Balance de situación

Un balance de situación refleja la situación financiera de una empresa en un momento dado.

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  • Un balance de situación es un documento que analiza la situación financiera que atraviesa una compañía en un periodo determinado.
  • Este informe refleja el activo, el pasivo y el patrimonio neto de una empresa.
  • Si quieres entender cómo funciona la economía, la tecnología, el mundo empresarial y descubrir el significado de la mayoría de conceptos que escuchas cada día, no te pierdas nuestra sección Qué es.
  1. Qué es un balance de situación
  2. Para qué sirve un balance de situación
  3. Cuál es la estructura de un balance de situación
  4. Qué tipos de balance de situación existen

Qué es un balance de situación

Un balance de situación es un documento que refleja la situación financiera en la que se encuentra una empresa en un momento determinado. Para ello, recopila todos los activos, los pasivos y el patrimonio neto de una compañía. Es decir, recoge sus posesiones, bienes, derechos, obligaciones, deudas y capital.

A modo de instantánea del estado económico y financiero de un negocio, el balance es una herramienta útil para evaluar su gestión y llevar a cabo un diagnóstico sobre la misma. 

Asimismo, es un punto de referencia clave para los inversores actuales y potenciales que estén interesados en analizar la estructura financiera de la empresa para tomar decisiones.

Por lo general, el balance de situación suele elaborarse al final de cada ejercicio fiscal, que a menudo coincide con el final de cada año natural. Por ley, toda empresa en España debe presentarlo en el Registro Mercantil una vez al año. No obstante, cualquier empresa puede realizar balances a escala interna con carácter mensual o trimestral.

Para qué sirve un balance de situación

La utilidad del balance de situación reside en que se trata de una radiografía exacta de la gestión del negocio en un periodo determinado.

Estos son los principales aspectos para los que sirve:

  • Diseñar estrategias y tomar decisiones: esta herramienta resulta esencial para la toma de decisiones y para perfeccionar los planes estratégicos de una compañía. Dado que es el diagnóstico más preciso sobre el estado de una firma, permite anticiparse a posibles problemas.
  • Evaluar la solvencia de una empresa: el balance permite determinar si una compañía cuenta con suficientes activos para cubrir sus deudas y obligaciones financieras. Gracias a ello, los inversores, acreedores y otros interesados pueden decidir si es una inversión interesante o si existe riesgo de que incumpla sus obligaciones.
  • Analizar su estructura financiera: ofrece la posibilidad de analizar la composición de los activos y pasivos de una empresa. Así, permite valorar si su estructura es sólida, además de comparar su situación con otras compañías del mismo sector.

Por lo tanto, tanto los posibles inversores como los acreedores e incluso los clientes pueden encontrar útil el balance de situación de una empresa para conocer la situación en la que se encuentra.

Además de la utilidad, es necesario conocer la estructura de un balance de situación y los tipos que existen.

Cuál es la estructura de un balance de situación

La estructura de un balance de situación es similar para la mayoría de las empresas, aunque pueden existir diferencias según el sector o la regulación a la que está sujeta. 

En general, suele seguir la siguiente estructura:

  • Activo. Aquí se incluyen todos los bienes o derechos que tiene una compañía. Los activos suelen clasificarse en 2 categorías: corriente y no corriente. El activo corriente engloba los elementos que van a estar en el patrimonio de la empresa por un periodo menor de un año. En cambio, el activo no corriente está formado por los bienes y derechos cuya permanencia será, como mínimo, mayor de 12 meses.
  • Pasivo. Comprende todas las deudas u obligaciones que tiene el negocio. También se dividen en 2 categorías diferenciadas: corriente y no corriente. El pasivo corriente es aquel que recoge las deudas que deberán ser pagadas en menos de un año, mientras que el pasivo no corriente se enmarcan las que tienen plazos de vencimiento superior a 12 meses.
  • Patrimonio neto. Se subdivide en los fondos propios (aportaciones de los socios como reservas, prima de emisión, acciones o participaciones, junto a los recursos generados por la propia actividad de la empresa), además de las subvenciones y donaciones recibidas.

Qué tipos de balance de situación existen

Además del modelo normal de balance de situación, existe un modelo abreviado

Esta es una versión que pueden presentar aquellas empresas que cumplan como mínimo 2 de las circunstancias siguientes durante 2 ejercicios consecutivos:

  • No superar los 4 millones de euros e activos totales.
  • Un importe neto de la cifra de negocio inferior a los 8 millones de euros.
  • Menos de 50 trabajadores en promedio durante el año.

Estos son los aspectos principales que debes saber sobre un balance de situación.

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