilmente la diferencia entre los 2", apunta el investigador principal Frank Sargent. 

Las hormigas producen ácido fórmico para defenderse de sus depredadores.
Las hormigas producen ácido fórmico para defenderse de sus depredadores.

Sergio Cerrato - Italia/Pixabay 

Los investigadores utilizaron un biorreactor presurizado especial lleno de H2 y CO₂ para poner los gases a disposición de los microbios con éxito, de forma que las bacterias pudieron generar ácido fórmico a partir del dióxido de carbono. 

La idea nació tras la investigación sobre cómo nació la vida en la Tierra: 3.500 millones de años atrás no existía oxígeno en la atmósfera, pero sí elevados niveles CO₂ y H2. Por aquel entonces, la vida celular comenzó a evolucionar a 10.000 metros por debajo de la superficie del océano.

Para convertirse en los carbohidratos de los que depende la vida pudo intervenir en la ecuación una enzima similar a la hallada en esta bacteria, responsable de hidrogenar el dióxido de carbono y convertirlo en un ácido orgánico. 

No es la solución definitiva, pero sí una alternativa extra en el abanico de soluciones para combatir el cambio climático. "La biología y la microbiología ofrecen algunas opciones interesantes", repone Sargent.

El propósito definitivo del proyecto sería capturar el dióxido de carbono desperdiciado usando gas hidrógeno renovable a partir de biohidrógeno, así como electrólisis impulsada por electricidad renovable, y convertirlo en ácido fórmico.

A partir de este compuesto orgánico podría contribuirse a nuevas soluciones para la economía circular, produciendo combustible, plástico o productos químicos básicos. 

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